Recomiendo:
0

Según el Instituto Alemán de Investigaciones Económicas, en Alemania casi un millón de personas trabajan 50 horas semanales o más por salarios míseros

Antes deslomarse que el Hartz IV

Fuentes: www.jungewelt.de

Traducido por Javier Fdez. Retenaga

Trabajan más que nadie, pero son los que menos ganan. Casi 900.000 trabajadores con bajos salarios trabajan 50 horas y más a la semana. Tantas horas en el puesto de trabajo sólo se dan en el extremo superior de la escala de ingresos, escribe el economista Karl Brenke en el último Informe semanal del Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW). Los más afectados son los transportistas, los mozos de carga y los trabajadores de la hostelería. Aun así, a la mayoría no les salen las cuentas: la diferencia con relación al salario medio «sólo pueden compensarla en pequeña medida aumentando el tiempo de trabajo», constata el redactor del informe.

Para su estudio, «Salarios escasos, largas jornadas laborales», el autor ha analizado los datos del Equipo Socioeconómico (SOEP) del DIW. Se ha tenido en cuenta a todos los trabajadores por cuenta ajena que en el momento de la encuesta no se encontraban en periodo de formación, haciendo prácticas o en algún programa estatal de fomento del empleo. El umbral para definir los salarios bajos se ha establecido en dos tercios del salario medio bruto por hora, que para el año 2010 ascendía a 9,25 euros. De los alrededor de 7,3 millones de trabajadores con salarios bajos que había hace dos años, el 48% estaba empleado a tiempo completo. El 52% restante era fuerza de trabajo temporal, tenían «miniempleos» o alguna otra clase de empleo precario. De los empleados a tiempo completo, la mitad trabajaba 42 horas semanales y el promedio era de 45 horas. La cuarta parte tenía que trabajar habitualmente 50 horas o incluso más.

En promedio, estos trabajadores a tiempo completo recibían un salario de 1.350 euros brutos mensuales. Para llegar a un salario comprendido entre los 1.800 y los 2.199 euros tenían que trabajar hasta 55 horas. Para obtener esa cantidad el trabajador medio necesitaba unas 40 horas de trabajo. Una cuarta parte de los empleados a tiempo completo con bajo salario no llegaba siquiera a los 1.200 euros brutos, mientras que el 25% con retribuciones más bajas no superaba un salario neto de 850 euros. Según los datos del Instituto de Investigaciones Económicas, sólo dedican a su trabajo 45 horas o más quienes obtienen retribuciones muy elevadas. No obstante, en los datos del Instituto no aparecen casos de 50 horas semanales o más entre los receptores de salarios medios o altos. Incluso quienes ganan 6.000 euros o más dedican al trabajo un promedio de 49 horas como máximo.

El informe muestra también que la gente prefiere ser explotada y trabajar hasta la extenuación antes que recurrir a las ayudas del Estado. Según los datos del DIW, sólo uno de cada ocho asalariados con retribuciones bajas recibe prestaciones complementarias del Hartz-IV y ni siquiera uno de cada veinte ayudas al alquiler de la vivienda. La mayoría de los receptores son trabajadores a tiempo parcial y «miniempleados». El porcentaje de empleados a tiempo completo, por el contrario, se sitúa entre el 7 y el 8%, lo que corresponde a 230.000 trabajadores. La mayoría son de ellos son personas que tienen que hacerse cargo de otros familiares.

Jutta Krellmann, del grupo parlamentario de la Izquierda, a la vista del estudio del DIW reclamó el martes que se ponga de una vez fin a la «explotación en empleos precarios y estresantes». A su juicio, el fracaso del Gobierno en este terreno ha sido estrepitoso y es preciso establecer un salario mínimo de 10 euros por hora, una limitación del número de horas de trabajo semanales, así como una disposición para la prevención de enfermedades psíquicas en los trabajadores. También la diputada de los Verdes Brigitte Pothmer se pronunció ayer en favor de un salario mínimo con carácter general. «Los salarios bajos no sólo te hacen pobre, también enfermo», declaró. No mencionó sin embargo que ha sido su Partido junto al SPD quienes han hecho del segmento de población con salarios bajos lo que es hoy: un gran negocio para la economía alemana. También Annelie Buntenbach, miembro de la presidencia del sindicato DGB, con el reciente informe como telón de fondo, reclamó un salario mínimo de al menos 8,50 euros.

Fuente: http://www.jungewelt.de/2012/05-23/041.php