Juan Viera Benítez

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La crisis ecológica como resultado de las contradicciones internas del capitalismo tiene su reflejo en nuestros pueblos, en donde uno de sus efectos es la sequía imparable que está afectando al consumo humano, y dañando de modo irreversible a la agricultura y la ganadería que sufren gravemente los impactos medioambientales, aunque son las actividades productivas que menos contribuyen a la crisis climática.

Las declaraciones de la presidenta de Cáritas vienen a reconocer oficialmente por una institución caritativa, la muy conocida difícil situación personal en la que se encuentran las personas inmigrantes irregulares, que vienen a nuestro país en la búsqueda de un horizonte para su futuro como seres humanos.

El Estado como forma política del capital dispone de todos los recursos posibles económicos, militares, judiciales, propagandísticos al servicio de la burguesía.

“Al menos treinta personas inmigrantes mueren en un naufragio en el Mediterráneo, tres barcos rescatistas están en aguas griegas con 750 refugiados esperando ser acogidos en algún puerto italiano. A pesar del mal tiempo la salida de barcazas de las costas africanas no ha cesado en este otoño y en estos días de invierno”, según informaba el diario Clarín este 26 de diciembre.

El contexto político y económico definido por la Unión Europea y la burguesía española exigen del gobierno del Estado Español que el gasto presupuestario destinado a los servicios públicos sea el más pequeño posible en vista de las necesidades actuales que la crisis económica impone al capitalismo.

Falta una denuncia contra quienes realmente saquean los recursos y la riqueza del campo extremeño

La mayoría de las diferentes asociaciones agrarias que hay en Extremadura quieren movilizar a los agricultores, grandes, medianos, pequeños, industriales relacionados con la producción hortofrutícola, a la manifestación que quieren realizar el día 2 de diciembre.

La cruel y sangrienta acumulación originaria de capital encuentra en la lucha de los pueblos la defensa de lo colectivo, la rebeldía ante los intentos de la eliminación de lo comunitario.

Antes de comentar algunas generalizaciones acerca de la violencia en general, me gustaría comenzar denunciando la violencia laboral que por múltiples motivos sufren las clases trabajadoras. Y la necesidad de su reorganización sindical para disponer de un instrumento, de una herramienta sindical poderosa que las agrupe y, dote de la fuerza suficiente para impedir que los derechos laborales sean totalmente arrebatados y entrar en un descenso a los infiernos de la explotación y la producción de plusvalía.

Queremos comenzar recordando dos momentos de hace unos meses con una significación política en la vida regional y en la nacional.

Las consecuencias sociales de la Pandemia del Covid-19, el desempleo y la pobreza, se están desbocando y afectan a un número creciente de personas en Extremadura. Según los datos estadísticos el paro sobrepasa ya ampliamente a las 100.000 personas, con unos porcentajes superiores al 21 % de la población activa, que en el caso del paro juvenil son superiores al 40 %.

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