
Quería que su obra fuese alimento de los pueblos y un estímulo para movilizarse y luchar y no un material bibliográfico para cursos de posgrado de historia latinoamericana. Intrigado, más de una vez le pregunté como hacía para escribir cosas tan bellas, profundas y sencillas. Su respuesta me asombró: “a veces me paso una noche en vela buscando una palabra, la palabra precisa”.