La administración de Bagdad exige que EEUU indemnice a Iraq con una suma de mil millones de dólares y pida perdón públicamente por el daño causado a la capital durante la intervención de las tropas estadounidenses en la primavera del 2003. Si embargo, a juzgar por el resultado de la deliberación del caso de Kósovo […]
La administración de Bagdad exige que EEUU indemnice a Iraq con una suma de mil millones de dólares y pida perdón públicamente por el daño causado a la capital durante la intervención de las tropas estadounidenses en la primavera del 2003.
Si embargo, a juzgar por el resultado de la deliberación del caso de Kósovo en el seno de la ONU durante la semana pasada, estas reivindicaciones aún tardarán en ser satisfechas.
El veto era inevitable
Por su parte, a la diplomacia estadounidense en las Naciones Unidas debe haberle dado vergüenza el vetar la propuesta de Serbia sobre la organización de una comisión internacional para la investigación del presunto tráfico de órganos humanos procedentes de serbios de Kosovo, secuestrados y asesinados a manos de grupos de guerrilleros albano-kosovares.
No es la primera vez que recurren al veto para apoyar sus propios intereses. Lo emplearon en varias ocasiones para defender a Israel contra países árabes indignados; y lo hicieron con independencia de lo que los israelíes hubieran hecho. Ahora, en varios países árabes amanecen nuevos regímenes y EEUU podría arrepentirse de sus vetos y de su apoyo expreso a Israel.
Aplicar veto sobre las propuestas serbias no resulta tan peligroso para EEUU. Oponerse a los europeos no es tan arriesgado como hacerlo con los árabes. Además, de esta forma se logrará aplazar la cuestión de la responsabilidad de los lideres por la toma de decisiones delicadas, como es la serbia.
El secreto de Polichinela
Cuando en diciembre del año pasado Dick Marti, el relator del Consejo de Europa, publicó su informe sobre las atrocidades del actual primer ministro de Kosovo, Hashim Thaci, fue sorprendido por la reacción del público. Eran ya ampliamente conocidas la figura y las actividades de Thaci; para nadie era un secreto que su Ejército de liberación de Kosovo era una organización terrorista con actividades tales como el asesinato, el secuestro y la venta de riñones y otros órganos humanos.
Pero hoy, las huestes de Thaci trabajan ya en otro sector. Según desveló el director ejecutivo de la Oficina de la ONU para Drogas y Crimen, Pino Arlakki, no hace mucho, en una rueda de prensa celebrada en RIA Novosti, Kosovo fue mencionado como uno de los centros más importantes del crimen europeo y punto clave del tráfico de droga procedente de Afganistán. Y esto es otro secreto de Polichinela.
Y nadie puede combatirlo. Está claro que Serbia planteó su idea ante el Consejo de Seguridad con tal de obtener financiación para la investigación. La ONU podría facilitarlos. Desde hace unos años, en el territorio de Kosovo actúa EULEX (misión civil de la Unión Europea en Kosovo para el imperio de la ley) que ya habrá obtenido bastantes pruebas.
Es verdad que no se trata más que de un grupo de gente cuyo estatus no está del todo claro, al igual que el de la propia región de Kosovo, que proclamó su independencia en febrero de 2008, pero todavía no ha sido reconocida como país por toda la comunidad internacional y, por lo tanto, no forma parte de la ONU. Por esta razón, en 2008 la ONU retiró de la zona su misión UNMIK, que fue sustituida por la EULEX. La situación parece absurda. Mientras tanto, el veto de EEUU aparece como una cosa lógica e inevitable.
¿Quién está implicado?
¿Por qué no se puede detener a toda la cúpula dirigente en Kosovo y entregarla a los tribunales para investigar sus actividades? Sencillamente, porque saldría a la luz la lista de los nombres que hicieron posible el ascenso del actual grupo mafioso al poder en Kosovo. En esa lista aparecerían los entonces líderes de EEUU y de algún que otro dirigente europeo.
A la cabeza de la lista estaría el ex presidente y esposo de la actual secretaria de Estado de EEUU. Los demás implicados también están vivos y quedarían muy mal parados, de saberse toda la verdad sobre el caso kosovar.
Un proceso judicial contra cualquier Jefe de Estado, ya sea actual o antiguo, es muy complejo. En el pasado, cuando se creía que los reyes estaban por encima de la ley, todo era mucho más sencillo. Ahora, en muchas ocasiones y a pesar de la dificultad que entraña el hecho, las fuerzas opositoras utilizan los juicios sobre los jefes de gobierno para apartarlos del poder sin convocar elecciones, como es el caso de Silvio Berlusconi, por ejemplo.
En otros casos, los ex dirigentes son citados a los tribunales para mediar en la resolución de problemas acuciantes, en la obtención de dinero. Por ejemplo, si el ex presidente de Túnez, Ben Alí, estuviera en su país ahora, probablemente lo llevarían a los tribunales. Ya le pasó a Slobodan Milosevic. Pero Bill Clinton es harina de otro costal…
Es evidente que la ley y el derecho internacional son un caos en estos momentos. Si no ponen orden, los problemas continuarán y cada vez serán peores. En esta coyuntura, nadie está, ni estará, en condiciones de responder por las andanzas de Hashim Thaci en Kosovo, ni por las destrucciones en Bagdad en 2003.
Fuente: http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20110223/148413078.html