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50º aniversario del Tratado de Roma

ATTAC presenta una «Declaración de Diez Principios para un Tratado Democrático» en la Unión Europea

Fuentes: Rebelión

Coincidiendo con la discutible celebración de la firma del Tratado de Roma, la red europea de ATTAC presenta su «Declaración de Diez Principios para un Tratado Constitucional». Viena y Graz han sido las primeras ciudades en conocer la propuesta. Attac Madrid se une al llamamiento. Porque otra Europa es posible. El próximo fin de semana […]

Coincidiendo con la discutible celebración de la firma del Tratado de Roma, la red europea de ATTAC presenta su «Declaración de Diez Principios para un Tratado Constitucional». Viena y Graz han sido las primeras ciudades en conocer la propuesta. Attac Madrid se une al llamamiento. Porque otra Europa es posible.

El próximo fin de semana se reunirán en Berlín los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión Europea para conmemorar el 50º aniversario de la firma del Tratado de Roma, que asentó las bases de las instituciones europeas actuales. Una celebración con la que la UE aspira a dejar en el olvido la conocida como «parálisis europea». No es un secreto: la alemana Ángela Merkel, que actualmente ostenta la presidencia rotativa de la Unión Europea, está haciendo campaña para que los jefes de gobierno aprueben la Constitución Europea en un plazo de un año, sin que ésta tenga que ser ratificada por los diferentes Estados vía referéndum. «Se quiere buscar una solución al precio que sea y para ello nuestros representantes políticos no tienen el menor escrúpulo en violentar la voluntad popular y la postura de rechazo de la mayoría de los ciudadanos europeos ante el Tratado y ante las políticas europeas neoliberales aplicadas por la Comisión europea«, explica Ricardo Gómez, Coordinador de la Comisión UE de Attac España. Mientras, el descontento va en aumento: datos proporcionados por el Eurobarómetro muestran que sólo el 33% de los ciudadanos europeos opina que la gestión de la Unión es positiva.

Ante esta situación, la red europea de Attac propone una «Declaración de Diez Principios para un Tratado Democrático», con el objetivo de asentar las bases de discusión y consenso para la elaboración de cualquier nuevo tratado. Así se conseguirá, como afirma Gómez, «poner coto a la carrera desenfrenada para acabar con los derechos sociales europeos«. Pero para que la declaración sea efectiva «es necesaria la acción común con los movimientos sociales que luchan para hacer posible esta Europa que deseamos«, ya que si la ciudadanía no se posiciona en pro de sus intereses, el nuevo tratado a penas contará con cambios significativos, a pesar de haber sido rechazado por dos bastiones europeos de la talla de Francia y los Países Bajos.

La campaña de presentación de esta declaración ya se ha iniciado en Viena y en Graz, donde se han celebrado concurridas conferencias de prensa y debates, que han contado con la presencia de los presidentes y miembros de Attac de diversos países europeos, además de sindicatos y partidos políticos. En España, los grupos autónomos de Attac trabajan sobre el texto desde hace tiempo, aunque, como apunta el Coordinador de la Comisión UE, «este tipo de documentos y problemas relacionados con Europa no despiertan en España el mismo interés que en Viena, Berlín o París«. En Francia, por ejemplo, se asocia el tratado constitucional con una mayor legitimación del «deterioro y la desaparición de los servicios públicos, el cierre y la deslocalización de empresas y la directiva Bolkestein«. Sin embargo, la postura de España ha estado motivada por la falta de medios críticos y el desinterés político que ha llevado a la ciudadanía al conformismo y hasta a la impotencia. Frente a esto, Attac pretende devolver el poder a los ciudadanos, y así lo articula a través de la «Declaración de Diez Principios», que «apoyan el derecho fundamental de la ciudadanía a participar en los asuntos públicos y fomentar la democracia directa en la vida pública«. Sólo de este modo se conseguirá que el futuro dependa de los europeos y no de los lobbies que, desafortunadamente, «son los que realmente dictan las leyes y redactan las propuestas de las directivas europeas«.

Europa necesita una «refundación democrática de las instituciones», concluye Gómez. Sus cimientos no deben depender de un único modelo económico, despótico e injusto: el neoliberal. Para ello, es fundamental que la corporatividad prime frente a la competitividad, no seguir limitando la autonomía de los Estados, y alentar la mejora constante de los niveles ambientales, sociales y laborales. Ciudadanos de otros países europeos comienzan a tomar conciencia. ¿Cuándo sucederá lo mismo en España?