El siguiente análisis no es más que un nuevo artículo sobre la situación de la derecha radical populista xenófoba (DRPX) que, como parte de una ola reaccionaria mundial, no ha hecho más que extenderse por el mundo. Los anteriores artículos escritos sobre este tema terminaron formando parte del libro «Derecha radical. Auge de una ola […]
El siguiente análisis no es más que un nuevo artículo sobre la situación de la derecha radical populista xenófoba (DRPX) que, como parte de una ola reaccionaria mundial, no ha hecho más que extenderse por el mundo. Los anteriores artículos escritos sobre este tema terminaron formando parte del libro «Derecha radical. Auge de una ola reaccionaria mundial», publicado en marzo de este año, donde se hizo un estudio general y en profundidad de este fenómeno. Pero la actividad de la DRPX se ha mantenido en distintas partes del mundo, de manera que se hace necesario actualizar los análisis e informaciones contenidas en la obra citada. Esta actualización tiene varios focos de atención geográfica, el primero en España, con la «normalización» de Vox llevada a cabo por la derecha española del PP y Ciudadanos; el segundo en Europa, con los resultados de las elecciones europeas celebradas en abril de este año; el tercero en Italia, con el paso dado por La Liga para hacerse en solitario con el gobierno prescindiendo de la muleta del M5E; el cuarto en EE.UU., dónde Trump está agravando sus políticas xenófobas en el interior y sus intervenciones imperiales en el exterior con el objetivo de garantizarse su reelección en las elecciones presidenciales del próximo año; finalmente, en Brasil, con el gobierno de Bolsonaro. Por motivos de claridad este análisis se hará en dos artículos diferentes, este primero se centrará en Europa, el segundo se dedicará a las políticas sobre todo de Trump, y a las de Bolsonaro.
La DRPX en España: Vox
La irrupción con fuerza de este partido ultraderechista en las elecciones andaluzas de diciembre de 2018 hizo sonar todas las alarmas en los sectores progresistas y de izquierdas, pero no en los de derechas que, desde el inicio, mostraron una clara voluntad der «blanquear» e integrar a este partido en el bloque derechista como una parte más de esta familia, demostrando que persistía en su seno el peso de una herencia franquista con la que nunca terminó de romper, y que se alineaba con la parte de la derecha europea contaminada por el programa y los principios de la DRPX.
Andalucía fue un aviso serio tanto por los resultados alcanzados por Vox en esa comunidad, dónde obtuvo 396.000 votos (11%) y 12 escaños, como por el acuerdo alcanzado por este partido con la derecha tradicional, PP y Ciudadanos, para desalojar al PSOE del gobierno regional y poner en su lugar un gobierno del PP.
El ciclo de elecciones celebrado en la primavera de 2019 si bien no confirmó los temores a un mayor peso de Vox, que frenó la movilización del campo progresista y de izquierdas, sin embargo terminó obteniendo en las legislativas un porcentaje similar de apoyos que en las andaluzas, ahora con 2,6 millones de votos (10,26%) y 24 diputados, y, sobre todo, supuso un salto espectacular respecto a 2016, cuando obtuvo 47.000 votos (0,2%). Este voto de Vox está muy concentrado territorialmente, sobre todo en Andalucía -donde batió su record pasando ahora a 600.000 votos (13,38%)- y Madrid, con 520.000 votos (13,86%). En las elecciones autonómicas, por su parte, consiguió tener representación en 11 de la comunidades autónomas, aunque solo en Madrid, Andalucía y Murcia su representación no es marginal.
Pero en esta segunda parte del ciclo electoral celebrada junto con las municipales y europeas un mes después de las legislativas (28 de abril y 26 de mayo) los apoyos a Vox cayeron estrepitosamente, en las europeas perdió 1,3 millones de votantes respecto al mes anterior y se situó en el 6,3%. Es un dato importante a retener porque habitualmente los partidos de la DRPX obtienen mejores resultados en las europeas que en las diferentes elecciones de carácter nacional, debido a que se expresa mejor el voto protesta, siendo el caso más paradigmático en este sentido los dos partidos con los que se ha presentado el ultra británico Nigel Farage a las elecciones europeas de 2014 y 2019. Así, Vox se presenta entre la familia de partidos de la DRPX europea como el que menos porcentaje de votos obtuvo en las elecciones al Europarlamento junto con los partidos griegos Amanecer Dorado y Solución Griega.
