París y otras varias ciudades de Francia siguen convulsionadas por las protestas por la muerte de un menor de 17 años en Nanterre por un tiro de policía cuando trataba de huir de un control el pasado martes , con protestas que amenazan con encender las barriadas. En la tercera noche generalizada de disturbios, al menos 667 personas, en su mayoría jóvenes de entre 14 y 18 años, fueron detenidas en todo el país.
El gobierno francés del derechista Emmanuel Macron desplegó 40.000 agentes para tratar de evitar que se reprodujeran los disturbios tras la “marcha blanca” convocada el jueves, pero no lo consiguió. Gérald Darmanin, ministro del Interior, destacó que policías, gendarmes y bomberos tuvieron que «afrontar una violencia infrecuente» con escenas de caos y saqueos en varias ciudades.
La organización France Police, tuiteó el mismo martes: “Bravo a los colegas que han abierto fuego sobre un criminal de 17 años”.
En Francia, el gobierno derechista vive con el temor permanente de una repetición de los disturbios de 2005, cuando la muerte por electrocución en una central eléctrica de dos jóvenes perseguidos por la policía desencadenó una ola de protestas y altercados por todo el país.
Pero sobre todo pusieron en mapa las discriminaciones de los jóvenes de las banlieues –los barrios periféricos– y los fallos en el modelo para integrar a los hijos y nietos de inmigrantes del norte de África y el África subsahariana.
El impacto de la muerte de Naël se debe en parte a que fue grabada en vídeo. En el vídeo se ve a dos agentes de circulación que ordenan parar a un vehículo Mercedes AMG de color amarillo en una calle de Nanterre, una localidad en los alrededores de París.
En el video se ve que los policías se inclinan sobre la ventana del conductor, quien, en apariencia, rechaza obedecerles y arranca. Uno de los agentes dispara. Segundos después, el coche se estrella contra una señal de tráfico. Se le intentó reanimar, pero falleció unos minutos más tarde. En el vehículo viajaban otros dos pasajeros: uno se encuentra en paradero desconocido; el otro, también menor de edad, fue detenido.
Tras conocerse la muerte del adolescente la indignación social ha ido creciendo y ya a primera hora de la noche del martes estallaron los disturbios en la ciudad de Nanterre. Las protestas han continuado durante una segunda jornada y se han extendido a ciudades como Toulouse, Evreux o Tourcoing.
El brigadier de la Policía que mató a Nahel, fue imputado este jueves homicidio voluntario y encarcelado, pero eso no ha impedido nuevos disturbios. El oficial reconoció haber hecho el disparo letal, comentó el fiscal, y afirmó haber dicho a investigadores que su intención fue evitar una persecución que pudo haber hecho que él y otras personas resultaran heridas después de que, refirió, el adolescente cometió varias infracciones de tránsito.
En un primer momento, la Policía denunció un intento de atropello, pero el vídeo difundido en redes sociales ha desmentido esta versión.
Cuando Nahel arrancó su auto, un oficial le disparó a quemarropa a través de la ventanilla del conductor. El joven murió por el disparo que entró por su brazo izquierdo y también perforó su pecho, indicó el fiscal público de Nanterre, Pascal Prache, quien agregó: «La fiscalía considera que no se dieron las condiciones legales para justificar el uso de un arma».
Una ley de 2017 precisa las circunstancias en las que policías pueden hacer uso de sus armas: sólo “en caso de absoluta necesidad y de manera estrictamente proporcionada”. La norma añade: “Cuando [los agentes] no logran inmovilizar salvo a través del uso de las armas, vehículos, embarcaciones u otros medios de transporte, cuyos conductores no acatan la orden de detenerse y cuyos ocupantes son susceptibles de perpetrar, en la huida, atentados contra su vida o integridad física o la de los demás”.
El futbolista Kylian Mbappé escribió en Twitter: “Me duele Francia. Una situación inaceptable. Todos mis pensamientos para la familia y los allegados de Naël, este pequeño ángel que se ha marchado demasiado pronto”. “Que una justicia digna de este nombre honre la memoria de este niño”, señaló el cineasta Omar Sy.
Las imágenes de los disturbios han provocado estupefacción y cólera en un país donde, repetidamente, la policía es señalada por su uso excesivo de la fuerza. Son habituales los incidentes en los controles policiales de carretera por desobediencia a la orden de detenerse. Cada año se registran en torno a 150 casos de uso de arma por parte de los agentes contra vehículos en movimiento.
La violencia ante este nuevo asesinato policial se extendió por todo el país. En la región de Île-de-France, la más importante del país y en la que está ubicada París, hubo 242 detenidos. En Marsella, en la costa mediterránea, cientos de personas saquearon comercios en el centro y en el puerto viejo de la ciudad.
El asesinato del martes fue el tercer homicidio por disparos en controles de tránsito en Francia durante 2023. El año pasado se alcanzó el récord de 13 muertes en incidentes similares, dijo un vocero de la policía nacional. Esta cifra apareció en algunas pancartas de la marcha. Hubo tres homicidios así en 2021 y dos en 2020: la mayoría de las víctimas, desde 2017, han sido afrodescendientes o de origen árabe.
El presidente Macron llamó «imperdonable» el asesinato, pero en una reunión de emergencia convocada para discutir la crisis calificó los ataques a edificios públicos y otros actos de violencia de «totalmente injustificables».
Desde la oposición , el fundador de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, exigió justicia y criticó las palabras de Macron: «Los perros guardianes nos ordenan llamar a la calma. Pedimos justicia, retirar la acción legal contra el pobre Naël y suspender al policía asesino y a su cómplice que le ordenó disparar». “¡Basta! ¡Estos asesinatos comprometen la autoridad del Estado! Esta policía debe ser refundada totalmente. Sus asesinos, castigados”, añadió
Por su parte, la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, opinó que “detrás de este acontecimiento dramático, está el problema de la autoridad de la policía: los policías ya no son respetados, no se les obedece, y vemos cómo se multiplica este tipo de indisciplinas que pueden tener consecuencias muy graves”.
Los abogados de la familia de Nahel llamaron al asesinato «una ejecución», opinión que comparte la líder del partido Verde, Marine Tondolier, quien señaló: «Lo que veo en ese video es la ejecución de un niño de 17 años a manos de un policía, en Francia, en 2023 y a plena luz del día».
Inicialmente, la policía dijo que el agente disparó al adolescente porque éste intentó arrollarlo, pero la versión fue rápidamente desmentida por el video que circuló en las redes sociales. Éste muestra a dos oficiales junto al auto Mercedes AMG, y uno le dispara a quemarropa al conductor, cuando éste pone en marcha el vehículo.
Nahel era hijo único, criado por su madre soltera, y estudiaba para certificarse de electricista. Integraba un proyecto vecinal para jugar rugby.
Cuando Francia parecía calmarse, tras un invierno de crisis política y manifestaciones contra la reforma de las pensiones, vuelve a tensarse. Y lo hace reabriendo una de esas fracturas que nunca acaban de cerrarse.
Es la fractura de la banlieue, los extrarradios multiculturales y empobrecidos, poblados por hijos y nietos de inmigrantes del Magreb y el África subsahariana que, en muchos casos, se sienten ciudadanos de segunda y albergan un resentimiento persistente hacia sus instituciones y en particular hacia la policía. Razón no les falta.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
Fuente: https://estrategia.la/2023/06/30/arde-francia-tras-el-asesinato-policial-de-un-joven-de-17-anos/