Marcaba el reloj las 5:00 am del amanecer, del lluvioso miércoles 21 de septiembre. Centenares, miles, de indígenas y campesinos, descienden de los buses en la ciudad señorial de Guatemala.
Cubiertos con plásticos, cargando sus mantas y carteles, se disponen a morder presurosos, algunos en cuclillas, sus tamalitos y tortillas de maíz…
El reloj avanza. La ciudad que los desprecia comienza a despertar. Ellas y ellos, esta vez, no llegan a vender sus productos agrícolas. No. Tampoco vienen a comprar.
Llegan decididos para protestar contra el gobierno y el Estado criollo colonial, y redoblar la proclamación de la urgente necesidad de un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional, nada menos que en la racista República de Guatemala que por 200 años impidió la plurinacionalidad fáctica (incluso con genocidio como método).
Son las comunidades y pueblos organizados en resistencia articulados en el movimiento Comité de Desarrollo Campesino (CODECA)
Ingresaron al corazón político de la ciudad en cuatro columnas
Zigzagueantes, cual policromáticas serpientes emplumadas, recorrieron en simultáneo, en cuatro columnas, por las principales calles de la castiza ciudad de Guatemala, hasta juntarse y convertirse, en la Plaza de la Constitución, en la plurinacionalidad negada y re negada en y por la Guatemala patronal.
¿Quién financia a estas comunidades empobrecidas?
Para la ciudadanía plena y/o ciudadanía permitida, es impensable que indígenas y campesinos empobrecidos se agencien por sí mismos como sujetos sociales, mucho menos sujetos sociopolíticos. ¡Imposible pensar que los “pobres” autofinancien sus acciones colectivas de protesta!
Pero, las comunidades en resistencia, articulados en el movimiento sociopolítico (CODECA), se auto financian, con aportes propios. Todas sus actividades organizativas, formativas, de protesta, y de comunicación lo financian ellos y ellas mismas con sus cuotas comunitarias mensuales.
Esta acción del autofinanciamiento comunitario quizás sea una de las explicaciones de la incómoda rebeldía creativa de CODECA. Ni la USAID, ni las ONG, mucho menos los partidos políticos de la izquierda colonial pudieron, ni pueden, doblegarlo.
¿Por qué impulsan un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional?
Las comunidades y pueblos conscientes en Guatemala entienden que su problema es ante todo político y estatal. Que los diferentes tipos de dominación que padecen prevalecen porque existe un Estado colonial, con una arquitectura constitucional, que promueve y permite las diversas formas de colonialismo interno.
En este sentido, para avanzar hacia la liberación plena de los pueblos de Guatemala, es urgente consensuar una nueva Constitución Política Plurinacional donde esté diseñado un Estado plurinacional con autonomías territoriales.
Pero dicha Constitución Política debe ser redactada con las ideas y con la participación de todos los pueblos del país. Es decir, los pueblos desde su diversidad deben de dar origen a la Constitución Política y al Estado plurinacional, y no al revés.
Desafíos de la plurinacionalidad
La plurinacionalidad es una categoría política que surge como un antídoto a la mononacionalidad que de forma fallida intentó promover/imponer el Estado nación.
En sus orígenes, fue asumida como una excepcional herramienta administrativa para la descentralización cultural dentro de los estados naciones. Caso ex URSS o España.
En los últimos años, esta categoría comienza a ser reflexionado como una respuesta al proyecto civilizatorio de la modernidad que mediante los estados naciones continuaron colonizando y despojando a los territorios de los pueblos originarios. Por ello, la idea de la plurinacionalidad está necesariamente ligada al horizonte del Buen Vivir (en lugar del desarrollo) y a la idea de la comunidad cósmica (en lugar del antropocentrismo propio de la modernidad)
Si la plurinacionalidad es asumida como una herramienta de descentralización política dentro del proyecto de la modernidad, no requiere de mayor compromiso por parte de los pueblos, más que de algunas políticas públicas para la descentralización cultural por parte de los estados nacionales.
Pero, si se la asume como respuesta para superar el nefasto proyecto de la modernidad/desarrollo para los pueblos, entonces, necesariamente implica nuevos proyectos de estilos de vida, nuevo ordenamiento jurídico, nuevas instituciones, nuevo Estado, y nuevos horizontes de existencia comunitaria. Y, esto es tarea de los pueblos, comunidades, familias, y de las instituciones públicas, privadas y religiosas.
Ollantay Itzamná. Defensor de Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos desde Abya Yala
Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/
@JubenalQ
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