Pero también se repitió la caída en las otras elecciones del 26-M, como Madrid, dónde bajó al 8,9% en la autonómicas y el 7,66% en las municipales, o Andalucía dónde bajó a 126.000 votos en las municipales. Con estos datos es aún muy prematuro pronosticar si se trata de un fenómeno puntual que tiende a retroceder o conseguirá consolidarse, aunque no con la fortaleza de la DRPX de otros países europeos.
No obstante se deben resaltar tres aspectos. El primero y más importante es que se terminó consolidando -en las negociaciones posteriores para formar gobiernos autonómicos y municipales- la alianza sin complejos de la derecha española con la extrema derecha, de esta manera la derecha ha facilitado a Vox el acceso a puestos de poder y ha aceptado parte de su programa político. Dicha alianza volvió a resituar en España el eje del enfrentamiento político que, durante un cierto tiempo, estuvo condicionado por el conflicto secesionista catalán. Pero ahora no se volvió al clásico eje de enfrentamiento izquierda-derecha, sino a otro más dramático de progresistas-reaccionarios. Este es un eje presente desde hace años en varios países europeos como Francia, Italia, Hungría, Austria, Polonia, etc. El segundo aspecto es que con sus 24 diputados y los acuerdos con la derecha, Vox dispone ahora tanto de una potente caja de resonancia en el Congreso de los Diputados como del aval de la derecha para ser aceptado por amplios sectores sociales de la derecha sociológica. El tercer aspecto es que, a pesar de sus magros resultados que obtuvo en las elecciones europeas y del cordón sanitario parcial en el Parlamento europeo sobre un sector de la DRPX -ya nos extenderemos sobre esto más adelante- Vox consiguió una vicepresidencia en la Eurocámara, en la Comisión de Agricultura, frente a una candidata socialista española gracias a los apoyos de liberales, conservadores, populares y ultraderechistas.
La DRPX en Europa. De las elecciones europeas al asalto de Salvini
Entre ambos episodios Europa no ha dejado de ser fuente de acontecimientos con la DRPX como repasaremos a continuación, empezando por los resultados de las elecciones europeas y la conformación de sus principales órganos decisorios.
Elecciones europeas: contención del avance de la DRPX
Las elecciones europeas se celebraron bajo el temor de que se produjese un salto importante en la representación de la DRPX, que había realizado previamente varios actos para intentar dotarse de una mayor coordinación de la existente hasta el momento, adoptando Salvini el papel de líder principal debido al fulgurante ascenso de La Liga y en un país clave para la UE como es Italia. La DRPX había dado, previamente, un giro esencial a su estrategia respecto a la UE y había pasado de una posición inclinada a que los países donde triunfase se planteasen la salida de la UE a un intento de asalto interno a sus instituciones para, a partir de una representación suficiente, buscar cambiar internamente la naturaleza y funcionamiento de la UE, y para ello era esencial conseguir una minoría de bloqueo a partir de las elecciones europeas.
El temor a que se concretase un asalto por parte de la DRPX a las instituciones europeas y que el proyecto inicial, de fuerte contenido neoliberal en estos momentos, fuese transformado en el sentido de la filosofía política de la DRPX ha sido conjurado en estas elecciones, al no conseguir el 33% de los eurodiputados la DRPX no tiene capacidad de bloquear iniciativas. Las formaciones de esta familia volvieron a mostrar su poder en los países dónde ya eran fuertes, revalidando sus posiciones, pero no fueron capaces de arrastrar a más países, con la excepción de España, e incrementar su peso significativamente en el Parlamento europeo. El asalto ha fracasado, pero han seguido avanzado, llegando a los 173 eurodiputados, alrededor de un 10% más que en 2014, de los cuales 29 pertenecen al Brexit Party de Farage que, en teoría, abandonaran el Europarlamento como muy tarde a finales de octubre cuando se consume el brexit.
