Artículos
En el contexto de la pandemia del COVID-19, la política unilateral de máxima presión, que ejerce el gobierno estadounidense, contra la República Islámica de Irán, provoca dificultades sanitarias y económicas, que afectan a la nación persa y que además podrían afectar negativamente a la región, obligando a las autoridades iraníes a extremar la lucha contra esta enfermedad.
Se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos y con ello, como suele ser habitual, la posibilidad que estalle una nueva guerra, la intensificación de otras, alguna agresión vía un atentado directo o de bandera falsa.
El mundo debe estar preparado ante la próxima intensificación de los actos de violencia de Estados Unidos y dos de sus principales aliados en materia de violaciones a los derechos humanos y leyes internacionales: Israel y Arabia Saudí. Una triada con efectos tan o más negativos que el COVID-19.
En un marco de complejos problemas mundiales derivados de la pandemia del Covid 19, existen países que aprovechan esta coyuntura para seguir agrediendo a otros pueblos.
Israel como entidad y la ideología que la sustenta, el sionismo, están marcadas por la mentira como esencia de su nacimiento y actuar. Su visión de mundo y la conducta seguida contra otros pueblos está basada en el carácter mesiánico de aquellos que han permitido el surgimiento, tanto del régimen israelí como del desarrollo de su doctrina mesiánica.
Cuando la soberbia se impone, cuando la megalomanía y la altivez es el eje discursivo y de acción de una autoridad política, los resultados suelen ser desastrosos no sólo para el responsable de esa conducta, sino que para el conjunto de la sociedad.
La isla europea da muestras que su monarquía Constitucional, el gobierno presidido por el conservador Boris Johnson y esta monserga de supuesta defensa del modelo occidental de la democracia, el respeto a la legalidad internacional tiene comportamientos similares e incluso superiores, en niveles de delincuencia, que su primo estadounidense.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca aumentó, en forma significativa, la presión sobre aquellos países de América Latina cuyos líderes trataron de construir una política independiente de Washington, tanto en el plano interno y externo.