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Celac, Honduras y Pepe

Fuentes: Rebelión

«Al poder se sube casi siempre de rodillas. Los que suben de pie son los que tienen derecho a él» José Martí, poeta y apóstol cubano. Todo está bien aceitado para la celebración, el 3 y 4 de diciembre, de la Cumbre Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), evento que sin todavía haberse inaugurado […]

«Al poder se sube casi siempre de rodillas. Los que suben de pie son los que tienen derecho a él»

José Martí, poeta y apóstol cubano.

Todo está bien aceitado para la celebración, el 3 y 4 de diciembre, de la Cumbre Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), evento que sin todavía haberse inaugurado ya algunos catalogan de histórico. Ya se ha informado desde Venezuela, con todo el entusiasmo latinoamericanista, que esta Cumbre será transmitida al mundo a través de dos satélites y con tecnología de última generación, quizá por aquello de que ojos que no ven, corazón que no siente.

Esta Cumbre promete diferenciarse de las demás porque es un nuevo intento, quizá uno de los primeros con tanta seriedad, de la unidad de los países del mal llamado subcontinente. Además, pretende obtener resultados tangibles como elevar el nivel de vida de muchos pueblos latinoamericanos que se balancean entre la pobreza y la miseria. Por tanto debemos sospechar que no será como aquellas «Cumbres», por ejemplo, Contra el Hambre Mundial, mientras organizadores e invitados se atiborran de la mejor comida del planeta acompañados de las bebidas más refinadas… y que los hambrientos sueñen que pronto tendrán la barriga llena, por extensión, el corazón contento.

Sí, así esta refranera y dicharachera Latinoamérica vuelve a resoñar con el ya soñado sueño bolivariano de una América Latina independiente. Pero debemos de esperar resultados, pues del dicho al hecho, hay mucho trecho.

No está demás una dosis de optimismo, las condiciones políticas han cambiado mucho en América Latina, en varios países han asumido gobiernos que finalmente son por y para el pueblo, entre ellos algunos de los más desarrollados económicamente. El informe de las Naciones Unidas ha situado a Cuba, pese a más de 50 años de agresión y embargo del gobierno de EEUU, como uno de los principales en el mundo en desarrollo humano. Pero debe estarse ojo avizor en la Cumbre, pues si bien asistirán presidentes que genuinamente representan a sus pueblos, también los habrá quienes van en nombre de pequeños grupos económicos de sus respectivos países y, por supuesto, no faltará quienes vayan en su papel de mandaderos y espías tanto para sus amos de los Estados Unidos como de los países más bélicos que integran la OTAN, en otras palabras, de ese pequeño núcleo conocido como imperio global, que a raíz de la crisis generada por sí mismos han puesto sin ningún pudor y con el pretexto más burdo el ojo y bala a las riquezas de países indefensos.

No sabemos con certeza si Pepe Lobo va representando a un pequeño grupo económico afincado en Honduras, o en representación de todo el pueblo hondureño (que no excluye a los empresarios emprendedores y honestos), pero si lo segundo fuese el caso, Lobo tiene una gran oportunidad para graduarse de presidente que trasciende las fincas olanchanas.

Es probable que sus brillantes asesores ya le previnieron, que no vaya a mentir, a decir que en Honduras todo es paz y que el «Honduras is Open for Business» tuvo un éxito de tal magnitud que ya empezamos a exportar Mercedes Benz. No, el mundo está informado de las masacres a los campesinos en el Bajo Aguan, de los asesinatos a periodistas, abogados, maestros, a dirigentes del Frente Nacional de Resistencia Popular liderado por el presidente Manuel Zelaya, de los atropellos a la libertad de expresión, que no vaya con el cuento de que los daños del golpe de Estado ya han sido resarcidos, que es falso que Romeo Vásquez Velásquez, uno de los ejecutores directos del golpe de Estado, aparte de que fue premiado con la gerencia de la telefonía hondureña es ahora pre candidato presidencial, que no vaya a decir que no existen diplomáticos que fueron bajo su gobierno dejados con todo y familia fuera de Honduras sin pagárseles un centavo ni para su traslado a su país de origen, teórica y prácticamente en el destierro, que existe una policía corrupta y un grupo económico que quiere imponer el ejército golpista en las calles no para proteger al pueblo sino, según ellos, para protegerse del pueblo.