Las elecciones europeas han confirmado la fortaleza de la DRPX donde está fuertemente implantada desde hace años, Francia, Gran Bretaña, Polonia, Hungría e Italia, y un avance también en Alemania, aunque queda en cuarta posición con un 11%, pero en el resto de países no ha conseguido representación o ésta ha sido minoritaria.
Sin embargo los resultados de las elecciones europeas han tenido consecuencias generales a nivel europeo, y sobre todo en los países dónde la DRPX mostró su fortaleza. Veamos por países estas consecuencias. En Gran Bretaña, el ultra Nigel Farage volvió a montar un partido exclusivamente para presentarse a las europeas con toda su parafernalia ultranacionalista y xenófoba con el objetivo de forzar un brexit duro, y si en 2014 arrasó con el UKIP, en 2019 lo ha hecho con el Partido del Brexit, obteniendo el 30,5% del voto, un 5% más que en 2014. La consecuencia interna inmediata fue que Theresa May fue reemplazada por Boris Johnson como primer ministro y líder conservador, y Trump hizo un llamamiento a la colaboración entre éste y Farage, con los que mantiene buenas relaciones. La estrategia de Farage, y seguramente de Trump, pasa por convocar elecciones en Gran Bretaña antes del 31 de octubre para ir en alianza el Partido Conservador y el Partido del Brexit, obtener una importante victoria y realizar un brexit sin acuerdo con la UE. De esta manera se terminaría de imponer en el Partido Conservador no solo su sector más euroescéptico, sino la extrema derecha.
Los resultados de las europeas en Francia tienen una lectura ambigua. De un lado, aún volviendo a repetirse la victoria como en 2014 por parte del partido de Le Pen, RN, sin embargo dicho partido bajó respecto a los resultados de hace cinco años, si entonces alcanzó el 24,9% de los votos, ahora se quedó en el 23%, seguido de cerca por el partido de Macron, con el 22%. De otro lado, también es posible hacer otra lectura, se trataba de la primera derrota electoral de Macron, del mantenimiento de la fortaleza de Le Pen y del claro aprovechamiento por ésta de las protestas de los chalecos amarillos. La extrema derecha francesa sigue aguardando su oportunidad sin desgastarse, por el momento, esperando tal vez que el empujón le pueda venir desde algún otro país europeo, Italia, por ejemplo.
En Polonia y Hungría también los partidos gobernantes pertenecientes a la DRPX, el PiS en Polonia y el Fidesz en Hungría revalidaron sus mayorías absolutas en estas elecciones sirviendo en el primer caso de impulso para intentar revalidar la mayoría absoluta en las elecciones legislativas del próximo otoño.
Pero será Italia el país en el que los resultados favorables a La Liga en las elecciones europeas más consecuencias puedan tener, aunque analizaremos el caso italiano más adelante con mayor detenimiento.
De manera que se puede concluir que la DRPX se ha concentrado realmente en cuatro países dentro de la UE, puesto que GB la abandonará en octubre. Esta situación supone que la DRPX no ha conseguido el avance que había creado sus expectativas y que se muestra focalizada en un pequeño número de países, sin que consiga extenderse con fuerza en otros. La situación hubiese sido realmente más preocupante si, de un lado, hubiesen alcanzado el 33% de los eurodiputados, si hubiese experimentado un avance importante en otros dos países grandes de la UE, dónde se temió que así fuese, Alemania y España, o si la victoria de Le Pen sobre Macron en estas elecciones se hubiese repetido en las presidenciales francesas.
Al margen de este temor no confirmado, la composición del Parlamento europeo ha sufrido el mismo proceso que en la mayoría de sus países componentes, es decir, que la tradicional hegemonía mantenida en torno a conservadores y socialistas se ha visto reemplazada por una mayor dispersión de la representación entre todos los grupos. Conservadores, socialistas e izquierdistas han visto reducida su representación en favor de los liberales y los verdes, lo que plantea una Eurocámara más fragmentada. Tras las elecciones europeas quedaba por ver, de un lado, como se organizarían los partidos de la DRPX que ya estaban divididos en varios grupos en el anterior Parlamento y cuál sería su papel cuando se eligiesen los responsables de las diferentes comisiones de la Eurocámara.
