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En su último libro, el antiguo director de «Diario 16» y «El Mundo», y en la actualidad de «El Español», Pedro J. Ramírez, menciona una conversación que tuvo a finales de 1978 con el entonces ministro Rodolfo Martín Villa, protagonista en aquella época de una famosa canción cuyo estribillo decía: «Atención, atención Martín Villa es un cabrón-on-on…».
La Justicia española nunca ha querido saber nada sobre la identidad de los máximos responsables de la guerra sucia; entre ellos, el bien conocido señor X. Tampoco ha mostrado interés alguno en esclarecer por completo ninguno de los innumerables crímenes cometidos por el Estado español, con la complicidad del francés, sirviéndose de las más variadas siglas: ATE, GANE, BVE, GAL…
Los dirigentes jeltzales han aplaudido la iniciativa Glencreen, pero han hecho oídos sordos a sus principales peticiones. Sobre todo, «el reconocimiento del daño causado y la asunción de responsabilidad» por parte de todos quienes han vulnerado los derechos humanos. Y también, el que la sociedad en su conjunto, todos y todas, hagamos una «revisión autocrítica […]
Comisión de la Verdad mediante, tarde o temprano van a quedar al desnudo todas las mentiras de las autoridades españolas respecto a la tortura. Y también las mentiras de los principales medios de comunicación y de la (in)Justicia española, donde son legión los cómplices y encubridores de esa terrible lacra. Respecto a los media, la […]
El Tribunal Supremo no reparó en medios a la hora de tumbar la sentencia del tribunal donostiarra que condenó a cuatro guardias civiles por torturar a Portu y Sarasola. Así, entre otras cosas, atribuyó a un manual de ETA, redactado en euskara y cuya traducción es «Haciendo frente a la detención«, una serie de frases […]
Ya lo advertí claramente cuando la Audiencia de Donostia dictó sentencia condenatoria contra cuatro de los guardias civiles que torturaron a Portu y Sarasola: ninguno de los agentes condenados iba a pisar jamás la cárcel por ello. «Me apuesto lo que sea« afirmé, y la verdad es que no hacía falta ser en absoluto adivino […]