Felipe Portales

Artículos

Y las expectativas de sustitución del modelo neoliberal que surgieron con la “revuelta” o “estallido social” de octubre de 2019 se vieron neutralizadas con los maquiavélicos acuerdos establecidos entre la derecha y la ex Concertación (a los que se subordinaron el Frente Amplio y el PC…) para generar sucedáneos de asambleas constituyentes.

Además, Patricio Aylwin consideró positivo para el país ¡la permanencia de Pinochet como comandante en jefe del Ejército (virtualmente autónomo) hasta 1998!

En los últimos años se ha generalizado en nuestro país el mito de que las nuevas Constituciones generan cambios políticos y sociales de envergadura, cuando es al revés: son los cambios políticos y sociales de envergadura los que generan nuevas Constituciones. Y cuando dichos cambios van en beneficio de una minoría son habitualmente impuestos por la violencia y consagrados en Constituciones no democráticas.

El “proceso constituyente” que se desarrolla en nuestro país no puede ser más contrario a los ideales democráticos y a las prácticas generalizadas en el mundo de elaborar constituciones a través de asambleas constituyentes

Hace mucho tiempo que la FIFA se ha ido convirtiendo en sinónimo de corrupción. Pero lo que se ha visto con el actual mundial de fútbol en Catar ha rebasado todos los límites.

Se ha convertido en un error muy frecuente en Chile creer que una nueva Constitución puede generar cambios políticos profundos, cuando la experiencia histórica –nacional y mundial- nos demuestra inequívocamente lo contrario. Esto es, que los cambios políticos profundos son los que se reflejan posteriormente –y se consolidan- en nuevas Constituciones.

La Convención Constitucional aprobó un conjunto de disposiciones mucho más democráticas y de justicia social que la Constitución del 80, refrendada esta última –recordemos- como una “Constitución democrática” por Lagos y todos sus ministros en 2005.

Es cierto que en estos años la Iglesia perdió mucho poder político, social y cultural. Pero, en definitiva, incrementó extraordinariamente su autoritarismo y verticalismo interno, con su corrupción consiguiente.

En caso de ganar el “Apruebo” en el plebiscito del 4 de septiembre, nos enfrentaremos a una situación inédita en un proceso constituyente a nivel mundial: Que el órgano encargado de concretizar en leyes gran parte del nuevo texto constitucional será ¡el Congreso actual, que para entonces representará a una Constitución fenecida!

Pareciera que nuestro país siempre ha sufrido más que otros –porque ciertamente no es “monopolio” chileno- de fuertes dosis de amnesia, engaño y autoengaño histórico.

1 2 3 4 13