Las crisis de refugiados en la frontera sur de Estados Unidos no son consecuencia de ninguna invasión exterior que pone en peligro la Seguridad Nacional. Ni siquiera son la consecuencia de “políticas blandas de Washington”, tal como repiten hasta el hastío los políticos y los grandes medios de este país. Son consecuencia de la intersección de diferentes contradicciones del capitalismo hegemónico actual.