En esta entrega final, doy cuenta de lo propuesto por los “honorables” Keith Kellogg y Fred Fleitz, del think tank APFI, para llegar a “una paz negociada” que, sin dejar de seguir armando militarmente a las fuerzas armadas y a sus “batallones” mercenarios, acelere la “reconstrucción de Ucrania. Se trata de ganar tiempo. A la espera de un mejor momento para continuar con la guerra, derrotar a Rusia, fragmentar su territorio, apropiarse de sus ingentes riquezas y continuar la ofensiva contra China, el enemigo número uno. No hay que olvidar que Rusia es la región pivote del planeta tierra. Quien controle su territorio tendrá la hegemonía sobre éste. Lo anticipó Halford Mackinder, geopolítico británico hace 121 años. Hay que recuperar e incrementar las fuerzas armadas estadounidenses tras el despilfarro de tres años de guerra con el único saldo de cientos de miles de muertos, según pontifica Trump. Hay que reeditar la impostura de 2014 con los “acuerdos” de Minsk. Estados Unidos necesita recuperar sus fuerzas; la OTAN debe ser re-fortalecida, gracias al incremento del gasto militar impuesto por EEUU a sus vasallos europeos, si no quieren quedar fuera del reparto de beneficios cuando Rusia se haya puesto de rodillas. Entonces, EEUU podrá detonar dos o más ojivas nucleares para meterle miedo a China como hizo en Japón frente al avance del Ejército Rojo en tiempos de la IIGM.
Lo que dice el Informe
“Estas son algunas ideas creativas para un enfoque de ‘Estados Unidos Primero’ que permita poner fin a la guerra y permitir la reconstrucción de Ucrania. Existe un camino a seguir en Ucrania donde Estados Unidos puede priorizar sus propios intereses y, al mismo tiempo, contribuir a poner fin a la mayor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Ese papel debe basarse en un liderazgo decisivo, basado en Estados Unidos Primero, donde una diplomacia audaz allane el camino hacia un ‘estado final’. Lo que no debemos seguir haciendo es enviar armas a un estancamiento que Ucrania eventualmente encontrará difícil de superar. Esto debería comenzar con una política estadounidense formal para poner fin a la guerra. En concreto, buscar un alto el fuego y una solución negociada al conflicto en Ucrania. Estados Unidos seguiría armando a Ucrania y reforzando sus defensas para garantizar que Rusia no realice más avances ni vuelva a atacar tras un alto el fuego o un acuerdo de paz. Sin embargo, la futura ayuda militar estadounidense requerirá que Ucrania participe en conversaciones de paz con Rusia. Para convencer a Putin de unirse a las conversaciones de paz.
En su artículo de abril de 2023 en Foreign Affairs, Richard Haass y Charles Kupchan [del think tank Consejo de Relaciones Exteriores (CFR en inglés)] propusieron que, a cambio de cumplir con un alto el fuego, una zona desmilitarizada y participar en las conversaciones de paz, se podría ofrecer a Rusia un alivio limitado de las sanciones. No se le pediría a Ucrania que renunciara a su objetivo de recuperar todo su territorio, pero aceptaría usar la diplomacia, no la fuerza, entendiendo que esto requeriría un avance diplomático futuro que probablemente no ocurrirá antes de que Putin deje el cargo. Hasta que eso ocurra, Estados Unidos y sus aliados se comprometerían a levantar completamente las sanciones contra Rusia y normalizar las relaciones solo después de que este país firme un acuerdo de paz aceptable para Ucrania. También solicitamos la imposición de gravámenes a las ventas de energía rusa para financiar la reconstrucción de Ucrania […]
“Paz negociada” para un “estado final negociado”
Se debe permitir (continúa el Informe) que Ucrania negocie desde una posición de fuerza y, al mismo tiempo, comunicar a Rusia las consecuencias si no cumple con las futuras condiciones de las conversaciones de paz, Estados Unidos podría implementar un ‘estado final’ negociado con términos alineados con los intereses estadounidenses y ucranianos. Parte de este ‘estado final’ negociado debería incluir disposiciones que establezcan una arquitectura de seguridad a largo plazo para la defensa de Ucrania, centrada en la defensa de la seguridad bilateral. Incluir esto en un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania ofrece una vía hacia la paz a largo plazo en la región y un medio para prevenir futuras hostilidades entre ambas naciones. El gobierno y el pueblo ucranianos tendrán dificultades para aceptar ‘una paz negociada’ que no les devuelva la totalidad de su territorio ni, al menos por ahora, responsabilice a Rusia de la masacre que infligió a Ucrania. Sus partidarios también lo harán. Pero como dijo Donald Trump en el foro de CNN en 2023: ‘Quiero que todos dejen de morir’. Esa es también nuestra opinión. Es un buen primer paso”.
De qué se trata
Ya lo dije en la introducción. Ganar tiempo para que, finalmente, “Estados Unidos implemente un ‘estado final negociado’ con términos alineados con los intereses estadounidenses y ucranianos”. Cosa que ya EEUU lo ha establecido con la firma del “acuerdo sobre tierras raras y recursos energéticos y minerales” impuesto por la administración Trump al régimen de Kiev en abril 2025. Ocasión en la que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, gritó a la exministra de Economía y actual primera ministra de Ucrania, Yulia Sviridenko: “Tienes seis minutos para firmar esto”, según informó The New York Times. No hay que olvidar que cuando EEUU habla de “estado final negociado” se refiere a eso que, en la jerga imperial occidental, llaman “estado fallido”. Esto corrobora la que dije anteriormente. Ucrania no es más que el campo de batalla para llegar a Rusia, con un payaso animando la avanzada.
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