Danilo y Leonel El Congreso Norge Botello del gobernante Partido de la Liberación -PLD ha servido para exhibir las lacras de las dos facciones que actualmente lo dominan en el contexto de una competencia espuria. De la «berenjena» peledeista emana un olor desagradable, aportando mas evidencias de la descomposición interna y agregándolas al proceso de […]
Danilo y Leonel
El Congreso Norge Botello del gobernante Partido de la Liberación -PLD ha servido para exhibir las lacras de las dos facciones que actualmente lo dominan en el contexto de una competencia espuria.
De la «berenjena» peledeista emana un olor desagradable, aportando mas evidencias de la descomposición interna y agregándolas al proceso de decadencia y descomposición del sistema tradicional de partidos.
Del PRSC ya no hay mucho que hablar: su descomposición lo ha llevado a la desaparición. Lo que resta del partido colorao es un cascarón manipulado por la cúpula del PLD.
Del PRD hay que destacar que va por el mismo camino en fase muy crítica. Su matricula, con Miguel Vargas a la cabeza (facción minoritaria), fue comprada por el PLD y reconocida por las instituciones de esta dictadura delicuencial, que temporalmente dirige políticamente al país; mientras su parte mayoritaria (bajo los liderazgos de Hipólito Mejía, Luis Abinader y sus principales dirigentes históricos) luce entrampada, divida y sin salida propia.
De los partidos satélites o garrapatas nadie puede probar su existencia real: son más bien artificios manipulados.
Apariencia y realidad del PLD
Tal realidad hacía aparecer al PLD en días pasados como una fuerza política invulnerable a ese tipo de crisis, como un partido poderoso y disciplinado, con capacidad de controlarlo todo.
A lo sumo se comentaba, que en detrimento de su antiguo monolitismo, en su seno tenía lugar una competencia soterrada entre una facción absolutamente corrompida y sin escrúpulos (la leonelista) y otra supuestamente empeñada en una gestión ético-moral, auspiciadota de una especie de renovación bochista (la danilista).
Sin embargo, este Congreso Electivo del partido morado ha tenido la virtud de sacar a la superficie y evidenciar en grande las similitudes entre los dos oligopolios políticos que se disputan el control de una estructura electoralista-clientelista degradada, que conservando el nombre de Partido de la Liberación Dominicana-PLD, ha devenido en una especie de Compañía por Acciones copada por prácticas mercantiles semi-gansterizadas.
Una de las facciones u oligopolio político usó el dinero robado al Estado y a la sociedad en anteriores administraciones y la otra empleó a su favor la actual maquinaria gubernamental desplegando su alcance nacional, sus recursos útiles y su enorme capacidad de soborno, chantaje y temor.
La primera lo hizo con desfachatez y la segunda con discreción; con estilos diferentes, pero con la misma falta de escrúpulos.
La maquinaria del PLD fundida con el Estado, incluso transformado el gobierno central y las demás instituciones estatales en dictadura compartida, le sirve a una u otra facción en grados, tiempos y temas distintos para desplegar todo tipo de fechorías políticas con tal de imponerse.
Esta vez el gobierno central y sus estructuras de alcance nacional le sirvieron a Danilo para derrotar a sus contrarios internos, como le sirven a Leonel las «altas cortes» y el sistema judicial para garantizarle a él y a los suyos impunidad; contando también en casos recientes con el aval del Ministerio Público controlado por Danilo.
Recordatorio
La historia reciente ilustra sobre el manejo del Estado como patrimonio de gobernantes y facciones.
En el 2000, Danilo con Leonel efímeramente de su lado, usó el Estado para derrotar a Jaime David. Y poco después, Leonel inhibió al Estado para joder a Danilo y darle chance a Hipólito-PRD, pensando en su 2004.
En el 2012, Leonel se vio forzado a pactar con Danilo, colocando a su esposa en la Vice, para derrotar a Hipólito-PRD y satisfacer el aparato y la clientela peledeísta; y entonces volcó el Estado, la corruptela y la capacidad de trampa a favor del candidato oficial del PLD. Danilo gustoso aceptó ese respaldo cangrenado.
Ahora, Danilo, con mas Estado que Leonel -por lo que significa controlar el gobierno central y el presupuesto nacional- lo derrotó parcialmente, conservando el ex-presidente posiciones en otros poderes del Estado (legislativo, judicial, electoral), a nivel mediático y empresarial, y al interior del partido, en cargos que no tuvieron sujeto esa elección en estas internas.
Quien pensó que Danilo no iba a hacer lo que hizo, en verdad no entiende como opera este sistema tradicional de partidos, estas instituciones y este Estado delincuente, ya bajo la hegemonía morada.
Explosión de la crisis estructural
Juntos, los jerarcas del PLD, crearon un monstruo y el monstruo obliga a unos y a otros a hacer más de lo mismo y cada vez peor. Las reglas de la mercantilización y gansterización de la política son las que rigen; y quienes las obvien, pierden toda posibilidad de dominar, incluso de competir.
Lo nuevo es la explosión de la descomposición, embarrando a los dos bandos y arrinconando a los ni-ni.
Lo nuevo es que la crisis soterrada del PLD se ha hecho pública y se ha agravado.
Los resultados finales de este Congreso Electivo no solo tardaron en publicarse, sino que provocaron nuevos confrontaciones y nuevas denuncias de la podredumbre de parte y parte.
La administración equilibrada de las diferencias internas y el predominio de los intereses partidista-corporativo, lucen amenazadas, o por lo menos comienzan a deteriorarse.
Las divisiones y confrontaciones abiertas asoman con mucha intensidad.
El PLD lucía sólido (como Baninter), lejos de escenificar casos parecidos a los que exhibe el PRD. Su dictadura, en la que opera una especie de asociación de malhechores, se mostraba consistente.
Pero era solo apariencia.
La crisis del PLD, como la de los otros partidos de esta seudo-democracia, es esencialmente sistémica-estructural.
El destino del PLD apunta en la misma dirección que el del PRSC y PRD.
Es un partido que dejó de serlo, que se balaguerizó, que se fundió con un Estado corrompido, que se neo-liberalizó, que aupó los diablos del individualismo, del clientelismo, de la política como negocio… y eso se paga
Construir lo diferente
Optar por Leonel o por Danilo, o por cualquiera de los suyos, conduce a atolladeros parecidos.
Pasa así con el tema de Miguel Vargas, Hipólito, Abinader en el destartalado PRD. Uno sirviendo y beneficiándose de la dictadura morada y los otros haciendo una supuesta oposición que aspira a hacer las cosas en forma parecida a como las que hizo Leonel y como la que ésta haciendo Danilo y la hicieron Jorge Blanco y el propio Hipólito. A lo Balaguer modernizados.
Los hechos recientes lo confirman.
Y es tiempo ya para otra cosa diametralmente distinta. Para gobernar de otra manera y establecer una verdadera democracia, vía la ruptura de este régimen y esta institucionalidad, vía democracia de calle y un proceso constituyente popular y soberano, participativo y transparente.
En perspectiva, dada esta crisis del sistema tradicional de partidos, existe la posibilidad de salir de todos que han gobernado, contribuyendo a deteriorar esta dictadura política, a acorralar a todos sus formaciones gobernantes y a las fuerzas similares que aspiran a relevarlas.
Varía los grados de crisis en cada caso, pero todos están en crisis y en descomposición.
No le demos oxÍgeno a ninguno.
Es bueno que todos sucumban.
El reto es formar lo nuevo y diferente.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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