En la Eurocámara de 2014 los partidos de la DRPX estaban divididos entre los diferentes grupos parlamentarios de la derecha, el Partido Popular Europeo (PPE), los Conservadores y Reformistas Europeos, Europa de las Naciones y de las Libertades y Europa de la Libertad y la Democracia Directa. Tras las elecciones de 2019 esa división ha continuado con ligeras variaciones, pero el grueso de la DRPX europea se ha concentrado en el grupo Identidad y Democracia, a este grupo pertenecen Alternativa para Alemania, el Partido de la Libertad de Austria, el Vlaams Belang belga, el Partido Popular Danés, Somos Familia de Eslovaquia, el Partido Nacional Esloveno, el Partido Popular Conservador de Estonia, el Partido de los Finlandeses, Reagrupamiento Nacional de Francia, La Liga italiana, el Partido por la Libertad de Holanda, y Libertad y Democracia Directa de la República Checa. El liderazgo de este grupo lo ostenta Salvini al haber desplazado a Le Pen como consecuencia de formar parte del gobierno italiano y haber ganado un considerable peso político e influencia.
Conservadores y Reformistas Europeos es un grupo de la derecha dónde se integran otros partidos de la DRPX como el PiS polaco, Vox, Demócratas de Suecia, el Movimiento Nacional Búlgaro, Alianza Nacional de Letonia o Hermanos de Italia. El Fidesz de Orbán sigue perteneciendo al PPE. Finalmente en los no inscritos se encuentra el Partido del Brexit y el M5E, que anteriormente fueron socios del mismo grupo político hoy desaparecido, Europa de la Libertad y la Democracia Directa.
Así pues, a pesar de los esfuerzos de Salvini por reagrupar a toda la DRPX en un mismo grupo y de erigirse como líder europeo de ésta, la división en la actual Eurocámara de la DRPX sigue en términos parecidos a la anterior, demostrando una debilidad que Salvini intenta superar convirtiéndose en primer ministro italiano.
Cuando la Eurocámara procedió a elegir los cargos importantes de sus comisiones o votar la presidencia de la Comisión Europea se estableció un cordón sanitario contra la DRPX, pero solo contra la parte que se englobaba en Identidad y Democracia, cuyos partidos no consiguieron ninguna presidencia o vicepresidencia, pero no ocurrió lo mismo con los partidos de la DRPX integrada en otros grupos. Así, El PiS se hizo con vicepresidencias de las comisiones de Industrias y Exteriores, el Fidesz con otra de la comisión de Presupuestos y, como ya hemos comentado, Vox con la vicepresidencia de la comisión de Agricultura.
Las conclusiones, por tanto, son, primero que la DRPX ha experimentado un nuevo crecimiento en estas elecciones europeas, pero sin llegar a alcanzar la capacidad de ser una minoría de bloqueo o determinante; en segundo lugar, la fortaleza de la DRPX sigue concentrándose en cinco países sobre todo, siendo minoritaria en el resto, con el caso especial de Gran Bretaña, que, por un lado, dejará la UE en octubre y por otro lado tiene un partido de la DRPX que se expresa potente en las elecciones europeas, pero solo se proyecta internamente a través de otros. Y en tercer lugar, sigue adoleciendo de ausencia de unidad de cara a la actuación en la UE, al dividirse entre diferentes grupos políticos de la Eurocámara. La DRPX ha avanzado en estas elecciones europeas pero se halla, aún, lejos de representar un desafío grave e inminente. Ahora, parece que sus esfuerzos se dirigen a conseguir reforzar el liderazgo de Salvini, que si finalmente consigue convertirse en primer ministro italiano le daría la posibilidad de extender su liderazgo también a los partidos que no forman parte de Identidad y Democracia.
