Artículos
Un Estado corrupto es como un edificio sin columnas de soporte.
Nuestras sociedades sufren de males prevenibles y tratables. Solo falta la medicina.
Es importante vigilar de cerca las relaciones laborales bajo la pandemia.
La juventud tiene todo el potencial, pero de nosotros depende abrirles el camino.
Los protocolos bélicos han cambiado. Ahora el arma más poderosa es el hambre.
Somos herederos de un sistema violento y deshumanizante del cual ignoramos casi todo.
A estas alturas, es preciso comprender que los gobernantes tienen planes definidos.
La niñez carece de oportunidades en donde su bienestar no es prioritario.
Llevamos un año enfrentados al encierro, miedo al contagio e incertidumbre sobre el futuro.
Repasar la historia es el mejor modo de aprender y tomar conciencia.