Si algo destaca en el Departamento de Estado estadounidense es su caradurismo a toda prueba. Luego de oficializar su desproporcionado despliegue militar en la región con la instalación de bases militares en Colombia, y de ocasionar con eso una profunda inquietud en países vecinos, Estados Unidos se ofrece ahora como mediador y promotor del diálogo. […]
Si algo destaca en el Departamento de Estado estadounidense es su caradurismo a toda prueba. Luego de oficializar su desproporcionado despliegue militar en la región con la instalación de bases militares en Colombia, y de ocasionar con eso una profunda inquietud en países vecinos, Estados Unidos se ofrece ahora como mediador y promotor del diálogo.
Se trata de una máscara que se cae fácilmente, pues el asunto está muy claro: la exagerada presencia militar de EEUU sólo busca proyectar su poder global para disuadir, con la nada discreta amenaza de posibles intervenciones militares a países que mantienen una posición crítica en relación con su política imperialista. Países como Venezuela, desde luego.
Ofrecerse como mediadores en este contexto es una desvergüenza, que ha sido expresada en el mejor estilo gringo, con declaraciones edulcoradas como las del portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ian Kelly, quien llamó a Bogotá y Caracas a ‘bajar el nivel de la retórica’.
Oscuros antecedentes
Pero no se trata de retórica. Se trata de una evidente amenaza disfrazada de cooperación bilateral. Más allá del ‘interés en promover la estabilidad y el diálogo’ entre Colombia y Venezuela, la instalación de bases militares bajo el control irrestricto de los Estados Unidos en Colombia crea una situación de desequilibrio regional.
Realidad inocultable frente a ciertos antecedentes que el Gobierno estadounidense desea que el mundo olvide. En el Gobierno de Álvaro Uribe, atacó ilegalmente el territorio de la República del Ecuador en marzo de 2008, con apoyo estadounidense. Allí se violó el numeral 4 del artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas.
Pero eso no es todo. En la guerra de Irak, Estados Unidos violó la resolución 1441 (del año 2002) del Consejo de Seguridad. La resolución no autorizaba el uso de la fuerza en caso de violación por parte de Irak, pero EEUU violó la Carta de las Naciones Unidas al lanzar una acción militar sin la aprobación del Consejo de Seguridad.
Con hechos como estos, no hay duda de que la estabilidad de América del Sur se ve amenazada con el acuerdo militar entre EEUU y Colombia, y la oferta de la «mediación» es sólo un mal chiste.
Palanquero y otras más
De todas las bases que Estados Unidos manejará en territorio del vecino país, la de Palanquero tendrá un rol de importancia estratégica ya que podría servir de escala para misiones fuera de Colombia. La base «Capitán Germán Olano», ubicada en el departamento de Cundinamarca, en el centro del país, será el eje operacional del acuerdo.
Esta base, sede del Comando de Aéreo de Combate Nº 1 (CACOM 1) de la Fuerza Aérea colombiana, tiene una pista de aterrizaje de 3.500 metros, mucho mayor que la de Manta en Ecuador, que es de 2.900 metros, donde pueden despegar y aterrizar tres aviones al mismo tiempo.
La base de Palanquero está provista de cerca de 60 aviones, entre los cuales destacan el grupo de Mirage 5, de fabricación francesa , y el Kfir, de factura israelí. Además cuenta con » barrera de frenado», un sistema de redes que detiene al avión que aterriza a altas velocidades.
De todas las bases que Estados Unidos manejará en territorio colombiano, la de Palanquero tendrá un rol de importancia estratégica ya que podría servir de escala para misiones fuera de Colombia.
Palanquero es un complejo militar que puede hospedar a 2.000 hombres, con casino, supermercado, hospital, teatro, y dos hangares que pueden albergar entre 50 y 60 aviones, cada uno.
Las otras bases son las de Malambo, Atlántico; Apiay, en el Meta; las bases navales de Cartagena y el Pacífico; y ahora, el centro de entrenamiento de Tolemaida y la base del Ejército de Larandia, en el Caquetá.
Que Estados Unidos pretenda ser mediador en una crisis que esa misma nación ha creado es cuando menos una falta de respeto. No existe intención de EEUU de promover el diálogo y la estabilidad regional. Si esa intención fuera real, autentica y sincera, EEUU desistiría en su intención de convertir a Colombia en la base de operaciones de su estrategia de dominación sobre los países de América del Sur.