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Como Jano, el dios romano con dos caras, el sistema financiero argelino disimula dos bombas de tiempo muy peligrosas para el futuro del país: una masa disparatada de subsidios que ya cuesta un cuarto del PIB y un déficit presupuestario que pesa casi lo mismo
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Traducido del francés para Rebelión por Francisco Fernández Caparrós.
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
La vida social renace en Argelia, un país convaleciente. En Tlemcen, a 500 kilómetros de Argel, el boom inmobiliario y las grandes infraestructuras conviven con el desempleo y el mercado negro. El éxodo rural modificó profundamente el rostro tradicional de la vieja capital del Magreb central, haciendo renacer la nostalgia de un pasado glorioso.
El tan alabado «modelo nórdico» está en peligro. La famosa «flexiseguridad» se mueve progresivamente hacia una mayor flexibilidad y una menor seguridad. La clase media reclama rebajas impositivas y se queja por tener que «pagar» para los más pobres. (Traducción: Mariana Saúl)