Salvini hacia el liderazgo de la DRPX gobernando Italia
En los últimos meses el actor más activo entre los partidos de la DRPX europea ha sido La Liga de Salvini. Este partido lleva aplicando desde hace años una estrategia paciente e inteligente basada en aprovechar las alianzas con otros populismos italianos más importantes en cada momento para crecer y superarles, terminando por convertirse en la principal fuerza política en estos momentos en Italia. Primero aprovechó su alianza con el populismo empresarial de Berlusconi, luego, cuando el populismo en ascenso fue el M5E, se alió con él para formar gobierno y, desde esa posición, erosionar al partido de Beppe Grillo y situarse en posición de gobernar en solitario.
Desde su posición en el gobierno con el M5E, Salvini ha estado en campaña incansable agitando los principales argumentos de su programa como el enfrentamiento continuo con la UE, la demanda de bajada de impuestos y especialmente su agitación xenófoba en una inflexible lucha contra la inmigración, utilizando los espectaculares enfrentamientos con las organizaciones de ayuda humanitaria que operan en el Mediterráneo, lucha que ha convertido en la principal bandera con la que llegar a ser primer ministro. La última de las medidas contra la inmigración de Salvini ha sido la aprobación en este mes de agosto de una ley para endurecer las medidas antiinmigración y contra las ONG de rescate en el Mediterráneo.
Los desencuentros con el M5E han sido constantes, incluso desde antes de conformarse el gobierno de coalición. Era evidente que La Liga pretendía utilizar sus posiciones de gobierno para debilitar a su aliado y encontrar el momento adecuado para echarle a un lado. Ese momento llegó con los resultados de las elecciones europeas. Estos no dejaban lugar a dudas, La Liga dobló los votos obtenidos un año antes en las legislativas (17%) y cosechó un 34,3% (en las elecciones europeas de 2014 La Liga obtuvo un escaso 6,2%) frente a un 17,1% del M5E que quedó en tercer puesto detrás del Partido Democrático. Aprobada la ley antiinmigración, que el M5E apoyó para evitar la ruptura del gobierno, con un Salvini reforzado por esa victoria legislativa y los resultados electorales, finalmente presentó cuatro días después una moción de censura contra el primer ministro Giuseppe Conte, reclamando elecciones anticipadas, que tienen todas las posibilidades de celebrarse en octubre, salvo un casi imposible acuerdo entre el resto de las fuerzas para apoyar un gobierno diferente sin elecciones. Las encuestas otorgan actualmente una intención de voto del 36% a La Liga, lo que, junto el 7,5% que otorga al también ultraderechista Hermanos de Italia, le pondría en una mayoría cómoda, con un cambio de alianzas para un gobierno más extremista de la DRPX.
La ambición de Salvini va más allá de ser el primer ministro italiano, pretende ser el líder indiscutible de la DRPX en Europa, seguramente como parte de una estrategia acordada con sus socios europeos y con Steve Bannon, con quién mantiene una estrecha relación. Orbán en Hungría o el PiS en Polonia, a pesar de gobernar con mayorías en sus respectivos países y de haberse enfrentado con la UE por sus derivas antidemocráticas, siguen sin despegarse de los partidos conservadores europeos, a cuyos grupos parlamentarios en la Eurocámara pertenecen, y no han mostrado voluntad de situarse como líderes de la DRPX en Europa para hacerla crecer, se han conformado con llevar a cabo las aplicaciones de sus programas en sus respectivos países y, como mucho, establecer una alianza como la de los países de Visegrado. Por otro lado, la candidata alternativa y más veterana a liderar la DRPX europea, Marine Le Pen, cosecha muy buenos resultados en las europeas, pero internamente su fuerza electoral o bien se muestra incapaz de vencer en las presidenciales, o bien queda anulada en otro tipo de elecciones por el sistema electoral francés y el cordón sanitario al que someten a su partido el resto de formaciones políticas.
Así pues, hay que poner atención al desarrollo de los acontecimientos políticos en Italia porque una victoria electoral de Salvini que le lleve a ser primer ministro no solo tendrá consecuencias internas en Italia, sino en toda Europa a medio plazo.
