«En lo que va de este año, los países avanzados han conseguido escenificar con sus media en el mundo, el súmmum del imaginario del Medioevo: el boato de los esponsales de un príncipe; la beatificación de un papa; y la muerte de un gran jefe moro»/1. Entre estos excelsos acontecimientos diversionistas, la fastidiosa crisis económica […]
«En lo que va de este año, los países avanzados han conseguido escenificar con sus media en el mundo, el súmmum del imaginario del Medioevo: el boato de los esponsales de un príncipe; la beatificación de un papa; y la muerte de un gran jefe moro»/1.
Entre estos excelsos acontecimientos diversionistas, la fastidiosa crisis económica y social porfiaba en retornar. Lo que los financistas y funcionarios de instituciones internacionales denominan la «crisis del euro» es algo que abarca mucho más que la tambaleante moneda europea. Europa adolece de «atlantismo». Sus banqueros decidieron asociarse a la fiesta de Wall Street y pretenden que las pérdidas las pague la población europea. Sus gobernantes abrazan las aventuras militares de la industria armamentista estadounidense y esperan que los pertrechos se sufraguen con la austeridad popular. Por suerte los graffiti nos dan un respiro ante tanta injusticia y necedad.
El 18 de junio pasado en Sofía, artistas callejeros anónimos transformaron un monumento dedicado a la liberación búlgara del nazismo por el Ejército Rojo de la Unión Soviética, en una sátira al alineamiento actual de la derecha populista que gobierna Bulgaria.
Los heroicos y grises soldados soviéticos fueron transformados en un desfile colorido y socarrón de súper héroes y villanos del comic estadounidense. No podía faltar en el primer plano de la farsa, un ícono del consumo irresponsable mundial como el Papa Noel-coca cola.
Vezhdi Rashidov -ministro de Cultura y célebre escultor- calificó de «vandalismo» la transformación de los soldados soviéticos en personajes de las revistas de historietas estadounidenses. Paciencia, sabemos que la sutileza y el sentido del humor no es un atributo de los burócratas. Como es obvio, para el circunspecto ministro el arte se reduce a algunas anodinas esculturas expuestas en el vestíbulo de la sede de una multinacional y a triviales pinturas colgadas en las oficinas de los bancos, en los museos o en salas de exposiciones de galerías de arte.
He recorrido los limitados comentarios en la prensa europea sobre la anécdota búlgara y en ninguno de ellos se recuerda que Bulgaria se unió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en marzo de 2004 2/. Ni que Bulgaria y EEUU firmaron un acuerdo de cooperación de defensa para el uso de las bases aéreas de Bezmer y Graf Ignatievo, el centro de entrenamiento de Novo Selo y un centro de logística en Aytos, como instalaciones militares conjuntas. Los estadounidenses reconocen que la base aérea de Bezmer es una de las seis instalaciones de ultramar más importantes de la Fuerza Aérea de EEUU.
Tampoco se menciona que, como miembro de la OTAN, el país mantiene un total de 645 unidades desplegadas en el extranjero en apoyo a las intervenciones y ocupaciones estadounidenses. Ni que el Consejo de Ministros aprobó el envío de la fragata Drazki, con 160 militares abordo, para intervenir en la operación de pillaje de la OTAN en Libia.
El graffiti búlgaro puede también interpretarse como una respuesta a la fiebre gubernamental europea a favor de una estatuaria continental servil al «atlantismo». Nos referimos a las reiteradas inauguraciones de monumentos a presidentes estadounidenses en los últimos años. Lo húngaros parecen ser los primeros que se lanzaron en esa competencia al inaugurar en 2006 un busto de Ronald Reagan en un paseo escondido del Parque Municipal -Városliget- en Budapest, al lado del busto de Churchill.
Hasta octubre de 2009 quien paseara por el centro de Pristina, Kosovo, y caminara por el bulevar Bill Clinton se tropezaba con el retrato mural del ex presidente estadounidense de más de 12 metros de alto. A partir del 1º de noviembre de ese año, el ex presidente de la sonrisa insulsa, el saxofón y los habanos pervertidos posee una escultura suya en bronce de 3 metros de altura /3.
