Deliolanes, autor de Alba Dorada, señala que el partido tiene todo del nazismo: el racismo, el antisemitismo y las mitologías sobre el paganismo. Sus militantes se definen como nacionalistas, según él, por vergüenza u oportunismo.
La crisis económica, junto a la desilusión y la rabia contra los partidos políticos tradicionales que no han sabido evitarla o controlar sus consecuencias, se ha transformado en el terreno fértil en Europa para el crecimiento de movimientos de ultraderecha como Alba Dorada en Grecia, que incluso ha conseguido 18 escaños en el Parlamento el pasado mes de junio por primera vez. Qué es Alba Dorada, qué hacen y cómo actúan sus militantes, qué pretenden, qué relaciones tiene con otros movimientos similares de Europa y cuál puede ser su desarrollo son los temas que el periodista griego y doctor en Ciencias Políticas Dimitri Deliolanes aborda en su libro Alba Dorada (Ed. Fandango), que aparecerá en las librerías italianas en septiembre. Autor de ensayos en italiano y en griego -Come Grecia, Berlusconi, vida y milagros, Subida y caída de las Brigadas Rojas, entre otros-, Deliolanes, corresponsal en Italia desde hace 30 años de la televisión pública griega que acaba de cerrar, vive en Roma desde la década del ’60 porque su madre, militante comunista, tuvo que escapar de la llamada dictadura de «los coroneles» (1967-1974).
«La tesis principal de mi libro -contó en diálogo con Página/12- es que los militantes de Alba Dorada, por razones de oportunidad política o porque se avergüenzan, no se definen como nazis sino como nacionalistas. Pero en realidad con el nacionalismo griego no tienen nada que ver. Ellos son nazis, como los alemanes. Y como ellos, se definen nacional-socialistas. Tienen todo del nazismo: el racismo, el antisemitismo, las mitologías sobre el paganismo. Tienen una página web y una revista que sale desde 1980 y que era una revista nazi hasta las elecciones comunales de 2010 en las que Alba Dorada entró al consejo municipal de Atenas. Desde entonces comenzaron a evitar las fotos de Hitler y de Goebbels, o de marchas y soldados saludando con la mano alzada. Son nazis y esto no es un insulto que yo les lanzo.»
-¿Por qué Alba Dorada ahora ha tomado tanto vuelo e incluso ha llegado al Parlamento?
-El primer motivo es la crisis económica. Los griegos están enojadísimos con sus políticos y con razón. Quieren castigarlos. Y la manera más eficaz para castigarlos es votar al grupo más impresentable que exista. La crisis en Grecia estalló en el 2010 y ese año, que se hicieron las elecciones municipales, Alba Dorada entró por primera vez al consejo municipal de Atenas.
-En Italia sería el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo el que ha captado a los descontentos, aunque ideológicamente no es lo mismo…
-Cuando Grillo dijo que él era la barrera de contención para que no se produjeran en Italia fenómenos como Alba Dorada, tenía razón. Porque él ha captado el mismo sector de gente, los enojados.
-¿Hay otras razones que dieron lugar al fortalecimiento de Alba Dorada?
-Sí. El segundo motivo es la avanzada de la inmigración. Según la Comisión Europea, un importante porcentaje de los inmigrantes que llegan a Europa, entran por Grecia, pasando por la frontera con Turquía. Pero ellos no quieren quedarse en Grecia sino llegar al norte de Europa. Pero no lo logran y muchos se quedan a la fuerza y, entonces, a veces cometen delitos para comer y cuando encuentran trabajo, son superexplotados. Hacen trabajos agrícolas por monedas. Los griegos somos once millón de habitantes y hay 1,5 millón de inmigrantes. Esto ocurría ante la total indiferencia del poder político que nunca dio una reglamentación al problema. Pero desde que la situación económica se puso difícil, los inmigrantes han sido el centro de numerosos ataques. Alba Dorada especuló muchísimo sobre este tema, partiendo de un barrio abandonado de Atenas -San Pantaleo- donde hay muchos inmigrantes. Hizo una campaña con agresiones y denuncias, incluso contra un sacerdote que les daba de comer. Los dos filones de su propaganda en definitiva son: partidos políticos traidores que han vendido la patria y los inmigrantes. Sobre la crisis económica o cómo salir de ella no dicen nada importante. Paralelamente, otro elemento que los ayuda es que en Grecia hay un crecimiento de la criminalidad y de la violencia en general sin precedentes.
-¿Qué pretende Alba Dorada en Grecia?
-Saben que no pueden llegar a ser gobierno, pero sí que pueden ejercitar una presión fuerte sobre el Estado y sus aparatos, el ejército, el partido de centroderecha que ahora está en el gobierno y condicionarlos. Y lo están logrando. Antonis Samaras, el primer ministro, es muy sensible al hecho de que sus electores se están yendo a Alba Dorada. Apenas tomó el gobierno debutó con un pogrom contra los inmigrantes, una operación de policía tremenda. Por otra parte, algunos miembros de su partido hablan de aliarse con Alba Dorada
-¿Con qué grupos está relacionada en Europa?
-A nivel europeo yo creo que ellos son un centro de atracción y de inspiración porque son exitosos. En Italia se relacionan con Forza Nuova, que es un partido ultracatólico. Pero en Italia no han podido crecer no sólo porque Grillo les ha robado electores, sino porque sus argumentos, como el racismo, los defiende ya la Liga Norte (el aliado de Silvio Berlusconi). También tienen contactos con el partido de ultraderecha Jobbik de Hungría y los hooligans del fútbol de Rusia y tal vez uno que otro en España y Francia. Pero sus verdaderos amigos y correligionarios son del Partido Nacional Democrático (PND), el partido nazi de Alemania. Unos 130 de ellos estuvieron en Atenas en la reciente inauguración de la nueva sede de Alba Dorada.
-¿Cree que podría haber desviaciones de esta ultraderecha hacia el terrorismo?
-La verdad es que nosotros no sabemos lo que hace exactamente Alba Dorada. Sabemos lo que ellos quieren hacernos saber. Alba Dorada históricamente no sólo no reivindica lo que hace, las agresiones por ejemplo, sino que es mentiroso. Pero muchas veces ha salido a relucir que los autores de las agresiones son militantes suyos. Un episodio, que sucedió hace no mucho, muestra bien cómo actúan: un joven inmigrante iba a trabajar en bicicleta. Dos en una moto lo detienen y le pegan y lo dejan bastante mal. La policía arresta a los agresores. Hace un allanamiento y encuentra que hay material de Alba Dorada, que ellos son militantes de ese movimiento. Ellos se justifican diciendo que el inmigrante se les había cruzado con la bicicleta y entonces se enojaron. Otro militante de Alba Dorada que andaba armado mató a su novia. No era un homicidio político, pero habla del nivel de violencia. Ellos le pegan a la gente por la calle y cuando alguien pregunta qué pasó, dicen que pescaron a un carterista y que por eso le pegan.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-226270-2013-08-08.html