El caso hondureño ha despertado un gran interés entre los pensadores de izquierda y de derecha de todo el continente. Muchos piensan, aplicando todas las herramientas de análisis que su conocimiento les permiten. Se ha abierto un espacio importante para la especulación, principalmente porque el accionar de las partes ha sido bastante inesperado para la […]
El caso hondureño ha despertado un gran interés entre los pensadores de izquierda y de derecha de todo el continente. Muchos piensan, aplicando todas las herramientas de análisis que su conocimiento les permiten. Se ha abierto un espacio importante para la especulación, principalmente porque el accionar de las partes ha sido bastante inesperado para la mayoría.
Por un lado, el presidente Zelaya emprendió su regreso a Honduras en una operación que dejo boquiabiertos tanto a los golpistas como a la mayoría de sus seguidores (me incluyo entre los sorprendidos). Por cierto, los países que se mencionan como partícipes de la operación hacen todo lo posible para negar su conocimiento de esta movida.
En el otro lado, el gobierno golpista no deja de sorprender por su «inesperada» capacidad logística; la movilización de todas sus fuerzas, la implementación de tácticas que han llevado a la presidenta Kirchner a decir que lo que aquí se hace supera a los maestros del cono sur en las dictaduras de los 70 y 80.
También sorprende que mientras gobiernos legítimos y fuertes del continente como el de Brasil, o el de México, e incluso España, enfrenten con una diplomacia «lite» a los golpistas mientras estos los desafían como que fueran el cuarto reich. Anoche el régimen de facto exigía a todos los países que retiraron sus embajadores del territorio nacional después del golpe, nombrar nuevos embajadores para que el ejecutivo de su beneplácito. Mas aun le dieron un ultimátum de 10 días al gobierno brasileño para definir el status de Zelaya en la embajada, de lo contrario…
¿Es que acaso una acción contra la legación diplomática del gigante suramericano le conviene a Micheletti o a alguien mas aquí? ¿No seria este un acto que dispararía las alarmas para una intervención militar adoptada por toda la comunidad internacional como si se tratara de una obra caritativa? ¿No es esto lo que muchos ven como solución para el problema hondureño?
Con la licencia de la especulación exploremos un poco lo que está sucediendo en este escenario posible:
a) El régimen fascista, contrario a lo esperado después de las resoluciones de la ONU, mantiene e incrementa su salvaje presión contra los ocupantes de la embajada brasileña en Tegucigalpa (esto, de hecho ha sucedido de esta forma);
b) El régimen fascista desata una campaña mediática para justificar su hostilidad a muchos gobiernos de la región (ya lo hizo, anoche, curiosamente no mencionó en su lista a Estados Unidos, si están en ella México, España, Argentina, Venezuela y Brasil);
c) La comunidad internacional se mantiene con estupor sin reaccionar correctamente frente a la situación, y, sobre todo, sin tomar las medidas necesarias que se necesitan para ahogar económicamente al régimen. Esto ha estado sucediendo desde el primer día del golpe; desde que Arias entró en la escena, para boicotear las resoluciones de toda a comunidad internacional.
d) Los golpistas deciden entrar por la fuerza a la embajada del Brasil, toman las instalaciones, crean una enorme confusión al interior de esta de la cual resultan muertos algunos líderes de resistencia, incluido el mismo presidente Zelaya. (Esto lo han preparado minuciosamente durante los últimos días. Y han hecho caso omiso de los reclamos internacionales por mantener la integridad del presidente y la inviolabilidad de la legación diplomática).
e) Simultáneamente asesinan una gran cantidad de líderes históricos y emergentes del proceso revolucionario hondureño. Para esto cuentan con que la reacción de la comunidad extranjera tomará no menos de una semana. Este plan no parece ser ficción; anoche la policía y el ejercito literalmente cazaban lideres magisteriales y de la resistencia en la ciudad de Danlí, en El Paraíso, mientras han levantado miles de perfiles policiales de una enorme cantidad de personas de la resistencia en todo el país.
f) Los autores materiales del golpe, escapan del país hacia un lugar seguro. El destino mas probable es Panamá, paraíso fiscal, centro de actividades del narcotráfico, gobierno de ultraderecha, sin una oposición capaz, al menos por ahora de llevar adelante una reacción y presión importantes contra los incómodos huéspedes (aquí si, todo es especulación mía)
g) Las fuerzas internacionales irrumpen en el país, donde después de unas cuantas escaramuzas, en las que caen unos cuantos soldados de menor rango, estas llaman a las partes al dialogo el cual asisten gustosos, en nombre de la paz y la democracia, los candidatos golpistas, la empresa privada golpista, los medios de comunicación golpista, la auto nombrada sociedad civil, las iglesias golpistas, y en nombre de dios y la reconciliación del pueblo hondureño reorganizan el estado bajo el mismo esquema bipartidista de hace un siglo. Mientras esto sucede, las nuevas fuerzas del orden prosiguen la tarea de reprimir al pueblo, hasta pacificarlo.