Apenas el 23 de noviembre, aparece un artículo en el periódico Folha de São Paulo de mayor circulación de Brasil, firmado por Mark Weisbrot (codirector del Centro para la Investigación Económica y Política, en Washington, D.C., y presidente de Just Foreign Policy), donde se lee: «El golpe fue con la ayuda de la administración Obama, que hizo todo lo posible para asegurarse de que el golpe tuviera éxito y que un gobierno de derecha fuese instalado en una «elección» cinco meses después. Brasil, como la mayoría de la región, se negó a reconocer la «elección» del presidente Porfirio Lobo, ya que se llevó a cabo en condiciones de violaciones de derechos humanos, no como debe hacerse una elección libre y justa.» Y añade sobre el Acuerdo de Cartagena: «Una de esas condiciones era una garantía de «respeto y la protección de los derechos humanos.» Esto claramente no ha sido cumplido, como la violencia contra la oposición ha incrementado bajo el gobierno de Lobo. Unos 61 asesinatos políticos se han documentado lo que va del año, y 59 el año pasado. Esta es posiblemente la peor represión política en el hemisferio.» Que esta cita baste para ver que ir a mentir es ir a hacer el ridículo.

Si en verdad Pepe Lobo va a representarnos, a representar el pueblo hondureño, lo primero que tiene que hacer es dar las gracias por la solidaridad de América Latina para con el pueblo hondureño, dar cuenta de qué están haciendo los cien tractores que el ALBA donó al campesinado de Honduras, dar cuenta de qué se hizo o se está haciendo, en beneficio del pueblo hondureño, con los 100 millones de dólares que le concedió el ALBA. Demostrar que con ese dinero no se está pagando la seguridad del dictador-golpista y el curul vitalicio en el Congreso de R. Micheletti y otras hierbas, y denunciarlo ante la comunidad internacional que cada vez que aparece es para insultarlo y amenazarlo.

Es difícil suponer que Pepe Lobo pudiese decir «Golpe de Estado» sin titubear, sin decirlo entre dientes, pues hace apenas unos días, aunque parezca insólito y tristemente cómico, el Jefe de la Guardia de Honor Presidencial, como quien dice quien le «cuida» la espalda a Lobo, coronel Andrés Felipe Díaz López, salió furioso en conferencia de prensa a decir que Micheletti no era dictador (quizá no hubiese protestado si el periodista le llama aprendiz de dictadorzuelo) sino ex presidente. Esto supone que el coronel avala todas las amenazas e insultos que con frecuencia su «héroe» Micheletti le lanza a quien debería ser «su jefe y su presidente». Y esto que las Fuerzas Armadas son obedientes y no deliberantes.

Pepe Lobo tiene esta oportunidad de oro, entre otras cosas para denunciar que es víctima de amenazas de muerte, de chantaje. Debe de aprovechar y dejar una lista por su seguridad con los nombres, que él tiene que saberlos, de aspirantes a magnicidas; Jorge Tal, Miguel Tal, Carlos Tal, Equis Tal, en caso de que algo le suceda ya habrá mecanismos en la Celac para que este tipo de crímenes no queden en la impunidad. Pepe Lobo puede, incluso, ser ejemplo de todos los presidentes de América Latina, pararse en la tribuna, y desde allí, hablar con la verdad y por experiencia propia, de que los golpes de Estado solo llevan miseria, muerte, dolor y odio, por ello hay que decirles, como dijo una vez el gran escritor argentino Ernesto Sabato en su informe sobre los desparecidos y torturados: ¡Nunca más! Si esto sucediera así, podríamos decir en Honduras con toda certeza después de la Cumbre del Celac: «¡Tenemos Presidente!»

Roberto Quesada es escritor, periodista y diplomático, ex Consejero de Honduras ante las Naciones Unidas.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.