¿Se puede estar al mismo tiempo a favor y en contra de Berlusconi? Sí. Europa lo está. El Parlamento Europeo asistió ayer a una magnífica lección de ambigüedad política. Se votaban dos resoluciones sobre la libertad de información en Italia y en otros Estados miembros de la UE. La primera expresaba «particular preocupación por la […]
¿Se puede estar al mismo tiempo a favor y en contra de Berlusconi? Sí. Europa lo está. El Parlamento Europeo asistió ayer a una magnífica lección de ambigüedad política. Se votaban dos resoluciones sobre la libertad de información en Italia y en otros Estados miembros de la UE. La primera expresaba «particular preocupación por la situación en Italia y considera que podría acarrear consecuencias para el conjunto de Europa y que la pasividad por parte de la UE debilitaría su credibilidad a la hora de establecer criterios en materia de derechos fundamentales en el marco de las relaciones exteriores, así como en los procesos de adhesión)». En la segunda se recuerda que «la Constitución italiana garantiza la libertad de Prensa», a la vez que recuerda a los eurodiputados que «no deben utilizar las instituciones de la UE para resolver problemas que, con arreglo a los Tratados, han de ser resueltos a nivel nacional».
La primera resolución, presentada conjuntamente por el grupo de los Verdes (Verts/ALE), socialistas (S&D), liberales (ALDE) e izquierda (GUE/NGL), se perdió por tres votos de diferencia. Es decir: no habrá «una propuesta de directiva relativa a la concentración de los medios de comunicación y a la protección del pluralismo». Europa concede el conflicto de intereses a Berlusconi. Europa permite ese modelo. En cambio, paradójicamente, la segunda resolución, no pasó por 25 votos. Se lee en esta resolución que «La libertad de información y de prensa es un principio firmemente establecido en la vida cotidiana de todo ciudadano italiano y que no está de ninguna manera amenazado». Europa vota en contra.
En el sitio votewatch.eu, un observatorio que recoge con transparencia el voto del Parlamento, se conocen al detalle las votaciones de ayer. El Partido Popular Europeo, a muchos de cuyos miembros se les llena la boca con ampulosas frases sobre la libertad de prensa en Venezuela, Cuba o Turquía, defendió a capa y espada el conflicto de intereses de Berlusconi. Se ve también que hubo rebeldes dentro del grupo liberal irlandés, que, según Pino Arlacchi, eurodiputado de la Italia de los Valores, dicen haber sufrido «presiones», para votar en contra de la resolución. Se conoce el nombre de los ausentes en la votación. Destacan en el caso de ayer Cohn-Bendit, Carmen Romero, varios diputados de la izquierda europea…
Pocos días después de conocerse el informe de Reporteros sin Fronteras que sostiene que la libertad de prensa ha sufrido un grave deterioro en varios países de la Unión Europea, sobre todo en Eslovaquia, Italia y Bulgaria, en el Parlamento Europeo se confirma el retroceso de libertades y el avance del nuevo modelo comunicativo basado en el conflicto de intereses. Cuando se ve a Sarkozy, nervioso por el escándalo del ascenso de su hijo, responder con agresividad a los medios («»Yo tengo que insuflar moral, y no hacer como los comentaristas, a los que sólo les gustan las malas noticias») no cabe duda de que el modelo Berlusconi ha hecho escuela. Y Europa la permite en bien de los intereses estatales. Los Estados de Europa siguen dejando en evidencia la hipocresía de esa metademocracia que airea la Unión Europea.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.