En entrevista digital desde Tegucigalpa, Ricardo Salgado Bonilla, analista político y económico, habla de las próximas elecciones en Honduras: «En condiciones de mínima libertad en el proceso electoral, Xiomara Castro es la próxima presidenta de Honduras. Tenemos ya el espejo de lo que sucedió en México y tendremos que vigilar esa victoria desde el primer […]
En entrevista digital desde Tegucigalpa, Ricardo Salgado Bonilla, analista político y económico, habla de las próximas elecciones en Honduras: «En condiciones de mínima libertad en el proceso electoral, Xiomara Castro es la próxima presidenta de Honduras. Tenemos ya el espejo de lo que sucedió en México y tendremos que vigilar esa victoria desde el primer segundo y mantener la movilización popular. Cualquier otra coyuntura traería un tipo de lucha distinto. En mi opinión la lucha de Xiomara será contra un candidato del partido de Lobo Sosa; el Partido Liberal está bastante debilitado, y su tendencia a apoyar la demagogia neoliberal no le permite recuperarse. Latinoamérica debe seguir con atención lo que aquí sucede, pues mucho de la historia de los siguientes 30 años se decidirá en noviembre de 2012 en Honduras».
Ricardo Salgado milita en el Partido Libre y en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), es asesor político de José Manuel Zelaya y ante el modelo de golpe de Estado parlamentario en Paraguay opina: «Es posible que el golpe en Honduras haya servido como ensayo para un modelo de generación de crisis y rompimiento de las democracias progresistas de América Latina. Parece un producto de laboratorio que fue probado primero en Honduras. En el Paraguay se ve un producto ‘más acabado’, la OEA ya no reaccionó contra la asonada. Tampoco los militares fueron tan evidentes como en Honduras. Sin embargo, la estratagema parlamentaria fue igualmente burda, escuchar los cargos contra Lugo llama a una profunda reflexión, pues los argumentos son tan ridículos, insostenibles que preocupa que el mundo acepte estas cosas, y que se mantenga más bien pasivo. También es evidente la falta de argumentos de respuesta más contundentes, aunque entendemos que siendo prácticos, el mayor problema es el terrible papel de los Estados Unidos en estas asonadas».
MC.- ¿Qué país dejaron los empresarios, los militares y la injerencia norteamericana después de 3 años del golpe de Estado?
RS.- Honduras es un país sumamente pobre, altamente dependiente, lleno de corrupción e impunidad. El golpe de Estado, y la sucesión de este profundizaron los problemas económicos de la sociedad; el Estado se endeudo con la banca privada local e internacional hasta niveles que superan la deuda del país antes de 2002. Hay tantas muertes violentas en Honduras que un reporte de seguridad para la prensa de cualquier día, da la sensación de que nos encontramos en guerra. El gobierno, aun después de ser reconocido por la comunidad internacional ha sido incapaz de controlar el aparato de impunidad y la persecución política organizada desde el sistema de administración de justicia y los órganos represivos del Estado. Tenemos una remilitarización de la sociedad, y en zonas como el bajo Aguan, en Colón, o San Manuel, en Cortés, grupos campesinos son hostigados, perseguidos y reprimidos con brutalidad para defender los intereses de terratenientes.
Los medios de comunicación siguen siendo un factor desestabilizador para los hondureños, pues no cesan de mentir y manipular los hechos. Después del golpe existen dos sectores bien definidos en la población, uno radicalizado por el fundamentalismo cultivado por la derecha, por medio de varios artefactos ideológicos; y otro sector alineado con la resistencia nacional, hoy día con mucha más organización que hace tres años. El aparato de gobierno mantiene a todos los responsables del golpe de Estado bastante protegidos y ubicados en sectores clave de la vida nacional, como las telecomunicaciones, marina mercante, migración, y otros, sin mencionar que la Corte de Justicia, y la Fiscalía General que hizo operativo el golpe siguen entronizadas. El crecimiento económico reportado oficialmente es insignificante, lo que se ve agravado por la volatilidad de los precios del petróleo y sus derivados. En síntesis la violencia post golpe se ha mantenido y la situación económica tiende día con día a la «caída libre».
