La gran titiritera económica, política, social y cultural costarricense es la plutocracia, entendida aquí como una clase social nacional y transnacional , constituida por las personas más ricas que gracias a su poder e influencia, gobiernan realmente nuestra Patria, generalmente entre bambalinas y valiéndose de personajes provenientes , en algunas ocasiones de su propio seno […]
La gran titiritera económica, política, social y cultural costarricense es la plutocracia, entendida aquí como una clase social nacional y transnacional , constituida por las personas más ricas que gracias a su poder e influencia, gobiernan realmente nuestra Patria, generalmente entre bambalinas y valiéndose de personajes provenientes , en algunas ocasiones de su propio seno y, generalmente de testaferros muy bien pagados a los que se les exige fidelidad absoluta. El origen de su poder se remonta en nuestra Nación a la época misma en que nos independizamos de España y, su rastro y actual presencia son difícilmente detectables, generalmente perceptibles solamente por los ojos de los investigaciones sociales, por ejemplo, Samuel Stone: «La dinastía de los Conquistadores «, (EDUCA, Costa Rica, 1976) pero, su hegemonía es tal que gracias a su dominio absoluto sobre los aparatos ideológicos -religioso, escolar, familiar, jurídico, político, sindical, información, cultural-, y represivos -gobierno, administración, el ejército, la policía, los tribunales, las prisiones, etc.- del Estado (L. Althusser: «Ideología y aparatos ideológicos del Estado», Francia 1970), ha logrado establecer una dictadura, disimulada bajo la fachada de «Democracia Representativa», con la que, mediante sus títeres especialistas en ese ramo, dominan a su antojo nuestro país.
Estas marionetas que hoy descaradamente se denominan «clase política», crean, conforme las circunstancias lo requieren y para evitar la emergencia de grupos que, organizados por el Pueblo trabajador, humilde y honesto, pongan en peligro el poder de sus patronos, diversos partidos políticos propagandizados de tal forma, que resulten tan atractivos a las espectativas populares que las mayorías poco informadas, terminan prisioneras en sus redes. De esta forma en nuestro arco iris politiquero tenemos partidos liberales, reformistas, libertarios, facistoides, social cristianos y, fundamentalistas pentecostales, hoy en el partido Restauración Nacional (RN). Por cierto que la Plutocracia, reafirmamando el mito de la democracia representativa, permite la aparición de partidos de izquierda a los que eso sí, mantienen desfinanciados, y, por lo tanto, sin acceso a los grandes medios de «comunicación» y, cuyas manifestaciones, son desprestigiadas, judicializadas o, descaradamente reprimidas con toda la violencia necesaria para acallarlas y desmembrarlas.
A esto debemos agregar honestamente, graves errores cometidos por las dirigencias de izquierda que, en absurdas disputas entre ellos han abandonado todo propósito unitario olvidando que sus bases desean unirse; que fluctúan entre un muy peligroso «prudente izquierdismo» -comunismo a la tica lo llaman algunos-, que les lleva a apoyar a los partidos más reformistas de derecha y, algunas posiciones ultraizquierdistas -Partido de los Trabajadores- que atemorizan a amplios sectores populares; y un inexplicable abandono del trabajo al lado de sus bases, por el simple debate parlamentario, estéril sin apoyo popular, que llevó al Frente Amplio a perder ocho diputados el pasado abril. A esto se suma el llamado del Partido Vanguardia Popular que no se pudo inscribir en en esta contienda electoral, a no votar, el anarquismo que fiel a sus tesis no participa en estos procesos y, el sector progresista del Partido Acción Ciudadana (PAC), que no se ha podido liberar del liderarzgo del fundador de esa organización Otón Solis, cuyos estrechos e indisolubles lasos con el Partido Liberación Nacional lo mantienen junto a su Partido, al servicio de los intereses de la argolla nacional y transnacional hegemónica.
