La Comisión Europea defiende que los bancos con problemas, cuya quiebra no desestabilice la economía, deben estar abocados a la liquidación si no son capaces de sobrevivir sin el respaldo público. «No tenemos por qué salvar a todos los bancos si no es estrictamente necesario» Aunque sea a cuentagotas, poco a poco van saliendo a […]
La Comisión Europea defiende que los bancos con problemas, cuya quiebra no desestabilice la economía, deben estar abocados a la liquidación si no son capaces de sobrevivir sin el respaldo público. «No tenemos por qué salvar a todos los bancos si no es estrictamente necesario»
Aunque sea a cuentagotas, poco a poco van saliendo a la luz las condiciones del rescate de hasta 100.000 millones de euros acordado el fin de semana pasado entre el Gobierno español y el Eurogrupo. Las explicaciones no vinieron de mano de Mariano Rajoy, que eludió en todo momento aclarar las características de la ayuda, sino que fueron fuentes de la Unión Europea (UE) las que adelantaron algunos aspectos del mismo. Así, aseguraron que se impondrá como condición para obtener el rescate que el Estado español cierre las entidades problemáticas cuya quiebra no afecte a la estabilidad de la economía.
Estas mismas fuentes señalaron que no tiene por qué salvarse a todos los bancos «si no es estrictamente necesario». «Hay casos en los que habrá que liquidar entidades», aclaró un alto funcionario europeo. Además, informó de que ningún banco con problemas recibirá ayuda hasta que no presente un plan de reestructuración que garantice su viabilidad.
También aportó datos sobre el interés que deberán abonar las entidades que pidan fondos públicos y anunció que rondará el 8,5%, frente al 3 o el 4% que pagará el Estado español por la ayuda europea. Según explicó, el objetivo de este interés «casi prohibitivo» es empujar a los bancos a lograr la recapitalización a través de mecanismos de mercado.
Agregó que se intervendrá en aquellas entidades que no puedan cubrir sus necesidades por los mecanismos del mercado y cuya quiebra pudiera tener un impacto sistémico, aunque matizó que se hará con condiciones «muy estrictas». La UE quiere «evitar al máximo que se utilice dinero público», de modo que «si hay entidades que deben quebrar, quebrarán», afirmó.
El Gobierno niega cierres
Frente a estas afirmaciones, el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, rechazó la posibilidad de que el Gobierno cierre algunos bancos en el marco de la reestructuración financiera.
Sobre el plazo de devolución del rescate, que aún está por discutir, dejó caer que si conlleva un periodo de 15 años y un tipo de interés «del 3%» serían unas condiciones «muy atractivas». No obstante, la decisión sobre el plazo de devolución del rescate está en manos de la eurozona, que espera la solicitud oficial del Estado español para realizar una primera estimación de las necesidades de la banca.
Siguiendo la línea de su partido, que evita a toda costa la palabra rescate, Jiménez Latorre insistió en que se trata de un «préstamo» cuyo coste soportarán «en principio» los bancos.
Precisamente con el objetivo de proteger a los consumidores de cualquier consecuencia que el rescate pueda acarrear en sus bolsillos, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) pondrá en marcha un observatorio que vigilará, entre otros aspectos, el control de las comisiones y gastos que las entidades apliquen a los productos financieros.
Italia se tambalea
Mientras tanto, crecen las teorías que apuntan a Italia como próxima víctima de la zona euro en recurrir al rescate. Intentando mitigar las alarmas surgidas con la escalada de la prima de riesgo, Monti aseguró que Italia está «muy tranquila» al tiempo que el ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble, señaló que no existirá riesgo siempre que continúe con las reformas.
Natixis también advierte de un segundo rescate
Por si la desconfianza en la economía española no fuera ya suficiente, el economista jefe de la gestora de fondos Natixis Asset Management, Philippe Waechter, dijo ayer que el rescate solicitado por el Estado español a sus socios europeos le «permitirá comprar tiempo» para llevar a cabo nuevas reformas. Es más, advierte que de no darse avances concretos a través de dichas reformas, el Estado español necesitará un nuevo rescate para su economía. Apuntó que el rescate será un alivio momentáneo, una ayuda a corto plazo, pero que serán imprescindibles nuevos ajustes. Si estos ajustes no lograran los objetivos marcados, el riesgo sería elevado para la eurozona.
La ayuda que se concederá al Estado español computará como deuda pública, por lo que en el caso de que sean 100.000 millones de euros, el ratio de deuda respecto al PIB se elevará este año a alrededor del 90%. Además, señaló que aunque el sector bancario es quien tendrá que devolver esta ayuda, si no es capaz de ello, esto corresponderá al Gobierno y, por lo tanto, al conjunto de la sociedad.
En este mismo sentido, el Eurostat confirmaba ayer que el préstamo que recibirá la banca española a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) afectará directamente a la deuda, así como los intereses del mismo en el déficit.
Waechter advirtió que esta situación tendría un impacto «dramático» en el mercado de la deuda que, probablemente, llevaría al Gobierno a pedir ayuda global.
Fuente: http://www.gara.net/paperezkoa/20120614/346895/es/Bruselas-precisa-que-rescate-elevara-deuda-deficit