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A un pueblo formado en una historia en la cual “Patria y Libertad” y “Libertad o Muerte” condujeron a un “Patria o Muerte” seguido por un rotundo “Venceremos”, nadie tendrá que explicarle la importancia de lemas que devienen fe de vida.
La cercanía de Fidel Castro en el tiempo debe favorecer el cuidado con que nos corresponde tratar sus textos y librarlo de falsificaciones.
Puede ser estimulante buscar y encontrar huellas textuales de José Martí en Fidel Castro, ya sea con citas al pie de la letra, paráfrasis, reminiscencias apenas perceptibles, asimilaciones decantadas o apropiaciones como la del título del presente artículo.
El pasado 7 de agosto, en la Plaza Simón Bolívar, de Bogotá, la toma de posesión presidencial de Gustavo Petro propició ver a un Felipe VI, rey de España, sentado mientras la espada del Libertador de América era recibida con los correspondientes honores.
Escritas sin afán alguno de exhaustividad, estas líneas solo intentan sugerir una manera de recordar a Ernesto Guevara en otro aniversario de su muerte, y de un modo que rendiría también homenaje al relevante poeta y ensayista peruano Sebastián Salazar Bondy.
Es difícil, si no imposible, pensar en la acción revolucionaria del 26 de julio de 1953 y no tener presente a José Martí. No solo porque esa acción le rindió, en el año de su centenario, un homenaje concebido para defender su legado en medio de una república medularmente contraria a la que él quería para su patria.