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El lío de Kosovo

Fuentes: Rebelión

Da la sensación de que el mundo con el Kosovo tiene un problema de vista. Si se pone las gafas para ver de cerca, entonces ve con nitidez los derechos de los pueblos y acepta su legítimo derecho a la autodeterminación. La opinión de 10 de los 14 del Tribunal Internacional de Justicia sobre la […]

Da la sensación de que el mundo con el Kosovo tiene un problema de vista. Si se pone las gafas para ver de cerca, entonces ve con nitidez los derechos de los pueblos y acepta su legítimo derecho a la autodeterminación. La opinión de 10 de los 14 del Tribunal Internacional de Justicia sobre la legalidad de la autoproclamada independencia de Kosovo fue bien recibida en Cataluña, en el País Vasco, en Macedonia, Quebec, Szeklerland (territorio rumano con mayoría húngara), Abjasia, Taiwan, la República Srpska. Seguro que también brindaron, entre otros, los turcos de Chipre y los serbios del sur de Eslovaquia y los curdos.

Si se usan las gafas para ver de lejos, se advierte que sólo 69 de los 192 países con representación en Naciones Unidas han reconocido la independencia de Kosovo. Europa, también en este asunto está dividida: por un lado, España, Grecia, Chipre, Rumanía y Eslovaquia, que tienen demandas de autodeterminación internas y que no reconocen la decisión unilateral. Serbia y Rusia, la mayoría de África, Asia y Latinoamérica tampoco. Los cuatro votos contrarios en la decisión del Tribunal provenían de un juez eslovaco, otro de Sierra Leona, un marroquí y un ruso. Se abstuvo el juez chino.

Dice mucho de este mundo el hecho de que la Corte internacional de Justicia, máximo órgano de justicia de las Naciones Unidas encargado de decidir conforme al Derecho Internacional las controversias de orden jurídico entre Estados, carezca de poder legislativo. Dice mucho que este dictamen afirme a través de dos negaciones. No hay prohibición de declarar la independencia, así pues, esa declaración no viola el derecho internacional. Sin embargo, la Corte se abstiene de juzgar si Kosovo es un Estado o no lo es; evita asimismo pronunciarse sobre la legalidad del reconocimiento del Kosovo.

Dice mucho de esta Europa el hecho de que se muestre hondamente dividida en esta cuestión, pese a contar con una Alta Representante cuya función es unificar las voces discordantes.

Dice mucho de los Estados Unidos el hecho de que vayan sembrando estas ansias de autodeterminación en tierras distantes. Estados Unidos sigue pretendiendo controlar el mundo a sus anchas. Le sigue interesando clavar esa espina en el costado europeo.

Todo ello hace pensar, como sostiene el editorial de ayer de Osservatorio Italiano (http://osservatorioitaliano.org/read.php?id=60861), que esto no fuera más que una farsa judicial totalmente programada, que dará al Kosovo una aparente independencia y a Serbia le abrirá camino en Europa. Parece haberse alcanzado un acuerdo en la comunidad internacional según el cual Serbia entrará en Europa y Kosovo quedará definitivamente bajo control de Estados Unidos.

¿Queda claro quien sigue mandando en este mundo?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.