Raúl Zibechi

Artículos

Aunque los movimientos antipatriarcales y anticoloniales han desplegado sus alas en las últimas décadas, los resultados en la cultura política hegemónica aún son muy débiles. Los medios de comunicación no hegemónicos y las izquierdas siguen reflejando, en sus coberturas y discursos, la enorme dificultad para trascender las formas más tradicionales de dominación.

La disputa por el Mar del Sur de China se sigue intensificando, pero el Dragón va colocando sus fichas de forma gradual, implacable e incontenible, como lo muestran los recientes desarrollos de una estrategia largamente diseñada, que parece estar poniendo en práctica con notable coherencia.

En todos los rincones del mundo los de arriba están perpetrando un genocidio silencioso de pueblos originarios y negros, de campesinos y pobres, de la ciudad y del campo.

Si el mandato de Trump fue abominable, el de Biden no lo será menos. Recordemos la guerra en Siria, la liquidación de la primavera árabe y la invasión de Libia, promovidas y gestionadas por el equipo que ahora retorna a la Casa Blanca.

Los movimientos de los pueblos originarios de América Latina han tomado, respecto a sus proyectos de larga duración, dos actitudes diferentes en relación a los Estados nacionales. Una de ellas se propone la construcción de un Estado plurinacional, que algunas corrientes lo enuncian como la refundación del Estado colonial sobre nuevas bases. La otra enfatiza en la construcción de autonomías desde abajo.

Pensar que Biden es mejor que el fascista de Trump, es siempre una opción que, además, nos ayuda a sentirnos mejor. Pero es una opción totalmente alejada de la realidad.

En la historia del movimiento obrero y socialista, los extensos debates sobre la transición se han enfocado principalmente desde la teoría legada por Marx y Lenin. El mismo concepto de transición, elaborado por Marx, fue ampliamente debatido por las principales corrientes de la izquierda del siglo XX a la luz de algunas dificultades surgidas, en particular, durante la Revolución rusa.

En periodos de tormenta sistémica es necesario contar con una estrategia clara y definida. De lo contrario, el naufragio es casi inevitable. Tal vez por eso muchos hemos retornado a los saberes como los que encarna Sun Tzu, militar, estratega y filósofo de la antigua China, que resume sus enseñanzas en el libro El arte de la guerra, que ha inspirado a varias generaciones de revolucionarios.

Las tomas organizadas de tierras urbanas o periurbanas comenzaron bajo la dictadura militar, como respuesta a la ofensiva para expulsar a las familias villeras de Buenas Aires, para abrir amplios terrenos céntricos a la especulación. El sacerdote Raúl Berardo, impulsor de las primeras tomas, me relató al calor del levantamiento de diciembre de 2001, cómo fue aquel proceso.

Decadencia del imperialismo estadounidense

El imperio estadounidense parece no querer aprender de la historia. Ha extendido su poder militar a todos los rincones del planeta, con alrededor de 850 bases militares desplegadas en los cinco continentes.

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