Nowa Huta (Nueva Acero) en Cracovia, Polonia fue creado en 1950 como un barrio de acerías, viviendas de trabajadores, guarderías, teatros y centros culturales, a la manera realismo socialista importado de la Unión Soviética y enriquecido con estilo polaco. Desde el 27 de junio de 2011 la plaza central de Nowa Huta, desde donde parten las cinco avenidas que comunican el distrito, se llama ahora Ronald Reagan Central Square. Y se anuncia que pronto se erigirá una estatua de Reagan en Varsovia.
Para el gobierno húngaro el busto en Városliget no era suficiente homenaje y el 29 de junio de 2011 el primer ministro magiar Viktor Orban inauguró junto a Condoleezza Rice una estatua de Ronald Reagan de más de 2 metros de altura en la plaza Szabadság, cerca de la embajada de EEUU en Budapest.
Días después en Praga, se nombró como «calle de Ronald Reagan» a la que pasa por frente a la residencia del embajador de los EEUU en la República Checa.
En Londres, el 4 de julio, otra estatua de bronce de más de tres metros de alto, fue develada en la Plaza Grosvernor, con la presencia del Secretario de Asuntos Exteriores del gobierno británico, William Hague. En el pedestal del monumento hay una frase de la ex primer ministro y actual baronesa Margaret Thatcher: «Ronald Reagan ganó la guerra fría sin disparar un tiro».
Las agencias de viajes deben haber percibido ya, que existe una oportunidad de lanzar tours turísticos para recorrer la esperpéntica iconografía «atlantista».
La burla graffitera no se reduce solo a la genuflexión del gobierno búlgaro. Ni únicamente al intento de hacer creíble la acrobacia política de los países del Pacto de Varsovia /4 al adherir a la OTAN. Es un comentario mordaz sobre toda la situación europea y la actual decadencia de la élite «atlantista» del continente. Incluye el oprobio de las renuncias por plagiar sus tesis doctorales del ministro de defensa de Alemania, Karl Theodor zu Gutstenberg y de la vicepresidenta del Parlamento Europeo, la alemana Silvana Koch-Merin. Puede considerarse que concierne premonitoriamente también al escándalo londinense del periódico de Rupert Murdoch, News of The World, que envuelve al primer ministro David Cameron; y al intento desenmascarado de Silvio Berlusconi de pasar en el plan de austeridad un beneficio para sus empresas de mil millones de euros.
Es también una colorida parodia sobre la elección para directora ejecutiva del FMI de la ex abogada de la industria armamentista estadounidense, Christine Lagarde.
Agradecemos a los artífices callejeros su fina ironía que nos impele, a reflexionar sobre el contradictorio escenario de la realidad actual.
Notas
1/ La sutil observación que transcribo está, con otras palabras, en sitios y blog de Internet. Es difícil saber quien fue el autor original de esta reflexión.
2/ Junto a Bulgaria los ministros de Exteriores de Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Letonia y Estonia firmaron en marzo de 2003 los protocolos de adhesión a la OTAN de sus respectivos países, para ingresar en la Alianza en mayo de 2004.
3/ El homenaje en bronce a Clinton de los albano-kosovares es en agradecimiento del bombardeo de la OTAN a los serbios en 1999 ordenado por el ex presidente. El bombardeo mencionado puso fin a la expulsión de 800 mil albaneses de Kosovo, acosados por el ejército serbio. En junio de 1999 la ex provincia serbia de Kosovo quedó bajo mandato de Naciones Unidas. En febrero de 2008 Kosovo declaró su independencia, que ha sido reconocida por Estados Unidos, la mayoría de los países de la Unión Europea y Japón. En realidad se trata de un verdadero «Protectorado de la OTAN». La inauguración de la estatua la hizo el propio Clinton.
4/ El Pacto de Varsóvia fue una alianza militar de los países socialistas del Este Europeo bajo la dirección de la Unión Soviética, en mayo de 1955 e implosionó junto con la URSS en 1989.
Fuente: http://elpolvorin.over-blog.es/article-bulgaria-la-burla-graffitera-79188774.html