Europa y el FMI piden «reformas estructurales» también a países como Eslovaquia y Malta, que no tienen graves problemas económicos. Algunos estados, como Chipre, optan por pedir ayudas fuera de la UE.
En la Europa de la crisis no hay sólo «cerdos» (los PIIGS del acrónimo inglés que indica los países con los mayores problemas de deuda, es decir, Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) y «halcones» del rigor financiero (Alemania y sus países satélites como Austria, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo o la nórdica Finlandia). Las demás economías no son tan ricas para estar del lado de quien defiende la austeridad ni tan grandes para poder contratar las ayudas. Así que cada una ha encontrado su modo de sobrevivir a la crisis.
El último expediente viene de Chipre, la isla del Mediterráneo cuya parte sur ha entrado en el euro en 2008 (en la República Turca del Norte de Chipre se usa la lira turca). Tras averiguar que los bancos estaban en quiebra, la isla se ha convertido en el quinto país de la zona euro en pedir el rescate.
Las entidades financieras de Nicosia, repletas de deuda soberana griega, necesitan 10.000 millones de euros para seguir adelante: una gota en el mar de los rescates europeos pero una suma insostenible para un país tan pequeño, sobre todo si va acompañada por las peticiones de la troika. El trío de instituciones internacionales (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) se ha vuelto famoso por la práctica de la «condicionalidad», la misma que los hombres de negro del Fondo aplicaron a Latinoamérica en la «década perdida» de los ’80: se otorgan prestamos sólo a cambio de recortes «sangre, sudor y lágrimas», privatizaciones, venta del patrimonio público; en fin, una pérdida total de soberanía por parte del país intervenido.
Por esto el presidente de Chipre, Demestris Christofias, ha decidido buscar un alternativa: ha desempolvado su pasado (en el que se encuentra una carrera de Filosofía en Moscú) y ha empezado a tratar con Rusia. El interés del presidente ruso Vladimir Putin en el rescate está directamente relacionado con los yacimientos de gas situados alrededor de la isla, pero para Europa el hecho de que un país miembro -y además ahora presidente de turno de la UE- rechace las ayudas para acudir a Moscú es una humillación sin par que ha hecho sonar más de una alarma: ¿qué pasa si también los demás países deciden librarse del control de Bruselas, de Frankfurt y Washington?
Más España, menos Suiza
El próximo país en acabar en los brazos de la troika puede ser Eslovenia. El pequeño Estado de la antigua Yugoslavia tenía hasta hace algunos años la apariencia de una segunda Suiza: montañas verdes, economía dinámica y alta calidad de vida. En pocos meses la situación ha cambiado y Liubliana ha resultado parecerse más a Madrid que a Berna: a causa de la exposición al ladrillo los bancos eslovenos están al borde de la quiebra. El sistema financiero necesita alrededor de 5.000 millones de euros, y un préstamo con las condiciones de la troika podría resultar fatal para una economía que lleva año y medio en recesión. Eslovenia parece encaminada a pedir ayuda a Bruselas, pero en el país ya crecen las dudas: «¿Tenemos que acabar como España?» se pregunta Dnevnik, el principal diario del país.
Recorriendo el continente hacia el norte, las preocupaciones financieras, sin embargo, disminuyen: Eslovaquia, por ejemplo, se está manteniendo lejos del rescate: su economía sigue creciendo (este año casi un 2%mientras la media europea se queda en el -0,3%) y se están creando puestos de trabajo sobre todo en el sector automovilístico, que representa más del 30% de la economía nacional (y por su bajo coste compite con los países más ricos de Europa). Sin embargo, aunque todo va bien, los hombres de negro del FMI no se han abstenido de dar sus consejos: la prioridad de Eslovaquia, según la institución de Washington, serían unas «reformas estructurales» para aumentar el empleo y el «ambiente de negocios».
Algo parecido pasa con la pequeña isla de Malta, que recibió en primavera una de las visitas rutinarias del FMI: la economía va bien pero hay que hacer más recortes estructurales, han repetido una vez más los hombres de negro.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/La-troika-reparte-consejos-a-la.html