Desde Polonia, el mandatario demócrata prometió hasta 1000 millones de dólares en nuevos fondos para la defensa europea, reafirmando el papel de Washington en la región. Como telón de fondo, el conflicto en Ucrania.
El presidente Barack Obama ayer prometió hasta 1000 millones de dólares en nuevos fondos de Estados Unidos para la defensa europea, reafirmando el papel de Washington en la región, a pesar de las advertencias de Rusia de que cualquier aumento militar cerca de sus fronteras con Europa del Este podría provocar una nueva carrera armamentista y una nueva Guerra Fría.
El anuncio a comienzos del viaje de cuatro días de Obama por Europa coincidió con fuertes combates en Ucrania, donde las fuerzas del gobierno lanzaron una nueva ofensiva contra los separatistas prorrusos que se apoderaron de grandes extensiones de las regiones del Este.
Las elecciones de Ucrania a fines del mes pasado fueron con relativa tranquilidad, aumentando las esperanzas de una solución diplomática a la crisis que estalló en febrero, cuando los manifestantes derrocaron al presidente prorruso, Viktor Yanukovich, pero el nuevo presidente, Petro Poroshenko, está luchando para mantener el control en el Este, y hoy los líderes del grupo G-7 de países industrializados se reunirán para discutir si Moscú ha hecho lo suficiente para sofocar la insurgencia -o si se necesitan nuevas sanciones económicas.
El encuentro debía haber sido organizado por el presidente ruso, Vladimir Putin, en la ciudad turística de Sochi, pero su anexión de Crimea en marzo provocó la indignación internacional y una suspensión indefinida del grupo G-8 mientras Occidente trataba de reevaluar sus relaciones con el Kremlin. Las naciones de Europa occidental también están buscando garantías de que Estados Unidos los proteja si Rusia amenaza sus fronteras, y Obama se refirió a este nuevo panorama geopolítico ayer mientras se dirigía a Varsovia. Hablando frente a cuatro aviones de combate F-16, dijo que el compromiso de Estados Unidos era particularmente importante ahora. «La seguridad de nuestros aliados en Europa central y occidental es la piedra angular de nuestra propia seguridad, y es sacrosanta», dijo Obama.
Le pedirá al Congreso que apruebe nuevos fondos por valor de 1000 millones de dólares, que se destinarán a entrenamientos y ejercicios de las fuerzas de la OTAN, equipo militar, despliegues navales en el Mar Negro y el Mar Báltico, y un aumento en el despliegue de los planificadores y asesores estadounidenses en Europa del Este.
Estados Unidos ya envió 150 soldados a Polonia y más a los países bálticos, pero Obama tenía en claro que no estaba tratando de provocar una confrontación militar con Rusia. «Estamos interesados en las buenas relaciones con Rusia. No estamos interesados en amenazarla», dijo.
Rusia desconfía profundamente de cualquier movimiento de fuerzas de la OTAN hacia sus fronteras, y el enviado de Moscú ante la OTAN advirtió el lunes que las nuevas rotaciones de tropas o un aumento de material militar provocaría una reacción.
«Todo esto podría regresar a Europa a la época de la Guerra Fría y lanzar una carrera armamentista», dijo Alexander Grushko, citado por la agencia de noticias Interfax. Los ministros de Defensa de la OTAN también se reunieron ayer en Bruselas con Ucrania primera en la agenda. Anders Fogh Rasmussen, el secretario general de la alianza militar, dijo que estarían evaluando su respuesta a largo plazo de las acciones de Rusia en Ucrania. También elogió el liderazgo de Washington en la crisis.
«Estados Unidos reaccionó rápidamente tras las acciones militares ilegales de Rusia en Ucrania», dijo Rasmussen. «Y aprecio que otros aliados hayan hecho lo mismo para que podamos anunciar que los 28 aliados están contribuyendo a las medidas de reaseguro».
Después de un discurso de conmemoración del 25 aniversario de la caída del comunismo en Polonia y una primera reunión con Poroshenko, Obama viajará hoy a Bruselas para reunirse con los jefes de Estado de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón. Un funcionario de la UE dijo que la prioridad era evaluar la reacción de Rusia ante las elecciones ucranianas. El Kremlin expresó su disposición a negociar con Poroshenko, aliviando la presión sobre la UE para que avance hacia las sanciones.
«Ahora la prioridad es conseguir una solución política y diplomática aprovechando el impulso de la elección del nuevo presidente de Ucrania», dijo el funcionario. Sin embargo, agregó que Rusia «puede hacer más para evitar la desestabilización» en Ucrania y dijo que los líderes del G-7 «reconfirmarán su voluntad de seguir adelante con más sanciones si la situación lo requiere».
La diplomacia blanda estará en su apogeo a fines de esta semana en Francia, cuando el presidente Putin se reúna con sus homólogos francés, alemán y británico. No hay ninguna reunión prevista con Obama, pero ambos líderes asistirán a una ceremonia en Normandía para conmemorar el 70 aniversario del desembarco del Día D. «Siempre hay oportunidades para trabajar en red», dijo un diplomático europeo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-247755-2014-06-04.html