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Nuevo título para Young Boys en el fútbol suizo

Campeón del antirracismo y la diversidad

Fuentes: Rebelión [Foto: Jean Pierre Nsame, goleador del Young Boys, con su camiseta y el llamado contra el racismo, el sexismo y la discriminación]

Siete rondas antes de concluir la temporada del fútbol suizo, Young Boys (YB) de Berna acaba de consagrarse campeón nacional al vencer el domingo 18 de abril al FC Lugano. La diferencia de 24 puntos con el actual segundo, el FC Basilea, le asegura al equipo capitalino el trofeo por cuarto año consecutivo.

Cierra así una temporada muy intensa que arrancó en septiembre del año pasado. A pesar de la pandemia y los estadios vacíos jugó ya 29 partidos por el campeonato – en la Liga Suiza son diez equipos que compiten cuatro veces los unos contra los otros. Además, animó doce confrontaciones a nivel europeo, tanto por la clasificación de la Liga de Campeones como por la Copa UEFA. Su camino tropezó finalmente en los octavos de final en marzo pasado contra el Ajax Ámsterdam, de los Países Bajos, luego de haber dejado fuera de competición en la ronda previa al Bayern 04 Leverkusen de Alemania.

Dinámica deportiva que se acompañó de nuevos éxitos sociales y humanos del equipo capitalino. El pasado 21 de marzo, Día Mundial contra el Racismo, fue muy especial para YB. Dedicó su partido de local contra el FC Zúrich a esta causa tan valorada por el club capitalino.

Otro paradigma deportivo

En esa jornada, los jugadores usaron una camiseta especial, de color negro, dándole así visibilidad simbólica a toda una parte de la población planetaria reprimida y excluida debido al color de su piel.

El 21 de marzo de 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra la ley de pases obligatorios para circular por las comunidades de los blancos durante el apartheid que se practicaba en Sudáfrica. Al proclamar esta celebración reivindicatoria en 1966, la Asamblea General decidió integrar ese día, cada año, en el calendario oficial de las Naciones Unidas. E instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial.

Luego del partido del 21 de marzo pasado, las camisetas de Young Boys se subastaron con un propósito muy digno, nada comercial, y los veintidós mil dólares generados por la subasta se destinaron íntegramente al trabajo de concientización social promovido por Gemeinsam gegen Gewalt und Rassismus  (“Juntos contra la violencia y el racismo”), un servicio de información y asesoramiento sobre discriminación racista, violencia en los espacios públicos y el extremismo de derecha. Dicha actividad fue iniciada por los municipios de la zona de Berna y Burgdorf y también cuenta con el apoyo del cantón de Berna.

Esta iniciativa deportiva de primer nivel se realizó en el marco de una semana de actividades –la tercera de marzo– bajo el lema «El racismo cierra puertas. ¡Abrámoslas!». Impulsada por la ciudad de Berna ya en diez ocasiones anteriores, este año concentró más de cuarenta actividades y eventos, la mayoría en línea debido a las restricciones sanitarias producto de la pandemia. En el marco de estas jornadas, el jueves 25 de marzo también se realizó una actividad especial en colaboración con las Iglesia Católica y la Iglesia Evangélica Reformada de Berna.

En la convocatoria (https://www.gggfon.ch/yb-spendet-den-erloes-der-trikotversteigerung-dem-gggfon/) el club capitalino señalaba que “YB envía una fuerte señal contra el racismo y la discriminación y a favor de la apertura”.

Juntos contra la violencia y el racismo, impulsa una actividad incesante de protección contra la discriminación. “El origen, la religión, el color de la piel, el estilo de vida o la lengua pueden ser fuente de discriminación o exclusión, incluso en Suiza”, explica el sitio web de este servicio. Y pregunta: ¿Lo ha experimentado al salir a la calle, al hacer deporte, en el trabajo, al buscar un departamento, en el hospital o al tratar con las autoridades? ¿Se siente discriminado por su origen, su lengua, su estilo de vida, su color de piel o su religión? “No dude en ponerse en contacto con nosotros para obtener más información. Le asesoraremos gratuitamente y trabajaremos con usted para encontrar soluciones”, informa dicho servicio sostenido por YB.

