Artículos

Una escuela sin derechos es una escuela sin democracia, es un lugar donde se naturaliza el autoritarismo. Esa es la escuela que quiere la derecha, la que promueven los medios de comunicación, y que muchas comunidades, ante la impotencia y el miedo, podrían aceptar. ¿Con qué fin? Exorcizar la democracia escolar, quizás como un paso previo para erosionar la democracia en la sociedad.
La “masacre de Columbine” y la llamada “tragedia del INBA”, son hechos muy diferentes, sin embargo, la reacción irracional y autoritaria de la autoridad es igual.

La deliberación popular, si es democrática, no es un proceso corto, ni ordenado, ni homogéneo, como lo ha querido imponer la llamada salida institucional. La deliberación popular funciona de formas diversas y, además debe ser permanente, porque debe incluir progresivamente a cada vez más grupos sociales. Esto lo impulsa la movilización, uno de los pocos medios que permiten remecer la conciencia social de la modorra política que provoca tanta democracia delegativa.