Artículos
En Uruguay parece que no pasa nada, hasta que pasa. Siempre el cuento autorrecitado de la excepción en Sudamérica, más europeos que latinoamericanos, más cautos que rebeldes, más reactivos que activos. A su modo, a su estilo y a su escala, el fenómeno de la grieta y la polarización crece tierra adentro y ya no tiene retorno.
La crisis en Uruguay se expresa de manera multidimensional. El sistema de salud y el educativo, la situación económica y laboral se resquebrajan día a día. Es incuestionable lo que implica la pandemia, pero como decía un viejo psicólogo: hay que enfocarse en cómo salir del pozo y no cómo llegamos a él.
La situación en Uruguay se agrava día a día. Los contagios diarios superan los tres mil, y de mantenerse esta situación los centros de cuidados intensivos van a colapsar. En este momento la capacidad está al 70% y las autoridades médicas tendrán que elegir quién puede acceder a una cama y quién no.
El cruce entre el presidente argentino Alberto Fernandez y el uruguayo Luis Lacalle Pou en la Cumbre virtual por los 30 años del Mercado Común del sur (Mercosur), del que son socios con brasileños y paraguayos, es noticia en todos los medios rioplatenses y aledaños.
Uruguay cada día se parece más a un collage de series, películas y libros configurando una distopía berreta, de baja calidad y funcional a los intereses de mentalidades del siglo XIX.
A un año de la asunción como presidente de Luis Lacalle Pou, quebrando quince años continuos de gobierno del centro izquierdista Frente Amplio, las condiciones de la clase trabajadora van barranca abajo.
En la portada del diario oficialista El País se publicó el día 8 de febrero el siguiente titular “Eduy21 se repliega y evalúa una ‘elegante’ disolución”. Pero, ¿qué es Eduy21?
Luis Lacalle Pou es fruto de la capacidad de aprendizaje de los yerros y de pensar en el día después de mañana. Es hijo de un expresidente, pertenece a una de las 500 familias oligarcas del Uruguay. Hoy, siendo presidente y a través de su figura, gobierna teniendo en claro que vivimos en la era de la imagen, lo efímero y el espectáculo.
El gobierno liderado por Luis Lacalle Pou, ha llevado adelante su plan de gobierno con medidas fieles al estilo de la doctrina del shock. La pandemia le sirvió de excusa para desplegar el proyecto que quedó trunco en los 90, siendo aquel el último gobierno electo del Partido Nacional.
El montaje de un aparato policial con la pandemia como justificativo es el salto que ha dado el gobierno este viernes 18 de diciembre con la reglamentación del artículo 38 de la Constitución. Los medios afines blindan al gobierno, legisladores oficialistas piden presencia militar en las calles, el Presidente que hace stand up en las conferencias y las leyes dejan más que claro que todos los caminos conducen al ajuste.