Artículos
Superados los primeros cien días de coalición entre la CDU y los liberales del FDP, el ambiente está tan enrarecido que ya se le pone fecha de caducidad. A las constantes broncas se han sumado unas prácticas de financiación que restan credibilidad a los partidos tradicionales
El autor parte de los últimos movimientos en el seno del partido alemán Die Linke (La Izquierda) tras la renuncia de su copresidente Oskar Lafontaine para anticipar la que será su principal tarea de cara al congreso de mayo, perfilar su estrategia de cara al futuro.
Todos los partidos de Alemania, salvo los Verdes, han empezado mal el nuevo año. La CDU de la canciller Angela Merkel se pelea con sus socios, la CSU y el liberal FDP. El opositor SPD aún no ha digerido las últimas encuestas, que le sitúan por debajo del 20% obtenido en las generales de 2009 y Die Linke está viviendo una fuerte crisis interna. Esta situación invita a los Verdes a afrontar relajados el 30 aniversario de su fundación.
El temporal Daisy era el invitado no deseado que acudió a los actos que en estas fechas suelen ser tan importantes para la izquierda alemana. Cada segundo fin de semana de enero se celebra en Berlín, el sábado, la Conferencia Rosa Luxemburgo y el domingo la manifestación en recuerdo de los líderes comunistas Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.
El Partido Socialdemócrata de Alemania se ha reunido en la capital de Sajonia, Dresde, para encontrar una salida a su actual crisis. Hasta mañana, sus delegados van a discutir sobre los errores del pasado y las estrategias del futuro. Los sondeos le auguran otro bajón histórico.
El pensamiento único actualmente vigente presenta a la República Democrática Alemana (RDA) como una «dictadura socialista». No falta, sin embargo, quien 20 años después reivindica el «primer estado antifascista alemán» y sus logros, especialmente en materia social.
Merkel intervendrá el 3 de noviembre en el Congreso de EEUU. Será la segunda jefa de Gobierno alemán que hable en este foro después del histórico Konrad Adenauer (CDU).
A Alemania le hace falta un partido de oposición desde que en 1998 los Verdes se convirtieran en socio minoritario del Gobierno que el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD) encabezó hasta 2005. Ahora, Die Linke (La Izquierda) puede asumir ese papel si el próximo domingo supera el 10% de los votos.
La pobreza es una realidad ignorada por muchos, pero bien patente, en Alemania. En 2007 el fenómeno afectaba al 14% de la población (once millones de personas). Desde 2005 el porcentaje había subido tres puntos y nada hace pensar que la pendiente se haya frenado en los últimos meses.
A una semana de las elecciones y con programas poco novedosos, los sondeos dan la victoria a la CDU de la canciller Angela Merkel con un 35% de los votos. Los liberales del FDP obtendrían un 14%. Hoy, celebrarán un congreso en el que se espera que anuncien oficialmente si su único futuro aliado de coalición será la CDU.