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Las distintas políticas económicas obedecen a situaciones nacionales muy diferentes de erosión por arriba y resistencia por abajo. En México, la crisis repite la profundización neoliberal, que sucedió a todas las eclosiones precedentes. Se refuerza la desarticulación industrial que imponen las maquilas y se acentúa el vaciamiento de reservas que genera la provisión de petróleo a Estados Unidos. La falta de inversiones potencia, además, las presiones para privatizar la empresa estatal. Brasil se distingue del resto de la región por sus multinacionales y la envergadura de su mercado. Pero su modelo actual no recrea el industrialismo de posguerra, ni elimina las asimetrías con las economías centrales. El agro-negocio ha recuperado primacía, bloqueando la reforma agraria y profundizando las tendencias hacia el librecomercio. El curso socioliberal condujo a la cooptación de la burocracia sindical e introdujo un nuevo equilibrio entre sectores del bloque dominante. El modelo neodesarrollista intentado en Argentina emergió del descontento burgués con los resultados de la cirugía neoliberal, en un marco de grandes protestas populares. Se ha buscado recomponer la gravitación de la burguesía industrial, en desmedro de los bancos y en conflicto con el agro-negocio. Hubo concesiones sociales, sin redistribución de ingresos y sin nacionalizaciones de sectores estratégicos. El crecimiento del último quinquenio no revirtió la desarticulación productiva y el empobrecimiento estructural. La política reformista de Venezuela, Bolivia y Ecuador incluye avances sociales, pero no resuelve los principales problemas de economías muy periféricas y dependientes. Las nacionalizaciones del proceso bolivariano son indispensables para superar el atraso y erradicar los derroches de la burguesía rentista. Pero la ausencia de control obrero y social y el injustificado pago de indemnizaciones reciclan los privilegios de la «boliburguesía» Mayores avances en la estatización de los hidrocarburos son necesarios en Bolivia, para financiar la impostergable mejora del nivel de vida popular. Es un error intentar contrapesos del poder económico de la derecha, mediante concesiones al capital extranjero. La importante auditoria de la deuda realizada en Ecuador choca con la continuidad de un modelo extractivo, que ha desatado fuertes conflictos con el movimiento indígena.
Otro conflicto de imprevisibles consecuencias ha estallado entre el gobierno y la oposición de derecha. La iniciativa gubernamental de constituir un fondo especial con una porción de las reservas para garantizar el pago de la deuda externa desató este conflicto. La derecha rechaza este fondo y exige hacer frente a los pagos con las partidas […]
El modelo exportador ha recuperado preeminencia, multiplicando la atadura de la economía zonal al vaivén de precios de las materias primas. Los grandes proyectos de infraestructura buscan garantizar salidas externas para los insumos codiciados por las transacionales. La minería a cielo abierto, la deforestación y el uso irracional del suelo agravan las adversidades tradicionales del modelo extractivo y afianzan el peligroso deterioro del medio ambiente. Este esquema es avalado por CEPAL, que reemplazó el viejo industrialismo por una insostenible reivindicación de la primarización. Estados Unidos busca recuperar las posiciones perdidas en la región para reforzar su aprovisionamiento de insumos básicos. Europa no disputa preeminencia política, pero sí negocios y podría quedar afectada por el deterioro económico de España. La llegada de China entraña un desafío mayor en la disputa por el botín de minerales, alimentos y combustibles. La industria latinoamericana se amoldó a la creciente penetración de las corporaciones multinacionales. Su gravitación ha disminuido, pero no desapareció como sector de peso. Las viejas burguesías nacionales promotoras del mercado interno han sido reemplazadas por burguesías locales que jerarquizan la exportación. El nuevo esquema no implica extranjerización total. Los capitalistas latinoamericanos continúan manejando sus Estados, con mayor inclinación por la asociación trasnacional. La incorporación de México, Brasil y Argentina al G20 y el apoyo al FMI como reorganizador de las finanzas mundiales ilustran esta imbricación. El Fondo no ha cambiado y continúa administrando el ajuste al servicio de los banqueros. Es erróneo atribuir un perfil «posliberal» a gobiernos que privatizan recursos básicos, mantienen estructuras fiscales regresivas y apuntalan el agronegocio.
El impacto de la eclosión global en América Latina ha sido inferior a los países desarrollados y más agudo que en las economías ascendentes de Asia. Afectó en mayor grado a Centroamérica que al hemisferio sur. El origen externo del temblor desmiente el mito de la responsabilidad autóctona de estas conmociones, pero no exculpa a […]
La agresión contra Gaza provoca horror. Refugiados aniquilados en una escuela de la ONU, cadáveres de niños alineados, familias acribilladas por buscar alimento, tiros al blanco sobre una masa indefensa, bombardeos a mansalva, fósforo blanco, 1160 muertos y 5200 heridos en tres semanas. Semejante matanza no es un daño colateral, ni una reacción desproporcionada. Se […]
En Estados Unidos se implementan medidas contradictorias frente al colapso financiero. Predomina la estatización y el aliento de las fusiones, pero también se insinuó permitir la caída de algunos bancos. La nacionalización de hipotecas tóxicas tendrá un costo inédito y no resuelve la insolvencia de los deudores. La recesión norteamericana tiende a globalizarse, la política […]