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República Dominicana

Ante antiinmigrantes y genocidas, Abinader y los suyos se arrodillan

Fuentes: Rebelión

En las reseñas sobre la reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, medios nacionales e internacionales destacan que el origen libanés del presidente Luis Abinader no le impidió permanecer en el salón, cuando decenas de delegaciones se ausentaron en señal de rechazo al genocida Benjamín Netanyahu y a su gobierno.

Los analistas y pseudoanalistas obligados a apañar el sustento criminal del entreguismo dicen que se comportó como un verdadero estadista al seguir los lineamientos de Estados Unidos. Algunos, por retiro de favores o por necesidad de guardar la apariencia, reclaman que debió rechazar discretamente a Netanyahu, aunque no dicen cómo.

El comportamiento de ciertos medios se debe a que la falsa oposición, buscando lavar su rostro para sacudirse el lodo, condena tímidamente, pero limita su crítica al necesario rechazo al gobierno de Netanyahu. Incapaz de expresarse de manera contundente, no menciona la política de ocupación, saqueo, expulsión y grotescas manifestaciones de abuso que el poder estadounidense (es erróneo hacer diferencias entre demócratas y republicanos) apoya, patrocina y, en esencia, dirige y sostiene.

No se puede olvidar que el gobierno de Israel y sus organismos de inteligencia han prestado apoyo para la construcción del muro fronterizo (la mal llamada verja perimetral) y han colaborado en el diseño de las políticas antiinmigrantes.

¿Conoce el pueblo dominicano la medida de la participación de Israel, el Mossad y sus patrocinadores en proyectos estratégicos en República Dominicana? ¿Se le ha informado hasta qué punto es obligatoria esa asociación por imposición del poder estadounidense?

La vergüenza y la indignación tienen como origen la respuesta a estas inquietudes. El daño material se descubre por partes y se infringe con las técnicas requeridas.

Para quienes realizan estas acciones, los calificativos sobran. Además, para enunciarlos con apego a la precisión, habría que caer en lo soez.

Los hombres y mujeres conscientes de República Dominicana, como las personas del resto del mundo, rechazan el genocidio en Gaza y el despojo de las tierras, los ríos y las riquezas naturales de toda Palestina.

EL CLASISMO ANTIINMIGRANTES

Abinader no rechazó a Netanyahu y sería incapaz de calificar el reciente discurso de Donald Trump ante la ONU como una carga de mentiras (algunas ridículas, otras que constituyen relatos distorsionados, pero todas crueles), y como una exaltación de la altanería, la prepotencia imperialista, el odio y los más sucios antivalores.

Donald Trump es utilizado por las élites del poder hegemónico para aplicar políticas y no tiene reparos en hacer una afirmación y emitir, horas después, otra contraria.

Es coherente en la postura antiinmigrantes porque, en el abuso contra los migrantes, la derecha y la ultraderecha tienen diferencias solo en las formas de aplicar las políticas y en el nivel que se requiere en determinadas coyunturas.

En el momento actual, los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, y el asesinado propagador de odio Charlie Kirk, son las figuras que Trump presenta como mártires por el conservadurismo para ganar el favor de grupos que en el pasado fueron seducidos por garantías que no les han sido brindadas y en el presente son testigos y, peor aún, víctimas, de la innegable realidad.

En la proximidad de elecciones de medio término, salpicado por feos expedientes judiciales y merecidamente desacreditado, Trump apuesta a ser, como concibe y propagandiza a Israel y a los monarcas europeos a quienes recientemente visitó, un ente elegido por la providencia. ¡Y deja ver el retorcimiento!

De Kirk, hay que decir que no se puede evocar su figura sin citar una exaltación del atraso o una justificación del odio. De la ICE, que un reporte del diario El País dice que dieciséis personas han muerto en lo que va de año mientras están bajo custodia de ese organismo.

Tras el ataque del miércoles, 24 de septiembre, murió el atacante y murió un migrante que estaba bajo custodia. Dos migrantes resultaron heridos. Trump, como siempre, habló del atacante como un izquierdista (el intento de distorsionar el concepto es evidente) enajenado que actuó en solitario y le agregó el discurso que las agencias federales utilizan para estos casos. No se molestó en explicar cómo, buscando a los agentes, baleó a varios migrantes. ¿Es su forma de evitar que Estados se vaya al mismo lugar que dice se irán los países que no tienen tolerancia cero a la migración sin los documentos que exige el orden capitalista?

¿Evitará la colocación de Estados Unidos en el asqueroso lugar que Trump citó en la ONU el abuso contra inmigrantes materializado en golpizas, insultos y empujones que los “patriotas” del ICE aplican incluso en lugares públicos? Donald Trump y quienes lo aplauden, no quieren responder a esta pregunta.

LO QUE COPIAN LOS LACAYOS

Luis Abinader, Javier Milei y Nayib Bukele, para solo enumerar algunos, calcan ciertos modelos que, en el subdesarrollo, son apañados por el silencio y por el compromiso del periodismo prostituido.

Silenciar lo que ocurre es parte del compromiso de quienes aplauden el entreguismo y de quienes intentan justificar la aplicación de medidas antiinmigrantes. ¿Cuántas personas han resultado heridas o han tenido problemas de salud a consecuencia del trato recibido en los centros de detención de inmigrantes en República Dominicana? Se revelan las muertes (vaya a saber si todas) y algunos casos cuyos protagonistas, hombres o mujeres, logran convertir en escándalos, pero el silencio cubre muchos otros casos.

En República Dominicana, el uso de los medios corporativos tradicionales y de las plataformas creadas especialmente para transmitir contenido basura se dirige en buena medida a alimentar el odio contra los migrantes haitianos y a justificar el despojo de sus derechos. El sello de ilegales es racista y clasista, aunque el gobierno y los opositores tibios digan lo contrario.

Abinader busca preservar el favor que le dispensa el poder permanente y permanecer protegido por el pacto de impunidad a nivel nacional y por la tolerancia del poder global ante quienes le sirven. Ha sido testigo de la defensa a Bolsonaro y del espaldarazo a Javier Milei. Y, a nivel nacional, no quiere verse en la posición de reclamar la impunidad que cubrió a Joaquín Balaguer hasta su muerte y que hoy cubre a Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina. Quiere ser otro expresidente intocable.

Su vergüenza deberá cargarla junto a sus bien pagados colaboradores. Este pueblo le pedirá cuentas. Y salpicará el lodo a los indiferentes de siempre, que son quienes aplauden en silencio la discriminación y el abuso. Otto René Castillo, el malogrado poeta guatemalteco, se dirige a los intelectuales apolíticos en una estrofa que hoy puede dedicarse a quienes cobran por no saber y se lucran con aplaudir el abuso. El poeta anuncia la llegada del momento de la toma de conciencia:

Ese día vendrán

los hombres sencillos.

Los que nunca cupieron
en los libros y versos
de los intelectuales apolíticos,
pero que llegaban todos los días
a dejarles la leche y el pan,
los huevos y las tortillas,
los que les cosían la ropa,
los que les manejaban los carros,
les cuidaban sus perros y jardines,
y trabajaban para ellos,
y preguntarán,
«¿Qué hicisteis cuando los pobres
sufrían, y se quemaba en ellos,
gravemente, la ternura y la vida?»
Intelectuales apolíticos
de mi dulce país,
no podréis responder nada.
Os devorará un buitre de silencio
las entrañas.
Os roerá el alma
vuestra propia miseria.
Y callaréis,
avergonzados de vosotros.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.