25 años trabajando a favor de la diversidad

El mismo domingo 21 de marzo, además de las camisetas especiales, Fabian Lustenberger, llevó los colores del arcoíris en su banda de capitán del equipo. Los banderines de las esquinas de la cancha portaron también para la ocasión esos colores, símbolo de la diversidad.

Los mensajes electrónicos antirracistas, anti sexistas y anti homofóbicos son constantes en el Estadio de Wankdorf, el de Young Boys, cuando el equipo juega de local. Sea con la presencia de sus 31 mil seguidores en épocas normales o vacío, como ocurre actualmente durante la pandemia.

Un sector de la hinchada del campeón suizo se ha organizado desde 1996 en la asociación HalbZeit (Entretiempo) que promueve desde entonces iniciativas contra el racismo.

En estos 25 años de existencia los avances de conciencia colectiva son significativos. Por entonces, eran usuales las expresiones racistas y neonazis de parte de grupos de espectadores, que abucheaban a los jugadores de color de los equipos visitantes. Desde entonces, se han multiplicado los debates públicos, artículos en las publicaciones del club, espacios en los medios de comunicación, anuncios por megafonía y participación – en la última década- en iniciativas más amplias promovidas por las autoridades municipales. El club en su integridad se apropió de las banderas antirracistas y a favor de la diversidad, incorporadas ya en el ADN colectivo de la institución.


Diversidad también dentro de la cancha

Los valores éticos que promueve Young Boys -y que corresponden con la lucha antirracista del club de los últimos cinco lustros- constituyen, adicionalmente, el espejo de un equipo desbordante en nacionalidades y muy diverso en el color de piel.

De los 26 jugadores que integran el primer equipo, doce son extranjeros o poseen otra nacionalidad aparte de la suiza. Nueve tienen color de piel oscura. Varios de los atacantes, jugadores mimados del público, pertenecen a este grupo: Jean Pierre Nsamé, goleador vedette, es camerunés y francés; Jordy Siebatcheu, francés-estadounidense; Meschak Elia, de nacionalidad congolesa y Felix Mamimbi, suizo de piel cobriza, al igual que Marvin Spielman, suizo y congolés.

En los últimos años decenas de jugadores extranjeros -una gran parte de origen africano- han jugado y lo siguen haciendo en la Liga suiza. Según el sitio web Transfermarkt, uno de los más actualizados en el fútbol mundial, 150 futbolistas extranjeros juegan en la actualidad en la competición superior suiza. Con equipos donde son mayoría como Lausana Sport (22 en el plantel), Sion y Servette (18), y Basilea (16). Llegando al promedio nacional, en esta primera división, de 50.7% de presencia de extranjeros.

Dinámica esencial en una realidad mundial donde el deporte pasa a ser, cada día más, un tema de debate prioritario de la sociedad. Como lo indica, por ejemplo, las protestas de varias selecciones nacionales del fútbol europeo en las últimas semanas – entre ellas Noruega, Alemania, Dinamarca y los Países Bajos. Todas han asumido una posición crítica ante la violación de derechos humanos esenciales en Catar, nación organizadora del próximo mundial de fútbol (2022) luego que el cotidiano británico The Guardian -en un reportaje de febrero- así como importantes Organizaciones No Gubernamentales (ONG) denunciaran que más de seis mil quinientos obreros murieron en la última década en los trabajos de construcción de los estadios.

El respeto por los derechos humanos como distintivo de un deporte ejemplar y la lucha contra el racismo y la homofobia, en todo caso, son banderas que el campeón suizo levanta con convicción junto con su nuevo trofeo deportivo.

Las críticas ante la violación de derechos humanos esenciales en Catar, organizador del próximo mundial de 2022. ONG internacionales denuncian la cifra de más de 6.500 trabajadores muertos en la última década en los trabajos de construcción de los estadios. Promoviendo una visión global de derechos humanos en un deporte de repercusión mundial. La lucha contra el racismo, el sexismo y la homofobia, en todo caso, son ya banderas que el campeón suizo levanta con convicción junto con su nuevo trofeo deportivo. Ejemplar congruencia entre fútbol y aceptación de la diversidad.