El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se niega a reconocer la derrota y hoy persistió en sus intenciones de realizar una alianza con la coalición de centro-izquierda La Unión, vencedora en las elecciones legislativas. Berlusconi calificó de incierto el triunfo de la Unión, de Romano Prodi, al registrarse por estrecho margen, y reiteró que en […]
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se niega a reconocer la derrota y hoy persistió en sus intenciones de realizar una alianza con la coalición de centro-izquierda La Unión, vencedora en las elecciones legislativas.
Berlusconi calificó de incierto el triunfo de la Unión, de Romano Prodi, al registrarse por estrecho margen, y reiteró que en los comicios de los pasados días 9 y 10 no hay vencedores, ni vencidos, en una carta enviada esta jornada al periódico milanés Corriere della Sera.
Aferrado al poder, el primer ministro insistió en alcanzar con la coalición opositora un acuerdo parcial, limitado en el tiempo para enfrentar las próximas citas institucionales, económicas e internacionales.
Esa sugerencia parece ser una alusión a la elección en el Parlamento el venidero mes del nuevo presidente del país, pues el 18 de mayo expira el mandato de Carlo Azeglio Ciampi.
Prodi respondió que Berlusconi, el hombre más rico de Italia, debe reconocer la victoria opositora y con antelación precisó que el nuevo Jefe de Estado debe ser integrante del grupo vencedor, como se acostumbra.
Mientras el líder del Partido Democrático de Izquierda, Piero Fassino, recordó que quien obtiene la mayoría gobierna.
El pasado miércoles, el Ministerio de Interior anunció oficialmente el resultado de los comicios en los cuales la Unión alcanzó 158 escaños de los 315 del senado y 342 de los 630 de la Cámara de Diputados.
Mientras, la coalición Casa de las Libertades (CDL), de Berlusconi, obtuvo 156 senadores y 281 diputados.
Desde de esa confirmación, el jefe de gobierno rechaza la victoria opositora, primero reclamó la revisión de más de 43 mil votos, cifra que luego pretendió elevar a un millón.
A pesar de realizar una campaña electoral de descrédito de los opositores, también propuso la formación de una gran coalición, como la existente en Alemania entre socialdemócratas y conservadores.
La primera tormenta política la desbarató el Ministerio de Interior al rectificar los datos y aclarar que incurrió en un error, pues los sufragios dudosos no eran 43 mil, sino poco más de cinco mil.
Mientras, la segunda salida para seguir en el poder, fue rechazada de tajo por Prodi al puntualizar que disponía de mayoría para gobernar y pedirle al primer ministro el reconocimiento del triunfo opositor y que se retirara a su casa.