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Primero quienes despedían trabajadores, a los que Alberto Fernández calificó como “infames”, continuaron despidiendo, violando una ley y burlándose del enojo presidencial.
El presidente Alberto Fernández aplica desde este viernes prudentes restricciones a la circulación y algunas actividades como las recreativas y gastronómicas, y al menos quince días de educación virtual en todos los niveles, en medio de la dramática segunda ola de la pandemia que afecta al planeta y la región.

Una intervención demoledora para el establishment y útil para cualquier ciudadano disconforme o incluso para los opositores racionales a la gestión de Alberto Fernández.

Ante el impacto mundial producido por la publicación de The Lancet acerca de la Sputnik V, todavía callan los criminales que desde Juntos por el Cambio “advirtieron” que llevaría a la muerte a los que se vacunen, e incluso llegaron a denunciar penalmente al presidente, al ministro de salud y su viceministra por “atentado contra la salud pública”, entre otros delitos.

Este enero se cumplen 50 años de la llegada a Chile de la Brigada Santiago Pampillón, enviada por la Federación Universitaria Argentina (FUA, La Plata) para realizar trabajos voluntarios en solidaridad con el gobierno de Salvador Allende; en ese entonces cercado por Estados Unidos y la derecha nativa.

Hoy 29 de diciembre, el Senado tiene la responsabilidad de aprobar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, ya con media sanción en Diputados, y comenzar a solucionar el grave problema de salud pública que supone la criminalización y el encarcelamiento de quienes abortan.

La pulseada para imponer un “aporte solidario y extraordinario” a las grandes fortunas personales está lejos de cerrarse, ya que el privilegio rechaza siquiera un roce a sus intereses y pretende cerrar el camino a cualquier intento de reforma fiscal progresiva e integral.

Lo conocí en los primeros días de febrero de 2003.