Otros desarrollos de la DRPX en Europa
Como se ha señalado el Fidesz de Orbán forma parte del PPE, pero se encuentra con un pie dentro y otro fuera debido a la enésima vez que choca con sus socios de grupo parlamentario. El motivo de la petición de expulsión, en marzo de 2019, de dicho grupo fue la campaña llevada a cabo por el Fidesz contra Soros y, especialmente, Juncker acusándoles de conspirar para abrir la puerta a la inmigración descontrolada en Europa -es necesario recordar que Hungría solo tienen un 1,6% de inmigrantes, pero su población es la que más rechaza la inmigración en Europa según el Eurobarómetro-. La petición de parte del PPE de expulsarle finalmente se frenó a cambio de una suspensión parcial «hasta nuevo aviso», privándole de sus derechos a voto y de la asistencia a los congresos del PPE. Si en algún momento se llegase a la ruptura, no la va a propiciar el PPE, menos aún cuando ha perdido escaños en las elecciones del 2019 (de 221 a 182), sino el Fidesz, y en ello podría jugar un papel importante la estrategia de Salvini, que reforzaría la unión de la DRPX europea si el Fidesz se terminase integrando en el eurogrupo Identidad y Democracia.
En las elecciones de abril de 2019 en Finlandia los ultras Verdaderos Finlandeses se quedaron a un diputado de los socialdemócratas para ganar las elecciones legislativas (17% y 39 diputados frente a 40) en un Parlamento muy fragmentado, se trata de una recuperación del peso electoral de los ultras después de la escisión que tuvo lugar en 2017 por su radicalización, que llevó al abandonó del sector más moderado del partido, los cuales (Reforma Azul) ahora solo han obtenido un 1%. Así, después de una caída electoral debida a la escisión, los más ultras, Verdaderos Finlandeses, han recuperado el terreno electoral.
En Austria, por el contrario, el partido de la DRPX, el FPÖ, entró en crisis en mayo pasado cuando salió a la luz un caso de corrupción que salpicó a su principal dirigente y vicecanciller en el gobierno de coalición, Heinz-Christian Strache, basado en el apoyo electoral de un oligarca ruso a cambio de contratos públicos. Finalmente la ruptura de la coalición gubernamental ha llevado a la convocatoria de elecciones anticipadas para septiembre, dónde se medirá el efecto que este caso de corrupción pueda tener sobre el FPÖ. De momento en las elecciones europeas celebradas a los pocos días de revelarse el escándalo, el FPÖ se vio castigado, bajando sus apoyos electorales al 17,2%, cuando en las legislativas de octubre de 2017 alcanzó el 26% y en las europeas de 2014 un 19,72%.
Otro retroceso de las posiciones ultras podría ser la elección de la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputova, el pasado mes de abril. Eslovaquia es un país gobernado por un partido socialdemócrata, SMER, contaminado por el programa antiinmigración de la DRPX, que le hace ser miembro del grupo de Visegrado junto a Polonia, Hungría y la República Checa, en un frente antiinmigración en la UE. La nueva presidenta es una liberal y ecologista, opuesta a los valores de la DRPX. A pesar del débil poder institucional de la presidencia en Eslovaquia, su victoria por un 58,2% tal vez sea un signo de que los eslovacos empiezan a alejarse de las posiciones xenófobas. Es pronto para saberlo.
En relación con el aspecto de la contaminación del ideario de la DRPX a otras formaciones políticas (para la contaminación general en Europa remito al libro citado al inicio), es necesario mencionar además de este caso de Eslovaquia, dónde el contaminado es un partido socialdemócrata, y del caso español, con la clara contaminación de los derechistas PP y Ciudadanos, el caso de la victoria socialdemócrata en Dinamarca, en junio de este año, apoyándose en la políticas xenófobas de los ultras del Partido Popular Danés. Efectivamente, en la última legislatura los socialdemócratas daneses han apoyado medidas muy polémicas de los ultras, como que las autoridades requisen joyas y objetos de valor de los migrantes para costear sus gastos o el plan de desterrar a una isla deshabitada en el mar Báltico a los migrantes con un historial criminal. Este última medida fue abandonada como concesión a sus socios (social-liberales, socialistas y rojiverdes) para poder formar gobierno.
Jesús Sánchez Rodríguez, Licenciado y Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED. Se pueden consultar otros artículos y libros del autor en el blog: http://miradacrtica.blogspot.com/
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