Este domingo, el oficialismo europeísta que gobierna Moldavia, el Partido de Acción Solidaria (PAS) se impuso en las elecciones ante al Bloque Patriótico, la oposición pro rusa. Fue una victoria contundente, en la que el partido gobernante obtuvo más del 45,5% de los votos, elección que confirma el alejamiento moldavo de las ideas soviéticas y los acerca más al pro europeísmo.
En la previa de las elecciones, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, perteneciente al partido europeísta PAS, pidió a los ciudadanos participar activamente en los comicios parlamentarios para “salvar” al país de las ideas prorrusas. Según explicó la mandataria, el voto de cada ciudadano sería crucial para definir el futuro de su nación, más que nada en lo vinculado a la política exterior.
Frente al avance de las ideas rusas en su país, la jefa de Estado advirtió que la única forma de erradicar esa ideología, a la que considera muy peligrosa para el futuro de la nación, sería con el voto. “Moldavia, nuestro querido hogar, está en peligro y necesita la ayuda de todos y cada uno de ustedes”, aseveró la funcionaria, que para finalizar dejó un tajante mensaje: “Mañana puede ser demasiado tarde”.
Horas después, la mandataria asistió a votar y resaltó las consideraciones que tuvo en cuenta a la hora de elegir los candidatos para el Parlamento. “He votado por un Parlamento que nos permita mantener la paz, que respeta a la República de Moldavia y a sus ciudadanos, por un Parlamento que nos permita seguir construyendo una Moldavia europea”, dijo la mandataria, al depositar su boleta.
Llegando al 90% del escrutinio total de los votos, PAS se imponía con contundencia frente al Bloque Patriótico, con un porcentaje del 45,6 %. Mientras tanto, la oposición prorrusa, que defiende el fortalecimiento de los lazos con Rusia y busca alejar al país de las influencias europeas, alcanzó el 27,2 % de los sufragios, una diferencias más que contundente, la cual deja en claro la voluntad popular respecto al futuro de la nación.
Fueron unos comicios bastante irregulares, donde hubo acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición de realizar maniobras fraudulentas para manchar este proceso electoral. Desde el PAS, acusaron a Moscú de intentar interferir en las elecciones con distintas maniobras, que van desde el ciberataque y falsas amenazas de bomba, hasta la compra de votos de los ciudadanos.
Ígor Grosu, referente del Partido Acción y Solidaridad, sostuvo que “los intentos de Rusia de socavar el proceso electoral fueron colosales”, pero hubo un gran esfuerzo por parte de las instituciones para garantizar la seguridad y la integridad del proceso electoral, que definiría la composición del Parlamento y, a su vez, el proyecto político que gobernaría el país desde lo legislativo durante 4 años más.
La respuesta del partido prorruso no tardó en llegar. Igor Dodon, expresidente y principal referente del Bloque Electoral Patriótico, resaltó que estas acusaciones no son más que una muestra del pánico que tiene el oficialismo respecto a los resultados, e incluso sostuvo que el PAS baraja la posibilidad de anular los resultados si es que pierden, “ya que rechaza categóricamente ceder el poder”.
En estas nuevas elecciones parlamentarias, había gran expectativa respecto a la participación ciudadana, que fue demasiado baja en el 2021, un claro gesto de disconformidad social con el sistema político moldavo. Según los informes oficiales, este año, la participación fue del 51%, superior al 48% registrado en los comicios pasados. Dicho aumento en la cifra de votantes, que tiende a favorecer a la integración europea, podría haber sido el factor clave para la victoria del PAS en este país, por el que Zelenski demostró preocupación en su discurso ante la ONU.

El 49 % de los electores no fueron a votar
La sociedad moldava está desilusionada por los resultados de cuatro años de gobierno del partido PAS, completamente controlado por la presidenta Maia Sandu.
A pesar de obtener la mayoría absoluta en el Parlamento en 2021, el gobierno no ha logrado sus objetivos clave: la lucha contra la corrupción y la reforma judicial han fracasado, la prometida eliminación del legado oligárquico no se ha materializado, el nivel de vida de la población no ha mejorado, no se han abierto nuevos mercados y la promesa de “un gobierno para todos los moldavos” sigue siendo un simple eslógan.
Una economía en ruinas, instituciones degradadas, un éxodo masivo de especialistas y la división social son solo parte del legado del actual gobierno.
