Traducido por Juan Vivanco
Bruno Guigue, alto funcionario de la República Francesa, especialista en Oriente Próximo, acaba de ser destituido de su cargo de subprefecto por la ministra del Interior, Michèle Alliot-Marie.
Le acusan de haber publicado el 13 de marzo de este año un análisis titulado El lobby proisraelí francés arremete contra la ONU, como reacción a un artículo escrito por intelectuales incondicionales de Israel que denigraba a la ONU y censuraba las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos en un momento en que la «comunidad internacional», reunida en el seno de las Naciones Unidas, asumía una responsabilidad mayor para salvar el proceso de paz en Oriente Próximo.
El MRAP, que desde 1974 tiene estado consultivo con el Consejo Económico y Social de la ONU y como tal participa en las estructuras de consulta de las ONG, condena la destitución del Sr. Guigue, que considera incomprensible, pues Bruno Guigue ya ha publicado más de quince artículos de opinión sin haber merecido ninguna sanción por ello.
Si muchos de los que son críticos con la política de los gobiernos israelíes han tenido que soportar campañas de difamación sistemática -que llegan al extremo odioso de acusarles de antisemitismo para desacreditarles mejor-, hoy, con la destitución de Bruno Guigue, subprefecto de la República pero que en este caso se ha expresado como ciudadano, es la propia República la que se desliza por una pendiente temible y peligrosa.
El gobierno, con esta auténtica maniobra de intimidación contra uno de sus representantes bajo la acusación de no respetar el «derecho de reserva», demuestra una vez más que la crítica a la política de Israel es un tabú que no se puede transgredir sin consecuencias. También da una muestra del cambio profundo e inquietante de la política francesa en Oriente Próximo.
Si en nuestro país todavía hay libertad para criticar las políticas de cualquier estado, incluida Francia, existe una excepción inadmisible a esta regla: el derecho a criticar la política israelí.
El MRAP condena la destitución de Bruno Guigue y pide que sea repuesto inmediatamente en sus funciones de subprefecto. Está en juego el honor de un hombre cabal y de convicciones firmes que se atreve a decir verdades que molestan. Pero también está en juego el honor de la República.
Secretaría del MRAP, martes 25 de marzo de 2008
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Fuente: http://oumma.com/Bruno-Guigue-le-devoir-de-denoncer