Economistas alemanes abogan por que los mas adinerados contribuyan a resolver la crisis de la zona del euro obligándoles a comprar deuda pública, o, como alternativa, estableciendo un impuesto temporal que grave las grandes fortunas.
Con menos de la mitad de la fortuna de los ricos, concretamente, con el 40% de su patrimonio, se podría pagar la totalidad de la deuda que acumulan los estados que comparten el euro. Así lo asegura un estudio que publica el diario alemán Süddeutsche Zeitung. El rotativo revela que el propio ministro federal de Finanzas, Wolfgang Schäuble, considera «un modelo interesante» buscar opciones para que los ricos hagan su aportación a la resolución de la crisis.
La discusión en Alemania tiene su origen en las propuestas presentadas por el prestigioso Instituto Alemán de Estudios Económicos (DIW) de Berlín para que los mas adinerados contribuyan a resolver la crisis de la zona del euro, entre ellas la de la compra forzosa de deuda pública.
«Precisamente en los países en crisis son ese tipo de instrumentos una opción razonable para que las fortunas privadas, en parte muy concentradas, hagan su aportación a la refinanciación del Estado», señalaba el DIW. «Dependiendo de los progresos en la consolidación del Estado esa deuda se podrá devolver mas adelante con sus intereses», señalaba el informe de los expertos alemanes, que propone también como alternativa un impuesto temporal que grave las grandes fortunas.
El periódico alemán recoge las declaraciones del responsable de Assenagon, una sociedad administradora de grandes fortunas, Jochen Felsenheimer, para quien «la reacción lógica de los ricos es económicamente equivocada» ante la opción de que se vean obligados a contribuir de alguna manera a resolver la crisis. Añade que «en las últimas décadas se ha transferido bienestar a costa de todos a unos pocos» y por ello la crisis del euro no es una crisis de la deuda en el sentido clásico, en la que se cuestiona la capacidad de pago de una economía debido a su bajo rendimiento. A su juicio la solución de la crisis del euro debe tener en cuenta también reducir el abismo entre ricos y pobres, que siempre precede a una crisis, lo que no solo ayuda al Estado, sino que es justo.
El economista jefe del banco Commerzbank, Jörg Krämer, asegura que con la crisis «estamos viendo a la vez riqueza privada y miseria pública», y pone como ejemplo el caso de Italia, donde los hogares privados acumulan una fortuna del 175 % del PIB, mientras la deuda estatal se eleva al 120 %. Y explica que si los italianos tuviesen que pagar un 15% de impuestos patrimoniales su riqueza bajaría al 150 % del PIB, pero el Estado conseguiría reducir su deuda por debajo del crítico 100 %.
Sin embargo, el director del instituto de estudios económicos de Hamburgo HWWI, Thomas Straubhaar, considera que forzar a los ricos a comprar deuda del Estado o gravar sus fortunas con tasas extraordinarias son medidas difícilmente aplicables. Straubhaar es partidario de optimizar la recaudación de impuestos, cerrando todos los huecos a los adinerados, e introducir un sistema impositivo progresivo que grave en mayor medida a los fuertes con mayores ingresos que a los débiles.