MC.- ¿Cuál es la herencia que dejaron los golpistas en relación a las sistemáticas violaciones de los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad?
RS.- Creo que no podemos hablar de «herencia», pues todo el aparato represivo sigue en su puesto. Ha crecido la influencia extranjera en ellos, especialmente de parte de los Estados Unidos, Colombia y Chile, y existen grupos paramilitares en muchas funciones. Algunos terratenientes, mantienen verdaderos ejércitos privados, entrenados por expertos colombianos. En términos de cifras es difícil precisar líneas que separen la violencia política y la vinculada con el crimen organizado; solo en 2011 se produjeron más de seis mil muertes violentas, unos 20 asesinatos cada día, casi un muerto por hora; ninguno de esos crímenes ha sido judicializado, y son muy pocos los que se encuentran en investigación. Desde que se instauro el régimen de Porfirio Lobo Sosa hemos tenido más de trece mil muertes violentas en el país. De importante connotación es el asesinato de 4 personas, incluyendo una mujer embarazada, en la zona de la Mosquitia desde una helicóptero que cumplía misión de la DEA, con agentes norteamericanos en ella, así como el hostigamiento a compañeros campesinos lencas. En general, la violencia se concentra en la población, afectando siempre a los más vulnerables: mujeres, niños, grupos de diversidad sexual, pueblos originarios. También gremios profesionales, especialmente periodistas. Note que la represión brutal y el asesinato político han ido siempre dirigidos a miembros de la resistencia nacional, incluyendo candidatos a diputados del Partido Libre (Libertad y Refundación del Frente Nacional de Resistencia Popular).
MC.- ¿Honduras exportó el modelo de golpe de Estado parlamentario?
RS.- No creo que se trate de una «exportación». Sí, es posible que el golpe en Honduras haya servido como ensayo para un modelo de generación de crisis y rompimiento de las democracias progresistas de América Latina. Parece un producto de laboratorio que fue probado primero en Honduras. En el Paraguay se ve un producto «más acabado», la OEA ya no reaccionó contra la asonada. Tampoco los militares fueron tan evidentes como en Honduras. Sin embargo, la estratagema parlamentaria fue igualmente burda, escuchar los cargos contra Lugo llama a una profunda reflexión, pues los argumentos son tan ridículos, insostenibles que preocupa que el mundo acepte estas cosas, y que se mantenga más bien pasivo. También es evidente la falta de argumentos de respuesta más contundentes, aunque entendemos que siendo prácticos, el mayor problema es el terrible papel de los Estados Unidos en estas asonadas.
MC.- ¿El Coordinador del FNRP, Manuel Zelaya conversó con el Presidente Fernando Lugo?, ¿qué consejos podría darle Zelaya a Lugo?
RS.- Se emitieron documentos de apoyo al pueblo paraguayo y a su presidente Fernando Lugo. De hecho aquí se formó uno de los primeros comités de solidaridad con el Paraguay, pero no una comunicación directa. Creo que si hay un mensaje que puede enviar nuestro Coordinador General, José Manuel Zelaya Rosales al presidente Fernando Lugo es que resista al lado de su pueblo, que organice un fuerte aparato de lucha y demuestre, como lo hemos hecho en Honduras, que la historia no termina con esos golpes de Estado, que en ese punto recién comienza todo y que con ellos se abre la ruta de la liberación nacional.
MC.- ¿Y la Resistencia de Honduras qué consejos le daría al pueblo paraguayo y boliviano?
RS.- Cada realidad es distinta. Creo que todos podemos aprender de nuestras experiencias. Honduras posee un carácter especialmente estratégico para los planes de Estados Unidos, esto es un hecho comprobado a través de nuestra historia. La organización, la movilización constantes son claves para la lucha, en esto ya tiene mucha experiencia el pueblo boliviano; y los hermanos paraguayos recién comienzan un proceso cuyas particularidades marcaran el ritmo con el que deberán moverse hacia la derrota de la conspiración.
MC.- ¿Encuentras alguna división u oposición dentro del FNRP para participar en las próximas elecciones presidenciales?