Si nos detenemos a pensar en este curso de acción, no parece, después de todo, descabellado pensar que, a la derecha, más que a nadie le conviene ir todo este camino de la intervención militar extranjera. De esa manera podría destruir, al menos según sus cálculos, todo el avance de los movimientos progresistas y el pueblo movilizado en resistencia.
En declaraciones vertidas anoche mismo, el presidente Zelaya destacaba que ninguna intervención era bienvenida; que la solución debía darse dentro de un marco de dialogo al que los golpistas reaccionaron con mucha mas violencia. Está claro que el presidente Zelaya entiende que pedir a gritos intervención militar equivale a saltar por el precipicio que la derecha quiere que saltemos.
Pero ¿cómo evitamos esta ruta? Bien, el Frente Nacional de Resistencia bajo la coordinación de los lideres obreros, campesinos, magisteriales, y el presidente de la república, han convocado a una movilización general, para ingresar en la «ofensiva final». El frente busca aquí presionar al régimen a través de una demostración de capacidad organizativa; de movimiento de masas, algo que es a todas luces la mejor estrategia a seguir al interior del país.
Ahora bien los países de la América Latina, especialmente, Brasil, México, Venezuela, Argentina, y España, deberían buscar maneras concretas, físicas, de defender sus instalaciones diplomáticas en Honduras, a modo de evitar este que los golpistas lleven adelante su plan. Estos países tienen, con la excepción de Venezuela, buenas posibilidades de presionar al gobierno yankee para que despliegue efectivos militares para defender estas posiciones. Esos soldados gringos ya están en la base Soto Cano.
Por otro lado, se debe emprender una campaña, seria, firme, constante para presionar al gobierno de Panamá para que controle el ingreso de capitales Hondureños. Durante los últimos 3 meses muchas cantidades de dinero hondureño han sido trasladadas de bancos en los Estados Unidos hacia Bancos panameños. Además se le debe presionar para que no aliente las intenciones del golpe en Honduras.
Al mismo tiempo, se debe presionar a la administración gringa para que de una vez, mañana mismo, congele el acceso de los golpistas a las reservas monetarias hondureñas en Bancos gringos (esta medida aplica a muchos otros países). También se debe exigir a las fuerzas armadas de Honduras que revele de donde ha sacado todo el arsenal que ahora posee. Hay que eliminar todas las transacciones monetarias hacia Honduras, incluyendo las remesas familiares.
Como el génesis del golpe se encuentra en el empresariado hondureño, se deben levantar de inmediato todos los tratos comerciales preferenciales, de modo que estos no tengan acceso a sus divisas. Los gringos no son extraños a estas ideas, ya han practicado un bloqueo criminal contra el pueblo cubano por cincuenta años por querer ser libre; que esta vez lo hagan por las razones moralmente correctas.
Presionando a los empresarios se logra que ellos busquen precipitar un desenlace rápido, para preservar sus intereses.
Sabemos que todo esto es poco realista, y que al final, el imperio es eso, el imperio, y no va a ceder a todas estas demandas. Pero lograr unas cuantas concesiones de parte de ellos seria una victoria para la América latina.
Otra cosa importante es la organización inmediata de un movimiento de solidaridad efectivo con el pueblo de honduras y su resistencia, en todos los campos; alimentos, tecnología, informática, tácticas y estrategias de autodefensa, y todo lo que sea necesario para mantener y hacer crecer este proceso liberador.
No esta demás recordar a los presidentes de América Latina, que aquí luchamos contra un gobierno ilegal e ilegitimo. Eso da el sostén jurídico y moral para tomar una y mil formas de solidaridad y para minar, debilitar al régimen fascista.
La licencia que me he tomado para especular sobre los hechos ponen al descubierto la necesidad de analizar con prontitud esta coyuntura y tomar la ruta mas adecuada. Una vez mas: Hay que formular las preguntas correctas para lograr las mejores respuestas.
¡La victoria esta cerca, no podemos darnos el lujo de equivocarnos!
¡No a la intervención extranjera cómplice del golpe!
¡Si a la solidaridad de los pueblos!
Hasta la victoria siempre
Ricardo Arturo Salgado es Investigador Social