Hoy todo esto se ha evidenciado claramente pues, la Plutocracia y sus servidores, han manipulado tan efectivamente todo este proceso electoral que, en esta segunda vuelta, tienen a todo el Pueblo escogiendo entre dos opciones que le sirven por completo a sus intereses y así, gane quien gane, esa «dorada argolla» mantendrá intactos y florecientes sus negocios lícitos e ilícitos mientras que, los sectores populares que cada día explota más efectivamente, seguirán sometidos a este mismo proceso. En el caso del PAC, esto queda demostrado pues, durante su mandato, los ricos se han hecho cada vez más ricos y los pobres se han empobrecido más. Luis Guillermo Solís prometió investigar y castigar a los responsables de los chorizos que se dieron en la administración anterior, y evitar su repetición en la suya, hasta la fecha nada ha sucedido, salvo cambios cosméticos y procesamientos a pececillos menores y/o, empresarios «imprudentes», que muy pronto quedarán libres, sabrosamente pensionados o, disimuladamente impunes, mientras que quien ha pagado y seguirá pagando este festín esto es, nuestro Pueblo trabajador honesto y humilde, seguirá en sus calvarios cotidianos.
Para referirnos al RN, es ineludible una breve introducción, En su obra, «Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel», (París, 1844), Carlos Marx define a la Religión diciendo que: «La miseria religiosa es, al mismo tiempo, la expresión de la miseria real y la protesta contra ella. La religión es el sollozo de la criatura oprimida, es el significado real del mundo sin corazón, así como es el espíritu de una época privada de espíritu. Es el opio del pueblo.» Acorde a nuestra opinión, el Pueblo oprimido, explotado e, incluso, agonizante, acude al consuelo de ese «opio», para con él evadirse del cruel mundo real que tanto le atormenta e, incluso, resignado acepta sin protesta someterse al Sistema opresor y explotador, creyendo que al morir purificado, dados su sufrimientos acá, irá a gozar eternamente del paraíso que aquí se le negó cruelmente, mientras que sus verdugos, si no se arrepienten, irán a arder al infierno para siempre. En fin, que la Religión se convirtió en la aliada perfecta de los ricos dueños de este mundo. Por ello son válidas aquel par de expresiones que afirman «Dios siempre ha dicho lo que los poderosos han querido» y, «El Capital y la iglesia siempre cazan juntos». Recordemos que el Imperio Español conquistó nuestra América, con la espada y la cruz, ésta proporcionada por la Iglesia Católica, Apostólica Romana y hoy, el Imperialismo Yanqui , la reconquista con su armas, sus devaluados dólares y el Pentecostalismo (Existen extensas bibliografías y videos al respecto en la red y evidencias cada día más claras en nuestra realidad cotidiana). Entonces ¿PAC o RN?
De momento, lo que sugerimos respetuosamente es recuperar la calma para, como Pueblo, no morder ingenuamente el anzuelo que nuestro fanatismo nos haga ver como más nutritivo. Antes de tragarnos uno de los dos, creemos que es urgente reflexionar para entender que este momento histórico de crisis -cambio-, nos ofrece, ante las dos opciones que nos conducen, con más o menos violencia, al mismo via crucis popular de siempre, la real posibilidad de empezar a tomar las riendas de nuestro país -que históricamente nos ha robado con sus artimañas la argolla plutocrática- e instaurar la única democracia real, la participativa (Artículo 9 de nuestra Constituución Política), cumpliendo con una ruta no violenta, consistente en despabilarnos, entender la realidad en la que vivimos, organizarnos a nivel nacional -el grupo » Coalisión Por Costa Rica» es una excelente opción siempre y cuando, luego del 01/04/2018, se desligue del PAC-, empoderarnos y movilizarnos para exigirle a quienes asciendan al Pode Ejecutivo y Legislativo y para empezar, que efectivamente gobiernen «Por Costa RIca» atendiendo lineamientos tan simples como son 1.- Establecer plenamente la Democracia Participativa , permitida y alentada por el artículo supra citado Constitucional; 2.- Hacer totalmente vigentes los Derechos Humanos en todas sus generaciones y los Ecológicos; 3.- Cero tolerancia con cualquier tipo de corrupción; 4.- Real Justicia pronta y cumplida. 5.- Paulatina socialización de los grandes medios de producción y justo reparto del Producto Social; 6.- Reducción al mínimo de las Concesiones; y, 7.- Pleno cumplimiento de lo mejor para nuestro Pueblo de su Programa del Gobierno y, del Programa que por su cuenta el Pueblo elaborará de inmediato, de no cumplir con estos objetivos, por la razón o la fuerza, como Pueblo Unido lo obligaremos a hacerlo. ¡Así de simple! ¡UNIDOS Y ALERTA, JAMÁS VENCIDOS!
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