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Dice uno que esta serie (creada por Laura Sarmiento y Verónica Fernández y estrenada en junio de 2022, Netflix) tiene “más tópicos que una guía de viajes, adivinas lo que va a pasar desde el minuto uno”.
Como bien sabemos, durante siglos y siglos las mujeres han estado condenadas a la maternidad. Y digo condenadas porque, lo quisieran ellas o no, tal era su sino, su función social: casarse y tener hijos. ¿Cuántos?.
Un tal Abuy Nfubea nos explica tranquilamente lo malas que somos las feministas blancas (Diario Público del 09/05/2021)
Mientras pudieron, nos ignoraron… Su táctica durante años fue la de: “Hagamos como que no existen”. Pero llegó un momento en el que ya no pudieron seguir haciéndose los longuis.Entonces emprendieron nuevas maniobras: Los cafres, los machistas primitivos de siempre, los que aún no están en la “modernidad”, redoblaron insultos: “Feminazis” “Mal folladas”, “Feas”, “Machorras”, etc. […]
Resulta sorprendente comprobar las similitudes que presentan algunos episodios históricos. Lo pienso comparando el debate sobre el voto femenino en la Segunda República y el actual sobre prostitución y abolicionismo.
A raíz del movimiento de «los chalecos amarillos» en Francia sobre la precariedad laboral, la lucha de clases y la presencia protagonista y visible de las mujeres en el imaginario colectivo de la lucha de clases.
La autora nos comparte la reflexión sobre la disyuntiva de si hay más motivos para ser optimista o para ser pesimista en la lucha feminista. ¿Tú que crees?. La autora o tiene claro, nosotrxs también.
Tocar y penetrar un cuerpo que no te desea, no es erotismo.
«Las representaciones, cegadas por el machismo, deforman de manera generalizada y sistemática la realidad.»