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Artículos

A 50 años del golpe de Estado

Lamento no haberle trasmitido antes mis prejuicios con una de las personas que trabajaba con ella en el MIR, que se decía su amiga, pero que no lo era. Un ser oscuro y resentido a quien Diana protegía, ayudaba y escuchaba. Marcia Gómez, colaboradora de la DINA y conocida en el MIR como “Carola”, actualmente jubilada del Ejército por sus servicios en Inteligencia, había sido detenida sin que Diana lo supiera.

Sé de qué va la novela. Sé el final. El primer final. El segundo final. El final, necesariamente. Solo que esta vez van, vamos con mascarillas y, como en el mundo real, por encima de nosotros, deambulan las nuevas amenazas y las de siempre, ya saben, la primera de todas, la madre de todas las violencias que es la codicia. Porque, aunque cambiamos el siglo y tal vez un ciclo nada cambia, en definitiva. Y todo es lo mismo. Pero eso es algo que Heredia sabe mejor que nadie. Y nosotros queremos tanto a Heredia.

A cinco años de la revuelta del 2019, son pocos los libros que ahondan en materia de derechos humanos desde una óptica narrativa o desde la no ficción, especialmente en acontecimientos tan agudos como los casos de asesinados durante ese período por acción del Estado.

El neoliberalismo, desde sus orígenes, es el resultado de una opción propiamente fundacional: la opción de la guerra civil. Y esta opción sigue siendo hoy, directa o indirectamente, la que dirige su orientación y sus políticas, incluso cuando estas no implican el uso de medios militares.

Contra todo orden patriarcal, la vida recupera su valor hasta que valga la pena vivirla. El dolor que siento, como un loop musical, me canta fuerte, claro y melodioso: sin justicia no hay paz.

Lo que mejor recuerdo de la fiesta es que Víctor cantó. Insistieron para que lo hiciera y al final se dejó convencer. Interpretó canciones del folklore chileno, en su mayoría nuevas para mí, pues él mismo las había recopilado en sus visitas a Ñuble y a otras partes del país y canciones argentinas de Atahualpa Yupanqui. Si todavía no estaba enamorada de Víctor, su canto puso fin a mi resistencia.

La Doctrina Schneider fue una reiteración de principios que adquirió carácter de histórica y que será una y otra vez recordada y analizada, tanto por sus repercusiones inmediatas en el ambiente nacional de entonces como por sus secuelas futuras.

El desaparecimiento puede haber ocurrido muchas veces en los conflictos, en las guerras; pero el desaparecimiento como una metodología del poder dictatorial -que existe en la época actual- no es producto del azar o de una desgracia, es una metodología pensada y fríamente ejecutada desde el poder, con crueldad, con soberbia, con desprecio. Ella constituye el paradigma de la Agresión Humana.

La comunicación segmentada pasó a ser hegemónica y, además, la prensa ya no está en el marco de una lucha ideológica por visiones de mundo y proyectos de sociedad, es decir, por «representar verdaderamente» lo real.

Las hijas se encargan de poner en circulación los archivos, de exponer ante una comunidad quebrada la memoria, verdad en vida de su padre, así como la verdad judicial sobre su muerte.

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