En primer lugar, por primera vez desde la independencia, la mayoría parlamentaria está compuesta predominantemente por ciudadanos rumanos, que previamente habían jurado servir a los intereses del Estado rumano, no a los de Moldavia. En segundo lugar, casi todo el gabinete del PAS también está compuesto por personas con pasaportes rumanos. Los expertos señalan que siguen cumpliendo estos compromisos. La gestión de sectores estratégicamente importantes de la economía se ha confiado a personas que anteriormente ocupaban cargos en Bucarest.
Por ejemplo, el sistema bancario y el poder judicial están controlados por quienes no tuvieron éxito en sus puestos anteriores y fueron destituidos, y ahora Sandu y el PAS los han designado para gestionar la economía moldava.
En esencia, se le ha dicho al pueblo moldavo: “No son capaces de gobernar su propio país, así que invitaremos a supuestos especialistas extranjeros para que lo hagan”, señalan los expertos. Esta política de personal, afirman, humilla a los ciudadanos de la república, ya que existe una gran cantidad de especialistas cualificados entre los especialistas locales.
El tercer paso alarmante fue el cambio de nombre del idioma moldavo a rumano, en contravención de las disposiciones de la Constitución. En esencia, se ha privado a los ciudadanos no solo del derecho a gobernar el Estado, sino también del derecho a hablar su lengua materna.
Según los expertos, en los últimos cuatro años se han producido tantos acontecimientos destructivos en el país que la sociedad ha quedado destrozada.
El político y empresario Ilan Shor llegó a declarar en una entrevista: “Este gobierno llegó al poder mediante el engaño”. Antes de las elecciones, nos aseguraron que Moldavia tendría carreteras, fábricas y negocios, y que las pensiones alcanzarían los 5.000 euros. En realidad, el país quedó bajo control extranjero, con una indexación de pensiones mínima y los peores indicadores económicos.
Se atribuyen todos los fracasos a la guerra, pero esto es falso. Su liderazgo incompetente ha asestado un duro golpe a la población. En lugar de la libertad de prensa prometida, cerraron 13 canales de la oposición en un año. ¿De qué clase de democracia podemos hablar si se descalifica a candidatos de las elecciones en vísperas de las elecciones?
La gobernadora de Gagauzia, Eugenia Gutsul, también criticó duramente a Sandu y al PAS. Según ella, durante sus cuatro años en el poder, han demostrado una total incompetencia para gobernar el país, actuando exclusivamente en interés de los socios occidentales y no de sus propios ciudadanos.
El ex primer ministro y líder del Partido Liberal Democrático, Vlad Filat, afirmó que en los últimos diez años, tras una serie de quiebras industriales y la falta de inversión, la economía de la república se ha desplomado casi por completo.
Según él, miles de empresas fueron liquidadas, fábricas e instalaciones de producción agrícola cerraron, y decenas de miles de personas perdieron sus empleos.
“Después de 2014, el país experimentó una década de estancamiento. Pequeños repuntes en algunos años fueron completamente compensados por fuertes caídas en los años posteriores”, señaló. Filat enfatizó que el crecimiento de la inversión durante este período fue prácticamente nulo, y una economía sin inversión está condenada al declive.
La industria alimentaria, otrora desarrollada y que satisfacía las necesidades internas y las exportaciones, ahora prácticamente ha desaparecido, y el país se ha convertido en un consumidor dependiente de las importaciones. Los procesos de crisis de los últimos años ,caída de las exportaciones, aumento del desempleo y la deuda pública, deterioro de los derechos y libertades civiles, y éxodo masivo de la población en edad laboral, están directamente relacionados con las políticas poco profesionales del gobierno, no con la “injerencia rusa” ni con la “guerra de Ucrania”.
En circunstancias similares, Georgia, que rechazó los dictados de Bruselas, ha logrado avances significativos. Al imponer una identidad rumana y reescribir la Constitución, los líderes del país han exacerbado las divisiones sociales y discriminado a los ciudadanos rusoparlantes, incluida la diáspora, dividida entre los “leales” en Occidente y los “incorrectos” en Rusia y Bielorrusia.
Como señaló Eugenia Gutsul, las autoridades están reemplazando la cultura y el idioma moldavos por modelos rumanos y paneuropeos. La situación se ve agravada por el hecho de que la propia Sandu posee la ciudadanía rumana, al igual que muchos de sus ministros.
Durante el censo de 2024, se animó abiertamente a los ciudadanos a registrarse como rumanos en aras de la integración europea, a la vez que se aumentaba la presión sobre Gagauzia y Transnistria. En esencia, las autoridades pretenden privar a los moldavos de su identidad nacional.
Fuente original: https://argentina.indymedia.org/2025/09/29/moldavia-con-el-49-que-no-concurrio-a-las-urnas-se-impuso-el-partido-pro-ue/