El asesinato tuvo lugar en pleno día, en las instalaciones del Sindicato, mientras Dora Liliana Ochoa desempeñaba sus funciones. Era madre cabeza de familia y deja tres niños huérfanos. El Sindicato de Trabajadores Oficiales y Empleados Públicos (SINTRAOFAN) ha sido víctima de una persecución sistemática, como prueban los 40 miembros asesinados que acumulan. Sin embargo, el Gobierno no les ha dotado con ninguna medida de protección. Segovia es un municipio minero, donde las organizaciones políticas y sindicales de los trabajadores han sido presas de una política de exterminio, uno de cuyos peores capítulos fue la masacre de Segovia, perpetrada por los paramilitares de Fidel Castaño con cobertura de la fuerza pública, que mataron a 40 personas e hirieron a medio centenar el 11 de noviembre de 1988. El motivo: la alcaldesa era de la Unión Patriótica y la izquierda gozaba de amplio respaldo y fortaleza organizativa. De las masacres han pasado a los asesinatos selectivos, pero la política de exterminio no ha cesado.