Mario Hernandez (MH): Buenos días, Guillermo Almeyra. En primer lugar lo felicito por la nominación a Mejor columnista en FM por el Premio Lanín de Oro que se otorga en la Patagonia, el más importante del sur argentino, que esperamos sea con éxito el próximo 2 de noviembre. Guillermo Almeyra (GA): El mérito pertenece […]
Mario Hernandez (MH): Buenos días, Guillermo Almeyra. En primer lugar lo felicito por la nominación a Mejor columnista en FM por el Premio Lanín de Oro que se otorga en la Patagonia, el más importante del sur argentino, que esperamos sea con éxito el próximo 2 de noviembre.
Guillermo Almeyra (GA): El mérito pertenece a Uds. La calidad de la transmisión no depende de mí que solo soy uno que responde, que da un granito de arena pero toda la construcción es de Uds.
MH: Le agradezco y pasemos a analizar las elecciones alemanas porque se hizo mucho barullo hablando del aplastante triunfo de Angela Merkel y revisando las cifras no me pareció así.
GA: Además todos se olvidan que en Francia, en Inglaterra, en menor medida en Italia y en Alemania, casi un tercio de los trabajadores, los que están en peores condiciones, no votan porque son extranjeros.
En primer lugar está ese hecho profundamente antidemocrático. Los trabajadores que construyen la riqueza del país no tienen ni voz ni voto. Vota una elite de ciudadanos que en Alemania es relativamente numerosa, pero no demasiado.
Angela Merkel sacó más votos que en la elección anterior pero no superó nunca el máximo de votos de la Democracia Cristiana tanto de Adenauer como de Kohl. Está dentro de lo tradicional.
Lo que es notable es la pérdida de influencia del Partido Socialdemócrata que queda reducido a un 25% en el mejor de los casos y que además dejó de ser socialista hace rato y ahora deja de ser socialdemócrata porque se retiró de la Internacional Socialista junto con el partido francés y otros que han formado una Internacional llamada Progresista. Es decir, que tienen una posición liberal socializante ni siquiera socialdemócrata. No aspiran a cambiar el sistema desde adentro como pensaban antes.
MH: ¿Existe la posibilidad de un gobierno de coalición entre Angela Merkel y los socialdemócratas?
GA: Es muy difícil porque en el Partido Socialdemócrata hay una resistencia del sector sindical y otro de izquierda que nunca van a aceptar unirse con Merkel, sobre todo porque la última vez, cuando se unieron en la gran coalición, dejaron las plumas y traspasaron votos a la Merkel. Para hacer una política de derecha, aunque el Partido Socialista está lejos de ser de izquierda, ni siquiera de centro-izquierda, está la Democracia Cristiana.
MH: ¿Tiene alguna información del Encuentro antifascista que tendrá lugar en Atenas el próximo viernes y sábado?
GA: Seguramente estará toda la izquierda fuera de la socialdemocracia. Melenchon de la gauche, De Linke de la izquierda alemana, Sypras y Syriza de Grecia y otros sectores de la izquierda. De todas maneras su importancia es testimonial porque ni Melenchon ni Syriza deciden sobre la política de sus países aunque Syriza está creciendo.
Por otro lado, el partido nazi griego está muy ligado a la policía y las Fuerzas Armadas y no tiene estructura ni anclaje en la clase obrera que por otra parte está muy golpeada por un profundo proceso de desocupación como para poder asegurar una salida a la crisis.
Volviendo a las elecciones alemanas se vio algo notable, que en medio de la crisis más espantosa que haya tenido el capitalismo europeo, de todas maneras hay un deslizamiento hacia la derecha de los ciudadanos. Utilizo este término porque buena parte de la clase obrera está fuera del juego político. Los alemanes en general están más viejos, no hay un crecimiento demográfico, son más conservadores. Eso se ve en el caso de los Verdes que eran una expresión de repudio juvenil al sistema capitalista desde el punto de vista ecológico y ahora son un partido conservador que está pensando en unirse a la Merkel.
Segundo, aprovechan desde un punto de vista nacionalista, chauvinista, la posición de privilegio alemana. La gran industria agroalimentaria alemana es la que se lleva la parte del león en la política agrícola comunitaria ya que hay una mayor concentración capitalista en el campo y el costo de producción es inferior al de los pequeños productores franceses que no pueden enfrentar la competencia alemana. Lo mismo pasa en la industria.
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