Los gobiernos de Londres y Dublín han dado un plazo de 48 horas a los partidos norirlandeses para que lleguen a un acuerdo sobre la transferencia de las competencias de Policía y Justicia. El Primer Ministro británico, Gordon Brown, y el Taoiseach de la República de Irlanda, Brian Cowen, que llevan reunidos en Belfast desde […]
Los gobiernos de Londres y Dublín han dado un plazo de 48 horas a los partidos norirlandeses para que lleguen a un acuerdo sobre la transferencia de las competencias de Policía y Justicia. El Primer Ministro británico, Gordon Brown, y el Taoiseach de la República de Irlanda, Brian Cowen, que llevan reunidos en Belfast desde el lunes para intentar evitar el colapso del proceso de paz, han explicado en rueda de prensa conjunta que han presentado a las formaciones norirlandesas una serie de propuestas que sirvan de base para sellar un acuerdo sobre la transferencia de las competencias de Policía y Justicia a las instituciones autonómicas del Norte de Irlanda.
«Si el viernes por la mañana no hay acuerdo, haremos públicas nuestras propias propuestas» , ha señalado Brown, que permanecerá en Belfast hasta entonces. Según el Premier británico, Londres y Dublín creen que la devolución de las citadas competencias podrá decidirse en votación en la Asamblea de Stormont a principios de marzo, mientras que el proceso de la citada transferencia a las instituciones norirlandesas podría comenzar en mayo. «No puede subestimarse la importancia que tienen estas decisiones para el futuro de Irlanda del Norte. Con liderazgo y valentía se puede conseguir» , ha afirmado Brown.
El Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, ha declarado sentirse «profundamente decepcionado» por el fracaso de las conversaciones con el DUP, al que acusó de torpedear el acuerdo por sus demandas respecto a las marchas orangistas. El Viceprimer Ministro Martin McGuinness, flanqueado por sus compañeros de partido incluido su presidente Gerry Adams, ha declarado: «Creo que hemos hecho gala de una paciencia y un compromiso extraordinarios en los últimos 18 meses tratando de persuadir al Partido Democrático Unionista (DUP) de que sean socios del progreso. Durante los últimos días los dos gobiernos se han unido a este esfuerzo. La decisión del DUP, a instancias de la Orden de Orange, que hace de la abolición de la Comisión de Desfiles una condición previa para la transferencia de competencias de Policía y Justicia va en contra de todo eso» . McGuinness ha dicho que su formación no tolerará que los «derechos de los ciudadanos» estén sujetos al «veto unionista» o a las «condiciones de la Orden de Orange» , una asociación que consideran sectaria.
Durante las intensas negociaciones de los últimos tres días, el Sinn Féin ha dado a entender que abandonará el Gobierno de poder compartido si los unionistas del DUP no acceden a fijar una fecha para la devolución de las competencias. El colapso del Ejecutivo de Belfast convertiría la parálisis del proceso de paz en una crisis de larga duración y obligaría a convocar elecciones autonómicas anticipadas.
Por su parte, el DUP sostiene que sólo dará su visto bueno a la transferencia de Policía y Justicia cuando se hayan solucionado otras cuestiones como, por ejemplo, la abolición de la Comisión de Desfiles, lo que resulta inaceptable para los republicanos. Creada un año antes de la firma del Acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), la Comisión supervisa y modifica las rutas de las conflictivas marchas de la Orden de Orange (supremacista protestante) por ciertas zonas católicas. El líder del DUP Peter Robinson ha declarado que su partido no está dispuesto a aceptar «una acuerdo de segunda clase» para contentar con ello las «demandas de fechas de otra gente». «Haremos lo que es correcto para nuestra comunidad» , ha sentenciado.
Brown y Cowen han abandonado ya el castillo de Hillsborough, a las afueras de Belfast, después de tres días de duras negociaciones, que van a retomar a partir de ahora el ministro británico para Irlanda del Norte, Shaun Woodward, y el titular irlandés de Asuntos Exteriores, Micheál Martin.