RS.- Hay sectores políticos que tienen sus propios intereses y estrategias de lucha. Pienso que terminaran uniendo sus propósitos a los de Libertad y Refundación, LIBRE, al menos coyunturalmente. Ahora, el pueblo tiene una sola visión, y es muy fuerte su determinación hacia la lucha electoral, y su nivel de organización crece todos los días, lo que permite prever que sea capaz de sostener sus conquistas en cualquier escenario. La unión en LIBRE de diversas fuerzas ha provocado la suspicacia de otros grupos que optaron por mantenerse al margen, y otros simplemente decidieron atacar el proyecto. Esta es una propuesta de lucha revolucionaria que apunta a hacer un cambio hegemónico en el país, otros grupos, rechazan esto pero no tienen ninguna propuesta, eso si son las puertas aquí están abiertas para ellos todo el tiempo.
MC.- En Guatemala bloquearon la candidatura de Sandra Torres (la esposa de Álvaro Colom) y llegó a la presidencia Otto Pérez (un kaibil acusado de violaciones a los derechos humanos), ¿los golpistas hondureños intentarán bloquear el proyecto de Xiomara Castro?
RS.- Creo que la derecha hondureña, incluyendo los golpistas, utilizarán todos los medios a su alcance para evitar que Libertad y Refundación, y su candidata Xiomara Castro triunfen, pero este es un juego de dos partes, nosotros planteamos también nuestra lucha. La situación aquí es diferente a la de Guatemala, pues no existen argumentos legales para impugnar su candidatura, por lo que debemos esperar otro tipo de estrategia: No se debe olvidar que tenemos hoy 9 partidos inscritos, pero sólo la candidatura de Xiomara Castro propone la ruptura con el modelo neoliberal y un cambio estructural en el país.
MC.- ¿Cómo describirías la participación popular en torno a la candidatura de Xiomara Castro?
RS.- Indescriptible. Nunca antes en nuestra historia la participación popular tuvo una ascendencia tan grande sobre un proyecto político. No se trata de una candidata ofreciendo cosas a una masa desinteresada, sino un pueblo marcando las líneas que debe seguir su candidata. Ojo con este fenómeno, porque marca un punto de inflexión en la historia política de Honduras.
MC.- ¿Quiénes construyeron la plataforma electoral del Partido LIBRE?, ¿fueron incluyentes al redactar los estatutos y al designar la candidatura?
RS.- El partido LIBRE es la decisión de una Asamblea General de Frente Nacional de Resistencia Popular. La redacción de estatutos, involucró a todos los sectores de la sociedad, y luego de aprobados por el Tribunal Electoral se encuentran a disposición de todo el que quiera conocerlos. Creemos que son un punto de partida que podremos perfeccionar con la participación amplia del pueblo a medida avancemos n este proyecto.
Sobre la designación de la candidata, ha habido gran unanimidad, y una aprobación total del pueblo hondureño. Aquí es importante decir que la aprobación de Xiomara Castro y su postulación por LIBRE es vista como la única opción para el país. Al día de hoy sigue abierta la opción de que se presenten nuevos candidatos, pero la decisión de muchos buenos aspirantes ha sido sumarse al este proceso.
MC .- Finalmente, ¿quién será el candidato a vencer?, ¿el propuesto por el Partido Liberal?, ¿Xiomara Castro tiene posibilidades para ganar la presidencia?
RS.- En condiciones de mínima libertad en el proceso, ojo que no estamos aspirando a ninguna ventaja, ni viviendo la ilusión de un sistema justo de elección, Xiomara Castro es la próxima presidenta de Honduras. Tenemos ya el espejo de lo que sucedió en México y tendremos que vigilar esa victoria desde el primer segundo y mantener la movilización popular. Cualquier otra coyuntura traería un tipo de lucha distinto. En mi opinión la lucha de Xiomara será contra un candidato del partido de Lobo Sosa; el Partido Liberal está bastante debilitado, y su tendencia a apoyar la demagogia neoliberal no le permite recuperarse. Latinoamérica debe seguir con atención lo que aquí sucede, pues mucho de la historia de los siguientes 30 años se decidirá en noviembre de 2012 en Honduras.
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