El primer ministro reprendió a un grupo de empresarios por anunciarse en la RAI
Silvio Berlusconi no está interesado en aprovechar su posición como primer ministro para controlar la televisión pública italiana. Prefiere hundirla.
La expresión «conflicto de intereses» adquiere nuevas dimensiones cuando se refiere al dueño del imperio de la comunicación Mediaset y actual mandatario italiano. La última jugarreta que le ha jugado a la RAI ha sido reprender a un grupo de grandes empresarios por contratar publicidad en la telvisión pública. Sus palabras exactas fueron: «me pregunto cómo aceptáis que la RAI -que vive de vuestra publicidad- inserte vuestros anuncios en programas en los que se difunde sólo el pánico y la desconfianza», según recogió el Corriere della sera. El magnate se refería a la cobertura que se está dando a las protestas contra su reforma educativa.
Una vez atacado el flanco privado, el político azotó también la financiación pública al defender el derecho que debería tener el público a elegir si pagan o no el canon obligatorio de la televisión pública. La situación económica de la RAI, como la de todas las televisiones públicas, no puede calificarse de brillante.
Conflictos
La oposición ha respondido rápidamente a todas estas declaraciones alegando en primer lugar el enorme «conflicto de intereses» en el que se encuentra el primer ministro por ser propietario del principal grupo mediático del país. El senador Luigi Zanda ha anunciado que presentará un recurso a las autoridades anticompetencia. Afirma que en la situación de duopolio de Italia, la presión que ejerce il Cavaliere para que los empresarios no inviertan en la RAI hace que «la publicidad se vaya directa a Mediaset».
El propio Berlusconi no ha hecho ninguna declaración y desde su partido la única defensa ha sido afirmar que todo es un intento de desacreditar al primer ministro.