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Campanas del neoliberalismo doblan por la Patria Grande

Fuentes: Rebelión

Las campanas del restablecimiento del neoliberalismo doblan con fuerza en Nuestra América por estos tiempos, y apuestan sea como sea, echar por tierra los proyectos de libertad y emancipación, que no pocos gobiernos en la región han librado en las últimas décadas. Por supuesto que la derecha latinoamericana, siempre marioneta de los apetitos imperiales juega […]

Las campanas del restablecimiento del neoliberalismo doblan con fuerza en Nuestra América por estos tiempos, y apuestan sea como sea, echar por tierra los proyectos de libertad y emancipación, que no pocos gobiernos en la región han librado en las últimas décadas.

Por supuesto que la derecha latinoamericana, siempre marioneta de los apetitos imperiales juega un papel protagónico en tal sentido, púes lograr la subordinación de los pueblos a los intereses de Estados Unidos es su mayor apuesta, de la cual siempre ha sacado valiosas tajadas y marcados dividendos para sus propósitos personales.

En la Patria Grande, desde hace casi 20 años, se inició una ola revolucionaria, que de forma imprevista echó abajo la tesis del pensamiento unipolar y de la victoria del capitalismo, enrumbando así los pueblos al Sur del Río Bravo un camino que los llevaría a dejar de ser el patio trasero del norte hegemónico.

Todo comenzó cuando el triunfo de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales efectuadas en Venezuela en 1998 y continuó después en Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia y otros países.

Claro está que una vez este viraje en los pueblos de Latinoamérica, donde se apostaba por la inclusión social y se le daba voz a quienes siempre se les había negado, le molestó mucho al imperio y comenzaron amenazas de golpes de Estado, magnicidio, sanciones económicas, e incluso, intervenciones militares, todas con una planta matriz desde la tierra del águila herida y con el respaldo de los no pocos muy mal paridos que quedan en estas tierras.

Estas campanadas de Neoliberalismo que resuenan por la América nuestra andan detrás de múltiples propósitos, pero por encima de todo prevalece en la ansiedad de poner los tentáculos en las riquezas infinitas de estos lares… ¿Cómo encaminarían sus apetitos…?, ya lo anuncian los comodines imperiales que han subido a la presidencia en Argentina, Paraguay y Brasil.

Las muestras son inequívocas en un vistazo a la Argentina de Mauricio Macri, de ese «flamante» presidente que apostó y engañó a sus electores con llevar adelante «un gobierno de la sonrisa», allí ha aparecido la privatización, el achicamiento del Estado, despido de trabajadores, y la negativa clara y evidente a una expresión libre, materializada con el cierre de la sede de TeleSur en tierra argentina.

Cuando dos de las más importantes economías de la región han caído en manos oligarcas es casi obvio que estas irán a parar a la Alianza del Pacífico y la Asociación Transpacífico, que es lo mismo que decir el ALCA, un engendro de la podrida cabeza del entonces presidente de EEUU, el señor W Bush, y cuyo proyecto fue sepultado, precisamente en la argentina región de Mar del Plata, pero hacia allá van Brasil y Argentina, o de lo contrario «Vivir para ver».

Consumado el poder del Neoliberalismo en ambas naciones, una por estrecho margen electoral, más la ayuda vendepatria de la prensa, y otro por el vergonzoso y manipulado juicio contra la legítima presidenta Dilma Roussef, ahora se recrudece el interés por Venezuela, Bolivia y Ecuador.

Sumando todo así, este guión escrito desde Estados Unidos y dirigido para ser ejecutado por la recalcitrante derecha de América va enfilado a acabar con proyectos sociales y con organismos, que en esta región apuestan por mayor y mejor integración, tal es el caso de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA; la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac),Unasur, Mercosur, Petrocaribe, entre otras dirigidas al beneficio común de los pueblos.

Con la devolución de algunas naciones a los brazos de la derecha, ya se frotan las manos, se afilan los dientes, comienzan a sacar cuentas y hasta sueñan con paraísos, pero olvidan que los pueblos son los pueblos y cuando despiertan cada cien años, como dijera el poeta es una maquinaria, que si retrocede es solo para buscar impulso.

Ante esta arremetida neoliberal, solo es preciso con ojos bien abiertos mirar ¿Qué vive Argentina de Macri hasta hoy?: tarifazos, despidos, violencia, amenazas, recortes sociales…

¿Qué ha comenzado o comenzará a vivir Brasil…? Esta será la misma película o quizás peor, porque han sentado en la silla presidencial a un corrupto y carente de toda posibilidad de dirección, solo si lo envían a una escuela a agarrar los elementos esenciales para conducirse, porque los de engrosar sus bolsillos ya los tiene aprendidos.

Para no pocos entendidos, solo en la UNIDAD de los pueblos estará la definitiva posibilidad de que el Neoliberalismo no siga doblando sus campanas en esta Patria Nueva, y para los organismos de integración, aunque estos tienen como fe, no inmiscuirse en los asuntos internos de las naciones, SÍ tendrán que ser más enérgicos y hacer prevalecer con gran vehemencia la idea de Fidel al expresar:

«Frente a los grandes grupos que hoy dominan la economía mundial, ¿hay acaso lugar en el futuro para nuestros pueblos sin una América Latina integrada y unida? ¿Es que no seríamos capaces de ver que únicamente unidos podemos discutir con Estados Unidos, con Japón y con Europa? ¿Es que solo cada uno de nosotros puede enfrentar esa colosal tarea? Las grandes potencias económicas no tienen amigos, solo tienen intereses». 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.