Hay países que viven presos de su propio imaginario. Costa Rica es uno de ellos. Allá se lucha en muchos frentes y cada día la respuesta del estado y de los poderes fácticos es más violenta. En la madrugada del 31 de mayo fue asesinado el biólogo Jairo Mora. Las organizaciones ticas están indignadas. De […]
Hay países que viven presos de su propio imaginario. Costa Rica es uno de ellos. Allá se lucha en muchos frentes y cada día la respuesta del estado y de los poderes fácticos es más violenta. En la madrugada del 31 de mayo fue asesinado el biólogo Jairo Mora. Las organizaciones ticas están indignadas.
De hecho, tras conocerse la identidad de la víctima y sus recientes denuncias, ecologistas de diversa procedencia y ámbitos de acción alzaron su voz de protesta. Jairo Mora era un joven activista en defensa de las tortugas en las costas de Limón. Fue secuestrado y asesinado frente a Moin, en la provincia del Caribe.
Una vigilia y marcha desde el MINAEM hasta los tribunales de justicia se anunció de inmediato como forma de solidaridad, luto y recuerdo. La actividad se realizará el miércoles 5 de junio a las 5 p.m. frente al Ministerio del Ambiente.
Mora Sandoval, un biólogo de 26 años, había denunciado públicamente que los drogadictos eran los principales enemigos de la reproducción de los quelonios en Limón, en el Caribe de Costa Rica.
En abril anterior, Mora Sandoval pudo haber iniciado el camino hacia su muerte tras revelar a un medio de comunicación que los drogadictos impedían que la mayor parte de los huevos, puestos en la playa, se reprodujeran.
Fuentes policiales, que pidieron el anonimato, apuntaron a que alguno de los líderes narco de la zona habría ordenado el asesinato de Jairo Mora, ya que su labor de vigilancia les impedía a los clientes robar los huevos de tortuga para comprar droga.
De acuerdo con información disponible en la zona caribeña, un nido de tortuga baula tiene 80 huevos. Para un desempleado eso significa un ingreso. Van a la playa, saquean unos tres nidos y eso son ¢40.000.
Aunque el saqueo de huevos no es nuevo, sí lo es el intercambio de huevos por droga, una modalidad que ha cobrado fuerza, según el reporte.
En enero anterior, ya Mora Sandoval había sido amenazado de muerte cuando caminaba por la playa de Moín, en Limón, mientras monitoreaba los nidos de huevos de tortuga para asegurarse que no fueran saqueados ilegalmente, afirmó el diario La Nación en abril anterior, como parte de un reportaje sobre el problema de la droga en la zona. al Ministerio de Ambiente.
Jorge Mora Portugués, representante de ARCA (Asociación Regional Centroamericana para el Agua y el Ambiente) en Costa Rica, expresó su solidaridad con la familia de Jairo Mora y su preocupación por la constante intromisión de elementos de narcotráfico en la acción criminal contra el ambiente en las costas de Costa Rica. «Ambas cosas están mezcladas. Las bandas de narcotraficantes se dedican también al saqueo de huevos y a la cacería de tortugas, como justamente había denunciado Jairo Mora recientemente». Para el abogado ambientalista Álvaro Sagot, «el asesinato de Jairo Mora agrega otro nombre a una nefasta lista, lo lamentamos profundamente». Pero, además, Sagot señaló que «el Poder Ejecutivo es el principal generador de conflictos ambientales, y resulta ser promotor de estos atentados también por su pésima fiscalización de la biodiversidad». Por su parte, Mauricio Álvarez, presidente de la Federación Ecologista, expresó su indignación sobre este «vil asesinato» que «enluta al movimiento ecologista y estremece a la sociedad toda». «Desgraciadamente hay antecedentes desde hace muchos años de intolerancia, intimidación, amenazas y violencia contra ambientalistas y luchadores sociales». El ecologista recordó las palabras de la presidenta de la República, Laura Chinchilla, quien a inicios de su mandato pidió «colaboración» para enfrentar a los «grupos radicales» defensores del ambiente que «no quieren desarrollo». «Esos grupos los vamos a tener que enfrentar juntos», dijo Chinchilla el 30 de octubre del 2010 ante la cámara de ganaderos. Para Álvarez, ese fue un llamado a la intolerancia que tuvo efectos inmediatos y duraderos. Marco Levy, abogado y ambientalista de Limón, dijo que la muerte de Jairo es una pérdida irreparable, producto de la violencia que azota a su provincia, generada por la falta de empleo y de proyectos de desarrollo para abrir oportunidades a los habitantes del Caribe costarricense.
Asesinatos, atentados y amenazas
La intolerancia, criminalización, persecución y judicial ilación de la defensa ambiental en Costa Rica no es novedad. La federación Ecologista emitió un comunicado con numerosos casos en los que se persigue a ambientalistas. Esa persecución se da desde el crimen organizado, en algunos casos, pero también desde empresas trasnacionales con intereses en los recursos naturales y hasta el propio Estado que persigue a quienes se oponen a planes de desarrollo que impactante al ambiente. Estos son algunos de esos hechos:
- 2012. Gilbert Rojas, dirigente comunal y defensor de las tortugas en Ostional, costa del Pacifico, fue amenazado con disparos de arma de fuego y su casa incendiada.
- 2011. Kimberley Blackwell, conservacionista canadiense radicada en Costa Rica aparece asesinada dentro de su casa en San Miguel de Cañaza, Puerto Jiménez. La Fuerza Pública descartó el robo como móvil del asesinato.
- 2010. Carlos León, ambientalista que ha denunciado anomalías ambientales en la INA Sur, sufrió un atentado en su casa que fue incendiada, aunque no hubo víctimas fatales.
- 2010. amenazas anónimas al ambientalista Gadi Amit y al director de Elpais,cr, Carlos Salazar, tras las denuncias de este medio sobre intentos de entregar ilegalmente recursos acuíferos de Sardinal, Guanacaste, a inversionistas de proyectos inmobiliarios.
- 2009. Oficina del Minaet del Área de Conservación Osa, en Palmar Norte fue incendiada. Las oficinas dañadas contenían expedientes sobre investigaciones de talas en zonas protegidas.
- 2008. Alcides Parajeles, ambientalista, ha denunciado sistemáticamente a madereros y autoridades en Península de Osa, fue amenazado con armas y sufrió la destrucción de su finca.
- 1999. Incendio de sede policial de Rancho Quemado de Osa, donde estaban detenidos activistas ecologistas por protestas contra la deforestación.
- 1995. El activista ecologista David Maradiaga apareció muerto tras su intensa lucha contra la multinacional Stone Forestal en Osa.
- 1994. Tres ecologistas murieron en un incendio en la casa de uno de ellos. Óscar Fallas, María del Mar Cordero y Jaime Bustamante fueron objeto del más brutal asesinato ecologista de nuestro país, tras una victoriosa campaña de la AECO frente a la multinacional maderera.
Fuente: http://otramerica.com/radar/asesinan-ambientalista-la-tranquila-costa-rica/2930