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Ni siquiera el 1 % del material militar de la OTAN se utilizará para ayudar a Ucrania, pero la invasión rusa ha proporcionado un pretexto para incrementar masivamente el gasto militar; una gran noticia para las ganancias de los fabricantes de armas.
[La invasión y la guerra en Ucrania ha hecho aflorar el debate en el seno de la izquierda sobre la cuestión del antiimperialismo y cómo responder ante él.
Existe un sorprendente paralelismo entre la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin y las aventuras de Saddam Hussein hacia Irán y hacia Kuwait. Ambas ayudaron a fortalecer al imperialismo norteamericano.
No es exagerado decir que lo que ocurre actualmente en el corazón del continente europeo nos sitúa en el momento más peligroso de la historia contemporánea y el más cercano a una tercera guerra mundial desde la crisis de los misiles soviéticos en Cuba en 1962.
Me ha sorprendido leer este artículo de Claudio Katz criticando mis posiciones sobre este tema. El artículo se base en una interpretación caricaturesca de que publiqué en abril pasado:
Hace veinte años, diecinueve hombres, llenos de odio hacia Estados Unidos y de fe en la promesa del paraíso, se inmolaron, matando a miles de personas y provocando una de las mayores conmociones políticas globales de la historia del mundo.
Las tres últimas décadas estuvieron marcadas por una creciente confusión política sobre el significado del antiimperialismo, una noción que, en sí misma, había sido poco debatida anteriormente.
El concepto de inmunidad de rebaño, es decir, la inmunización de toda una población como resultado de que un alto porcentaje adquiere resistencia a una enfermedad, ha ganado mucha aceptación desde el inicio de la pandemia covid-19.
Con la pandemia de la covid-19, el planeta está sufriendo la peor crisis económica desde el periodo de Entreguerras. Desempleo, inseguridad alimentaria, abandono escolar… los efectos del «gran encierro» se hacen sentir en todas partes, pero es en los países pobres donde sus repercusiones afectan con más dureza. Con una estructura laboral en la que predomina el sector informal, muchos trabajadores carecen de protección social alguna
Con la pandemia de la covid-19, el planeta está sufriendo la peor crisis económica desde el periodo de entreguerras. Desempleo, inseguridad alimentaria, abandono escolar… los efectos del «gran encierro» se hacen sentir en todas partes, pero es en los países pobres donde sus repercusiones afectan con más dureza. Con una estructura laboral en la que predomina el sector informal, muchos trabajadores carecen de protección social alguna.